25.4 C
Zacatecas
lunes, 12 mayo, 2025
spot_img

Unidos y bien informados podemos evitar abusos de los poderosos: Alfonso André

Más Leídas

- Publicidad -

Por: RAFAEL DE SANTIAGO •

■ Evadir la realidad provoca que quien ostenta el poder siga cometiendo ilegalidades: músico

- Publicidad -

■ “Vengo de una generación donde la música estuvo de la mano de la lucha social”, afirma

Los mexicanos forman parte de la solución de los problemas sociales, y evadir la realidad sólo provocará que las personas que ostentan el poder sigan cometiendo abusos; la única manera de parar esto es con gente informada que se una, expuso Alfonso André, reconocido baterista y percusionista mexicano que formó parte de la legendaria banda de rock mexicano Caifanes.

“Vengo de una generación donde la música estuvo de la mano de la lucha social y se ponía el dedo en la llaga cuando algo no estaba bien. Ahora no sé si sea por el desencanto, el hartazgo y la decepción que ahora los chavos hablan de cualquier cosa menos de lo que está pasando en la realidad. Hablan de cometas, galaxias y eso es evasión; se entiende, porque las cosas están del carajo, pero tenemos que ser parte de la solución y no evadirla”, comentó André.

Señaló que si se evita la realidad continuarán ocurriendo los abusos de las personas que tienen el poder y que lo han hecho de una forma “obscena”. Consideró que la gente debe aportar desde su trinchera algo positivo para México.

Explicó que el rock en México nació como un movimiento contestatario y muchas bandas mantienen esa parte. Sin embargo, actualmente también se ha perdido ese aspecto en muchos grupos que buscan comercializar su música sin abordar temas sociales. Parte de esa historia del rock nacional ha sido Caifanes, grupo legendario donde André fue el baterista.

Desde pequeño, dijo, ya tenía el gusto de pegarle a todo lo que se encontraba enfrente, y ponía sus juguetes en el suelo regados en la alfombra, y un par de ganchos de madera que usaban para la ropa le servían de batacas.

También de su hermana tuvo influencia, pues ella tocaba la batería cuando terminó la primaria y le enseñó a André a tocar, aunque con la mano derecha, pues él era zurdo; “por eso toco medio raro”, explicó entre risas el baterista.

De igual manera, su padre de forma indirecta le inculcó el amor a la música, pues en su casa se escuchaban discos de bandas como The Beatles, The Rolling Stones, Bob Dylan, Janis Joplin, entre otros. Su abuela cantaba ópera y la madre de André también estudió piano, pero al casarse ya no volvió a tocar.

Revela que su cuñado, Fernando Toussaint, hermano de su esposa Cecilia Toussaint, a quien vio tocar en su grupo Palmera, fue quien lo inspiró como músico, aunque pensaba que para tocar debía ser un virtuoso como Fernando y solo así debería subir a un escenario.

Tiempo después conoció a Alejandro Marcovich y a Saúl Hernández, con quienes empezó a tocar en Las insólitas imágenes de Aurora, organización musical que nació en 1985, pero solamente duró tres años. Fue su primera experiencia profesional.

Manifestó Alfonso André que el rock tuvo una época oscura, pues no había foros para hacer tocadas; los medios de comunicación no querían hablar nada de ese movimiento y las disqueras buscaban a grupos pop que vendieran.

Como grupo siempre tuvieron que abrirle a otra banda conocida, que tocara más y que tuviera equipo de sonido como bocinas. Organizaban fiestas en las que tenían que rentarlo para poder tocar.

También llegaron a tocar en un programa de gobierno que se llamaba Operación Callejera, y lo hacían en la calle con dos pequeñas bocinas enfrente de la Catedral de la Ciudad de México y afuera del Museo Nacional de Arte.

Con Las insólitas imágenes de Aurora ganó solvencia económica cuando los contrataban por parte de la empresa Televisa para ser la banda de acompañamiento en los playback de artistas como Laureano Brizuela, Fresas con crema, Timbiriche, Alaska, Miguel Bosé, entre otros, y con eso se pudieron comprar equipo.

Después, Saúl Hernández formó Caifanes, pero André al principio no quería seguirlo, pues se había encariñado con Las insólitas y le había dolido la separación de la banda. Después vio en un par de ocasiones a la banda en Rockotitlán, donde se hacían tocadas de rock, y para la tercera presentación ya era parte de la banda.

Las disqueras se dieron cuenta que el rock en español era negocio en Argentina y en España, y comenzaron a voltear los ojos hacia lo que se estaba haciendo en México, de manera que Caifanes fue de las primeras bandas en obtener contrato con una empresa. “Estaba en el momento indicado, en el lugar indicado, con la gente adecuada, y lo demás fue historia”, señaló el baterista.

Pertenecer a esta banda para él fue estar en un lugar privilegiado, pues logró conocer a otros músicos mexicanos y extranjeros,  productores, bandas y eso fue una gran escuela para André, y en donde se formó como persona y músico.

Posteriormente continuó con Jaguares y sólo cambiaron algunos músicos, incluidos Sabo Romo y Alejandro Marcovich, ex Caifanes, y en el primer disco se invitó a los músicos con los que tocaba en el proyecto La Barranca.

En esa época se desintegró Caifanes, y participó en tres producciones discográficas con La Barranca, a la cual considera que no se le ha hecho justicia, pues son músicos talentosos que ofrecen un rock digerible.

Después Saúl Hernández buscó emprender su carrera como solista y esto motivo a André a planear su proyecto personal, pues siempre tuvo la inquietud de cantar aunque lo postergó por su trabajo detrás de la batería.

Se unió con Federico Fong para grabar Cerro del aire, su primer material, en el que participaron muchos músicos invitados.  Entonces se dio el reencuentro con Caifanes, y en tiempos libres se ocupaba de grabar el disco.

Como solista, reconoce que pesa sobre él una mayor responsabilidad, pero confía en el talento de sus músicos y sabe que el trabajo en equipo puede potencializar el resultado con la participación de todos.

Actualmente uno de sus hijos participa con él tocando la batería cuando uno de sus músicos no puede estar presente, y Cecilia Toussaint le ayudó a preparar su voz, participó en la grabación de Cerro del aire y lo impulsó a cantar.

“El negocio de la música es muy pinche, hay que hacer música, eso es lo más sano para el alma, la cabeza y el corazón; todos deberíamos hacerlo, pero el negocio es bastante desagradable. A veces me pregunto qué hubiera sido de mí; estudiaba diseño gráfico, a lo mejor me hubiera gustado vivir de otra cosa y hacer música por placer”, concluyó André.

- Publicidad -

Noticias Recomendadas

Últimas Noticias

- Publicidad -
- Publicidad -