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lunes, 21 abril, 2025
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María Guadalupe Alvarado y la batalla en Puente de Calderón

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Por: ROSARIO CÉSAR HUÍZAR REGALADO •

La Gualdra 588 / Historia / Mujeres

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Actualmente, reivindicar la participación de las mujeres en diversos acontecimientos de la historia, es crucial para comprender el hecho histórico y evitar fragmentaciones. La independencia es un periodo en el que, hasta hace poco más de una década, eran escasas las mujeres conocidas. 

En el contexto de la derrota de Hidalgo en Puente Calderón el 17 de enero de 1811, se aprehendió una gran cantidad de insurgentes. Entre las detenciones se encontró una mujer vestida de soldado. Fue María Guadalupe Alvarado, esposa de Francisco Araujo profesor de cirugía médica, nombrado por Hidalgo como cirujano de su ejército. Contrario al pensamiento de la época, pero acorde al cumplimiento del deber ser, esta mujer se vio precisada a marchar en seguimiento del cónyuge, para no quedar desamparada y sin protección.

En el campo de batalla, el ejército de Calleja sorprendió a Guadalupe Alvarado vistiendo pantalones. Señaló tomar esa decisión, para poder caminar con seguridad y evitar los insultos de la tropa, “me vestí de soldado con el propio uniforme de mi marido”. Se desconocen los detalles de su participación en la batalla, si por el hecho de portar uniforme de soldado fue considerada un miembro más de la tropa luchando hombro a hombre en el ejército de Hidalgo o si auxilió a su esposo en las actividades de cirujano y de enfermería. Erick Van Joung (2006) refiere este tipo de acciones como las voces y participaciones que poco se han tomado en cuenta. Córdova Plaza (2010) señala que la guerra entonces constituía un periodo de excepción que provocaba fracturas en el orden social y en el régimen de sexualidad. Al formar parte de la infidencia, las mujeres tenían que ingeniárselas para poder imbricarse en una actividad reservada a los varones. 

La detención de María Guadalupe se realizó en el puerto de San Blas, actualmente Nayarit, cuando intentaba huir con su esposo. En su arrepentimiento nunca se retractó de haber estado vestida de soldado, pero logró borrar su complicidad con los insurgentes. Doña Guadalupe, asumió un posicionamiento sagaz para protegerse de malos entendidos y escenarios posteriores que la comprometieran con la justicia real. Con abogado, reivindicó su indulto a través de una carta. Sus razones fueron: 

porque a nadie faltan escrúpulos o mal querientes que tal vez me vuelvan a denunciar de lo mismo, o de cualquier otra impostura, a nadie he hecho daño, antes bien, al europeo Pedro González, a quién el Lic. don José Manuel Solís tuvo oculto todo el tiempo de la revolución de los insurgentes, él podrá declarar como yo le llevaba algunos socorros, y aun hacía que mi marido lo visitase y curase sus enfermedades (ARANG: ramo criminal).

A doña Guadalupe le interesó conservar su honor, mostrar su integridad y arrepentirse fue fundamental porque uno de los principios para el reino de España era la fidelidad de sus súbditos y la infidencia se consideró un delito público, (Valdés Aguilar, 2010). El fallo definitivo concurrió el 21 de mayo de 1811 en Guadalajara, quedando esta mujer absuelta de su comprobada participación en el bando insurgente.

 

* Estudiante de la Unidad Académica de Estudios de las Humanidades-UAZ, Doctorado en Estudios Novohispanos.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/lagualdra588

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