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viernes, 19 abril, 2024
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La inclusión como método permanente de la acción

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Por: ALEJANDRO TELLO CRISTERNA* • Admin •

Para entender lo que el término inclusión significa, deberíamos comenzar por definir la acción de incluir; tal definición supone contener o englobar a algo o alguien dentro de otra cosa, espacio o circunstancia específica. Incluir entonces es sumar algo a otra cosa ya existente. Así, el término de inclusión hace referencia al acto de incluir algo o a alguien.

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Usualmente este concepto se utiliza en relación con situaciones o circunstancias sociales en las cuales se incluyen o se dejan afuera de ciertos beneficios sociales a grupos sociales específicos. La inclusión entendida desde el punto de vista social, tiene que ver con el trabajo que diferentes personas realizan a diario para asegurar que grandes sectores de la sociedad no queden por fuera de ésta y entren entonces en una espiral de lucha por la mejora de las condiciones de vida.

La inclusión debe ser el método que asegure la suma de las voluntades en torno a un proyecto o acción que permita incluir a todos sin demérito de quienes ya están en la ruta de la construcción del proyecto o acción determinada. Entonces en la acción social de incluir, se trata de sumar no de dividir.

La inclusión social la entiendo como una acción encaminada a integrar a la vida comunitaria a todos los miembros de la sociedad, independientemente de su origen, de su actividad, de su condición socio-económica o de su pensamiento.

Normalmente la inclusión se relaciona con los sectores más humildes, pero también tiene que ver con la incorporación de aquellos sectores que se encuentran al margen de la toma de decisiones.

Entonces, en la inclusión social debemos agrupar a las actitudes, las políticas y las tendencias que se propongan integrar a las personas de distintos sectores a la sociedad a la cual pertenecen, proponiéndose que las mismas contribuyan aportando sus talentos y que al mismo tiempo obtengan una retroalimentación, recibiendo el reconocimiento por parte de la sociedad. La inclusión, por tanto, debe concretarse desde todos los planos: político, económico, educativo, social, y muchos otros.

Los métodos a los que se recurre para llevar adelante  el fenómeno de la inclusión pueden ser muy variados, aunque por lo general tienen que ver con la forma en que se incorporan los sectores más desprotegidos y discriminados con todos aquellos medios necesarios para poder desarrollar un estilo de vida digno.

En este sentido, la vertiente de la inclusión social puede significar una manera de asegurar trabajo, salud, vivienda digna y segura, educación, seguridad y muchas otras cosas que contribuyen a que toda la sociedad se desarrolle de manera orgánica y ordenada.

Sin embargo, también podemos observar la vertiente de la inclusión política como uno de los fenómenos característicos de estos últimos años, y que se origina en las crisis económicas y que han hecho que importantes sectores de la oblación entre en el desamparo y el abandono.

Ello motiva su incorporación a grupos sociales o políticos que buscan el ascenso a espacios de decisión para buscar incidir en la mejora de su modo de vida y del entorno, por lo que se organiza para tratar de alcanzar esos objetivos mediante organizaciones políticas o sociales, y que en la realidad sólo son los partidos políticos. En tal circunstancia, buscan que el partido al cual se incorporan satisfaga esos intereses.

Sin embargo, no siempre los resultados son los más favorables y por tanto, viene la exclusión política individual o de organizaciones. Por esta razón, comparto la idea  de que la inclusión política, en la que todas las voces y todas las corrientes de pensamiento deben tener un espacio para la expresión; la inclusión política debe ser una guía y una orientación permanente de la acción y conducta de todos los que hacen de la política su modo de vida.

Debe existir, siempre, un modelo que oriente la inclusión y canalice las formas de pensamiento, porque el país necesita de todos y merece de su participación. No podemos perder de vista la existencia también de la vertiente de la inclusión asistencialista, en la que los programas de subsidios han sido una de las políticas estrellas en este sentido.

Asignaciones de recursos que se extienden a aquellas personas que más lo requieren, es una de las metodologías con la que se combate la exclusión, y es una de las maneras más eficaces de fomentar la inclusión de aquellos sectores sociales más marginales y vulnerables de la sociedad.

Ahora bien, debemos decir que para que este sector se desarrolle y pierdas las posibilidades de competencia con otros más elevados de la sociedad, se debería acompañar esta política con otras más tendientes a fomentar el estudio, la capacitación y el trabajo, porque si no es de esa manera, el estado se transforma en una caja registradora, y los individuos cómodos en esta situación, no se proponen un crecimiento personal y profesional que los haga superarse en todos los niveles de su vida.

Por lo tanto, otra alternativa frente a los subsidios, o una excelente opción para acompañarlos hasta que la persona pueda lograr una autonomía en todo sentido, es la promoción de un sistema que permita alcanzar la igualdad en la oferta educativa.

Sabemos que la clave del futuro está en el nivel de conocimiento que alguien posea, y por ello, es importante que todos los grupos sociales reciban una educación que les permita desarrollarse en un mercado cada vez más competitivo.

Que todos tengamos la misma oportunidad de educarnos y de hacerlo en las mismas condiciones es un factor decisivo en la integración social de que hablamos. Así es que a los subsidios deberían seguirle el otorgamiento de becas estudiantiles que mejoren la equidad educativa en los diferentes niveles de estudio, y propiciar con ello, el más alto y elevado compromiso de la inclusión social. Ese es el gran reto. ■

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