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jueves, 18 abril, 2024
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Ganan Trump y Clinton en el ‘supermartes’

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Por: La Jornada •

Nueva York. Donald Trump y Hillary Clinton fueron los triunfadores en la mayoría de los concursos internos de ambos partidos nacionales realizados en 11 estados (más Alaska sólo para los republicanos) este llamado supermartes, lo cual marcó una derrota para la cúpula republicana mientras que el “socialista democrático” mantuvo viva su insurgencia ante la cúpula demócrata con victorias en cuatro estados.

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Este supermartes se llevaron a cabo el número más grande de concursos y donde estaban en juego más delegados (aproximadamente una cuarta parte del total) que en cualquier otra fecha de este proceso electoral, y por lo tanto se considera la primera prueba nacional para los precandidatos de ambos partidos.

Trump ganó en siete estados con concursos republicanos, con la excepción de Texas y Oklahoma donde ganó el senador Ted Cruz y Minnesota donde ganó Marco Rubio.

Clinton dominó los concursos en los estados sureños de Georgia, Virginia, Tennessee, Arkansas, Alabama y Texas como también Massachusetts; su contrincante Sanders ganó su estado de Vermont, Colorado, Minnesota y Okahoma,

El semi-fascista, populista de derecha, racista,fanático -entre otros calificativos que se emplean para el precandidato insurgente republicano Trump- demostró su cada vez más amplio apoyo entre las filas de su partido, desde losevangélicos conservadores del sur hasta sectores más moderados en el noreste y centro, como en el suroeste.

Ante ello, se intensificó la alarma no solo entre la cúpula republicana que enfrenta tal vez una crisis en su partido con el surgimiento de Trump, sino entre diversos sectores de la elite política y social, centristas y liberales, los medios y ni hablar de los inmigrantes.

Trump continúa generando controversia y pavor, pero eso parece seguir nutriendo su campaña: en un evento de campaña en Virginia, le preguntó a una latina que protestaba “¿eres de México?” con un tono de intimidación, mientras retomaba su posición de que expulsará a “ilegales” y construirá el muro famoso en la frontera con Mexico; titubeó en repudiar el endoso del ex líder del Ku Klux Klan y otros grupos supremacistas y antimigrantes; retuiteó un cita de Mussolini -“es mejor vivir un día como león que cien años como oveja” – aparentemente sin saber quién era el autor, pero al enterarse dijo que no le importaba porque la frase era “muy buena”; agentes del Servicio Secreto tumbaron al piso a un fotógrafo de la revista Time que se había atrevido a salirse unos centímetros del corral que impone Trump para la prensa en todos sus eventos; se sigue reportando de incidentes donde blancos gritan su nombre y corean “construye un muro” en partidos deportivos y otros eventos para intimidar a latinos.

El Washington Post imploró, en un editorial, que los votantes no le den legitimidad al “asalto sobre la democracia” de Trump, recordando que Adolf Hitler logró imponer su autoritarismo a través de las urnas. Argumenta que aun si no llega al poder, su campaña daña los “valores democráticos” y afirma que “pensamos que los estadunidenses merecen algo mejor que eso -y que son mejor que eso”.

Algunos republicanos están ya declarando que no podrán votar por Trump si resulta ser el candidato.Un reconocido asesor electoral republicano, Stuart Stevens, quien trabajó para la campaña de Mitt Romney en la última elección comentó que “es ya obvio que apoyar o no apoyar a Trump ya no es una decisión política. Es una decision moral…. Apoyar a Trump es apoyar el odio y el racismo que encarna”.

Los otros cuatro precandidatos republicanos fragmentaron entre sí el resto del voto de sus bases, pero para los senadores Marco Rubio (el favorito por ahora de la cúpula republicana) y Ted Cruz, todo se trataba de ganar por lo menos un estado -algo que logró Rubio en Minnesota, su primero en lo que va de este año, mientras que Cruz ganó en su estado de Texas y en Oklahoma.

Pero al continuar ambos, señalan estrategas, siguen dividiendo el voto anti-Trump dentro de su partido. Por ello, ambosintercambiaron mensajes retóricos esta noche invitando a que el otro se dé por vencido para poder frenar a Trump. Obviamente ninguno de los dos aceptó la invitación del otro.

John Kasich espera permanecer para ver si gana en su estado de Ohio y aun puede presentarse como una alternativa más centrista a los demás. Ben Carson continúa sin ganar nada, ni nadie sabe -tal vez ni él- por qué sigue en esta contienda.

Los demócratas

Clinton arrasó en el sur, como se esperaba, con el apoyo vital de las bases afroestadunidenses, además de un triunfo cerrado en Massachusetts y desde esta noche su estrategia ya es promover la imagen de que es inevitable que será la candidata presidencial demócrata y girar el enfoque de su campaña en contra de los republicanos.

Pero aunque amplio, y por mucho, su margen en delegados ganados en estos concursos, aún es demasiado temprano como para declarar victoria sobre su contrincante Sanders.

Esta mañana la campaña de Sanders anunció que solo en el mes de febrero, recaudaron más de 42 millones de dólaresprovenientes de 1.4 millones de contribuyentes donando en promedio 30 dólares cada quien. Eso contrasta con todos los otros precandidatos, incluyendo Clinton, que dependen de grandes donantes ricos. Si continua logrando este tipo de apoyo financiero eso garantiza que Sanders puede continuar batallando posiblemente hasta el final, algo que él mismo ha dicho que hará.

Para Clinton y la cúpula demócrata esto es una pesadilla, ya que no pueden descartar que la ola de apoyo a Sanders no siga creciendo como lo ha hecho hasta ahora, y que llegue a la recta final tal vez con muchos menos delegados, pero mucho más apoyo y entusiasmo, y que aún podría ofrecer más sorpresas a la ahora incomoda reina del partido. Más aún, no cesa la especulación de que podría desatarse algún escándalo u otro problema que podría dañar y hasta descarrilar la campaña de Clinton.

Pero tal vez lo más curioso de esta coyuntura es que mientras casi todos dentro y fuera de Estados Unidos se han enfocado cada vez más en el fenómeno de Trump -con justa razón- también hay otro fenómeno tal vez igual de importante: un enorme universo de estadunidenses que ahora dicen que son socialistas o que ven el socialismo favorablemente. El veterano periodista y comentarista Harold Meyerson escribe en The Guardian que aunque Sanders ha generado mas atención a la palabra, no se limita a sus seguidores. Señala que en una encuesta del New York Times en noviembre del año pasado, un 56 por ciento de demócratas afirmaban tener una opinión favorable del socialismo; una encuesta de Pew en 2011 reveló que un 49 por ciento de estadunidenses de menos de 30 años de edad veía de manera favorable al socialismo, mientras que sólo 47 por ciento decía lo mismo del capitalismo. Y en Carolina del Sur, en un sondeo de Bloomberg News de electores demócratas, un 39 por ciento se identificaba como socialista (implicando que no son necesariamente seguidores de Sanders, sino también de Clinton).

Ahora procede la contienda a otros 19 estados que realizarán concursos en las próximas dos semanas, y entre los más claves están Michigan, Florida, Illinois y Ohio.

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