El dar una definición de lo que es la seguridad energética es un tanto complejo, ya que mucho depende del contexto de la nación u organismo que la defina, para un país no productor de energía, la seguridad se centrará en suministrar energía a costos competitivos, sin embargo, para un país productor puede, además, impulsar políticas públicas que tiendan a disminuir la dependencia del suministro de su energía sobre factores externos a la nación.
Estamos a poco menos de un año de que el mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador concluya y una de sus principales promesas de campaña fue precisamente estabilizar el precio de los energéticos y disminuir la dependencia de agentes externos que se tenía en el año 2018, ya que aproximadamente el 70% de los combustibles consumidos en el país, procedían del extranjero.
La falta de inversión en las empresas paraestatales nos habían conducido a un panorama que bajo ninguna definición de seguridad energética pintaban un buen panorama, alta dependencia de factores externos y un sistema eléctrico altamente desregulado que generaría eventualmente el incremento de la electricidad, disminuyendo la accesibilidad a este bien, como es el caso de España, donde sus ciudadanos tienen que buscar la hora con menor costo energético para realizar actividades de alto consumo, así tengan que levantarse a lavar su ropa a las 4 am.
De acuerdo con el informe de gobierno presentado hace unas semanas, las inversiones tanto en Petróleos Mexicanos como en la Comisión Federal de Electricidad han encaminado al sector energético a disminuir en cierta forma la falta de seguridad energética que tiene la nación, ya que se ha elevado a un 57% el uso de la capacidad instalada de refinación, produciendo más combustibles para satisfacer la demanda nacional, aunque aún está lejos de la promesa de aprovechar por lo menos un 70% la capacidad de PEMEX.
Dentro de los grandes proyectos, se encuentra la Refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, que entrará en producción a finales de este año, lo cual permitirá disminuir aún más la dependencia de combustibles importados, a esto se sumó la adquisición de la refinería de Deer Park haciendo posible la importación de combustibles, que si bien se producen en el extranjero, la administración se encuentra en manos de la paraestatal, lo que elimina el riesgo de un corte de suministro por parte de la empresa.
En cuanto a la generación de electricidad, la empresa CFE ha pasado a tener una participación en el mercado del 49% en 2019 a un 56%, nuevamente disminuyendo la dependencia del suministro de energía sobre factores del mercado.
Un año para que termine el primer gobierno con una visión totalmente opuesta en cuanto al concepto de seguridad energética a lo que habíamos vivido en las últimas décadas, en mi opinión, se han dado pasos acertados en el tema, sin embargo, aún falta, pues los logros alcanzados se han quedado cortos de acuerdo con las expectativas generadas, pero hay muchos proyectos por concluir que esperemos que mejoren y encaminen el desarrollo económico y social de México, con una mayor seguridad energética.
