En la pasada entrega nos referimos en la generalidad a la Métrica de Gobierno Abierto 2023, elaborado por el Colegio de México (COLMEX) y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), considerando el mecanismo de gobierno abierto como una oportunidad para la democracia, tanto para quienes creemos en el modelo de democracia liberal, como para quienes pretenden instituir una alternativa plebiscitaria. En este sentido, cabe retornar abordar los hallazgos que son de interés para esta participación editorial:
En primer lugar, tenemos que la apertura gubernamental se ha deteriorado en los últimos años, particularmente en lo referente a datos abiertos, transparencia proactiva y participación ciudadana. No así en acceso a la información y transparencia activa, lo que implica que los sujetos obligados (instituciones públicas u organizaciones que reciben recursos públicos), están cumpliendo con las obligaciones mínimas que les fija la norma, pero no están yendo más allá, lo que a su vez evidencia falta de voluntad política.
Una buena noticia, entre los hallazgos de la Métrica, es que las rutinas y procedimientos de acceso a la información y transparencia activa continúan consolidándose, lo que implica que se está formando una cultura burocrática y también ciudadana al respecto, en la que mucho ha tenido que ver el buen desempeño de los órganos garantes no solo en su faceta justo de garantizar dichas herramientas, sino también en su promoción y difusión. Importa citar en este punto al informe: “las diferentes organizaciones responden a las solicitudes de acceso a la información con mayor frecuencia, casi siempre dentro de los plazos legales y sin necesidad de solicitar una prórroga, y que, además, sus respuestas se reciben con mayor celeridad y completud”. Es decir, las instituciones cumplen cada vez mejor con lo dispuesto por la Ley, y ello implica también la instalación de capacidades y compromiso con el Estado de Derecho.
Sin menoscabo de lo anterior, es importante agregar que otro punto que se destaca del estudio es que, aún con información disponible, es necesario mejorar su calidad, ya que es común encontrarse con enlaces rotos, documentos inadecuados para su consulta o información incompleta. En este sentido, agregamos en este texto, es importante promover con mayor intensidad la denuncia que puede realizarse a través de la propia Plataforma Nacional de Transparencia, mecanismo que es bien atendido por los órganos garantes, tanto estatales como el nacional.
En otro de los hallazgos se encontró que la información que se pone a disposición de la ciudadanía en ejercicios de transparencia proactiva, cuando éstos existen, sigue siendo insuficiente, aunque, hay que aclarar que la propia Métrica reconoce que en esta edición se utilizó un estándar más estricto, por lo que, más que un deterioro, nos encontramos ante nuevos indicadores que hay que atender.
Quizá el hallazgo que mejor refleje la oportunidad que no estamos aprovechando en la figura del Gobierno Abierto para la democracia, es el que refleja que la participación ciudadana continúa siendo un pendiente, pues, como lo dice el estudio “cada edición ha encontrado que la ausencia de un lenguaje común, de procesos estandarizados y de normas que establezcan responsabilidades y derechos claros, ha generado que ni entre funcionarios públicos ni entre las personas haya una expectativa compartida acerca de qué significa la participación ciudadana y cómo debe funcionar”. Para ello es de suma importancia que se avance en leyes en materia de participación e incidencia ciudadana y que éstas contemplen el mecanismo de gobierno abierto como una posibilidad entre sus figuras e instrumentos.
Finalmente, otro hallazgo importante que podemos destacar es la incursión de las redes sociales como vehículo para la participación ciudadana, aún con sus áreas de oportunidad, pues se logró identificar que, en Facebook, el 83.3%, de los sujetos obligados, tienen un perfil a través del cual es posible entablar comunicación con ellos, resultando efectiva en un 68.4% de los casos en el estudio comentado.
Desde luego, innovar en las formas en que las instituciones informan, dialogan, deliberan, deciden e implementan lo público, es fundamental para que la democracia alcance su objetivo esencial, sea cual sea su concepción, que es la de servirle a las personas en sus derechos.
@CarlosETorres_