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jueves, 25 abril, 2024
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Los Errores de Romo, SHCP y Banxico

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Por: ARTURO HUERTA GONZÁLEZ •

Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia, informó el 25de marzo en la Cámara Americana de Comercio, que el gobierno analiza “un nuevo recorte presupuestal con el objetivo de no incurrir en déficit fiscal”. Ante la disminución de los ingresos públicos derivados de la caída de las exportaciones petroleras, como de la recaudación tributaria, derivada de la desaceleración de la actividad económica, como por las presiones que sobre las finanzas públicas genera el pago del servicio de la deuda pública (Incluyendo Fobaproa) ante el alza de la tasa de interés, el gobierno responderá con mayores recortes presupuestales a fin de evitar déficit fiscal. Ello lo hacen para que las Calificadoras Internacionales no le bajen la calificación crediticia al gobierno, lo que impactaría en mayores tasas de interés sobre los créditos que demande el gobierno, como Pemex y la CFE en los mercados financieros internacionales. Sin embargo, los mayores recortes presupuestales nos llevarán a la recesión económica, lo que reducirá más los ingresos tributarios, seguirán las presiones sobre las finanzas públicas, lo que generará incapacidad de pago de la deuda y las Calificadoras internacionales le bajarán el grado crediticio al país.

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Alfonso Romo añadió que “hay una determinación a no incurrir en un déficit fiscal, no tengan duda. (El presidente) primero hace otras cosas que no cumplir este mandato, para bien o para mal. Ya veremos después cómo corregirlo, pero hoy no”. Tales declaraciones evidencian que no tienen conocimiento de la función de las finanzas públicas y de los graves problemas que ocasiona una mala decisión en el manejo de las finanzas públicas. Cuando la economía se desacelera, sea porque las exportaciones crecen menos que las importaciones, como porque no aumenta la inversión y el consumo privado, el gasto público debe incrementarse a fin de frenar la caída de la actividad económica. El proceder a recortes presupuestales a fin de evitar a toda costa el déficit fiscal, acentuará la tendencia decreciente de la actividad económica, y seguirá disminuyendo la recaudación tributaria, y con ello las presiones sobre las finanzas públicas y no lograrán satisfacer a las calificadoras y si en cambio aumentará el desempleo y la pobreza en el país a pesar de los programas sociales. Y será muy costoso al país, salir de una fuerte recesión.

La capacidad de pago se genera en contexto de crecimiento económico, que aumente el ingreso nacional y la recaudación tributaria. Y el crecimiento del 4 % no le “corresponde al sector privado” como dijo Alfonso Romo. Al disminuir el gasto el gobierno (cayó 7.7% en el primer bimestre, y solo durante febrero, el gasto público registró una disminución de 16.2 por ciento, según SHCP), se contrae el mercado interno, lo que aumenta la capacidad ociosa de la planta productiva, lo que desestimula las decisiones de inversión, por lo que no habrá crecimiento. ¿Para quien va a producir el sector privado si cae la demanda interna y si no crece el mercado externo y no tenemos competitividad?
Por su parte, la Junta de Gobierno del Banxico en un comunicado de prensa el 28 de marzo del presente, reconoce el menor dinamismo en la mayoría de las economías, y en relación al país señalan que “la actividad económica … continúa mostrando un bajo crecimiento… como consecuencia de la desaceleración de la economía global, de cierta debilidad de la demanda interna”. Si las autoridades monetarias reconocen la desaceleración de la economía mundial y nacional, y que la tasa de inflación está bajando, es para que hubieran reducido la tasa de interés para disminuir las presiones sobre el costo de la deuda pública, como del sector privado y así aliviar los problemas financieros que enfrentan, para que incrementen la inversión y el gasto y contrarrestar la desaceleración de la actividad económica. Ellos se pronuncian por “seguir una política monetaria prudente y firme” y por “que se cumplan las metas fiscales del Paquete Económico para 2019” que es el de superávit fiscal. No reconocen que tanto la política monetaria de alta tasa de interés y la política de recortes presupuestales encaminados a alcanzar el superávit fiscal, son las que están desacelerando la actividad económica, y la debilitan para encarar el menor crecimiento que se observa en la mayoría de las economías a nivel mundial. En vez de pronunciarse Banxico y SHCP por políticas que impulsen la actividad productiva y el empleo para contrarrestar la desaceleración de la economía, instrumentan políticas a favor del sector financiero y del capital internacional, en detrimento de los objetivos de crecimiento y bienestar que demanda la población. El crecimiento económico requiere de menores tasas de interés y de expansión del gasto público y ello no sería inflacionario, ni generaría presiones sobre el sector externo, ni generaría mayor deuda, si se dirige a impulsar los sectores estratégicos (Pemex y la CFE), como los sectores productivos, pues la mayor dinámica económica se traduciría en mayor ingreso nacional y recaudación tributaria y reduciría los montos de endeudamiento existentes. ■

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