Pekín. Una persona murió y ocho resultaron heridas por una serie de pequeñas explosiones el miércoles afuera de las oficinas provinciales del gobernante Partido Comunista en la ciudad china de Taiyuan, en el norte de China, informaron autoridades.
El gobierno y la policía de la provincia de Shanxi informaron que la explosión ocurrió alrededor de las 7:40 de la mañana (tiempo local). Comunicados oficiales colocados en internet no dieron información del posible blanco o de los perpetradores, mientras que Zhang Lei, un oficial de la oficina de propaganda del partido, dijo que no tenía más detalles.
Uno de los heridos estaba grave y también dos vehículos resultaron dañados.
La explosión tenía el sello distintivo de un ataque de venganza cometido por un ciudadano disgustado, del tipo que ocasionalmente ocurre en China. Agresores enfurecidos por lo que perciben como injusticias han volado autobuses públicos, apuñalado a funcionarios y atacado escuelas.
Sin embargo, las fuerzas de seguridad también están alertas después de un ataque en Pekín la semana pasada, cuando tres personas condujeron entre la multitud y llegaron hasta la Puerta de Tiananmen antes de prender fuego a su vehículo. En el ataque fallecieron cinco personas, incluyendo los que estaban en el automóvil, además de dos turistas. El atentado fue atribuido a separatistas musulmanes de la volátil región de Xinjiang.
La agencia oficial de noticias Xinhua citó al testigo Liu Guoliang diciendo que humo y llamas se veían salir de una minivan. Xinhua agregó que su reportero vio rodamientos de metal esparcidos alrededor de la escena de la detonación.
Fotos en el lugar de la explosión el miércoles mostraron la amplia calle frente al edificio de oficinas cerrada y vehículos de bomberos, ambulancias y de la policía estacionados en el área. En una foto se veía a un hombre tendido en el suelo, pero no había señales obvias de que hubiera ocurrido una detonación en ese lugar.
Taiyuan es la capital provincial de la montañosa Shanxi, que se ubica al oeste de Pekín, en el cinturón de carbón de China. La demanda por el combustible ha generado vastas fortunas para los dueños de las minas, pero muchos en la provincia todavía viven en la pobreza.
