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jueves, 18 abril, 2024
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La UAZ, unidad en la diversidad; asume su compromiso, reflexiona y avanza

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Por: UZIEL GUTIÉRREZ DE LA ISLA* •

■ El Mirador de Heródoto

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“Hago un llamado a la Comunidad Universitaria
a que no bajemos la guardia.
Hoy la UAZ requiere del esfuerzo conjunto,
de la unidad en la diversidad y en la adversidad.”
Dr. Antonio Guzmán Fernández, rector de la UAZ

La instrumentación del plebiscito, en términos generales, refiere a que la autoridad somete un asunto de especial importancia a la opinión de la comunidad para que ella apruebe o rechace la propuesta. Esta modalidad de votación directa, personalizada y libre, genera soluciones democráticas por excelencia, como ocurrió en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), al quedar conjurada la huelga  emplazada para el 15 de febrero por el Sindicato del Personal Académico (SPAUAZ), pues sus integrantes, mediante la realización de un plebiscito con el siguiente resultado: 785 a favor de la huelga, 1004 en contra y 12 votos nulos, aceptaron el ofrecimiento de  un aumento salarial de 3.08 por ciento más el 0.99 por ciento en prestaciones no ligadas al trabajo. Desde luego, dichos incrementos quedaron por debajo del índice inflacionario.

La decisión de no colocar las banderas rojinegras -a pesar de estar insatisfechos con los flacos logros obtenidos-, fue en consideración al reconocimiento de la grave situación económica por la que atraviesa la UAZ, la cual ve el 2017 cuesta arriba.

En la reunión donde se hizo oficial  el resultado de esta histórica negociación, que se caracterizó por haberse realizado en un ambiente en el que prevaleció la responsabilidad, madurez y apertura al diálogo, lo que permitió concluir con éxito el proceso, la Rectoría de la UAZ, representada por Antonio Guzmán Fernández y el SPAUAZ, encabezado por Crescenciano Sánchez Pérez, resaltaron el esfuerzo de ambas partes por llegar a un acuerdo, con lo cual quedó de manifiesto  que para la comunidad UAZ, primero está la Institución. Lo anterior no hubiera sido posible sin el sentido de pertenencia en alto grado de los académicos hacia  su Alma máter.

Con la firma del citado convenio conciliatorio, si bien Rectoría seguirá gestionando las demandas de los docentes, la UAZ pudo continuar realizando sus actividades sustantivas, sin afectar a los estudiantes, circunstancia que abona a la estabilidad institucional, factor determinante para que la sociedad zacatecana siga depositando su confianza en nuestra Máxima Casa de Estudios.

Mientras que lo expuesto específicamente ocurre en la UAZ, cabe hacer notar que el resto de las universidades públicas del país también se están desenvolviendo en una atmósfera de restricciones financieras en función de que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2017 las dejó sin aumento y con limitaciones graves.

En reciente reunión de rectores, Tonatiuh Bravo Padilla, rector de la U de G, expresó que “el gasto asignado es apenas el mínimo para solventar los compromisos académicos y laborales más apremiantes, si es que al menos no se quiere perder la gobernabilidad al interior de las comunidades (…) lo anterior implica la cancelación de obras de infraestructura y de expansión académica. La idea central es asegurar los recursos destinados para cumplir los compromisos salariales con los sindicatos universitarios y sortear los emplazamientos a huelga de la mejor manera. La exigencia del momento consiste en repensar cómo invertir mejor los escasos recursos disponibles.”

Respecto a este complejo escenario, Gustavo Cruz Chávez, rector de la UABCS, lamentó la desaparición de los fondos extraordinarios para Educación Superior con los que se venía operando, mismos que se destinaban para solventar gastos de mantenimiento y de todo lo que tiene que ver con la logística, dado que aproximadamente el 90 por ciento de los recursos se irán a pago de nómina, consideró.

Tales efectos obviamente obedecen a múltiples causas. Sin embargo, según Perogrullo, la raíz de las restricciones en el financiamiento son los primeros ensayos neoliberales para la privatización gradual de la universidad pública, así como ya se ha privatizado gran parte de la riqueza nacional, incluyendo la del subsuelo, minas y petróleo.

En los recientes 30 años, el pueblo de México cotidianamente ha comprobado que el gobierno neoliberal en funciones ha implementado una disminución ya crónica del presupuesto destinado al gasto social en general –educación, salud, vivienda- con efectos devastadores en las condiciones de vida de las mayorías. Así, se han perdido importantes conquistas sociales como la seguridad en el empleo, el acceso a la seguridad social y a una vejez digna.

Un botín codiciado por la iniciativa privada es la educación superior que en lugar de considerarla como un derecho social, la quiere ver convertida en una mercancía para venderla a quien tenga los recursos económicos para comprarla.

En ese contexto, ninguna tendencia universitaria por sí sola va a lograr resolver los problemas estructurales de la UAZ. Consecuentemente, no es deseable ver a universitario contra universitario, por lo contrario, haciendo uso de la libertad de expresión y del debate de las ideas llegar a consensos sinérgicos que incluyan la defensa en común de la educación superior pública.

Para lograr que la UAZ siga siendo una universidad pública, laica, gratuita, pertinente, con prestigio, ocupada en el desarrollo social a partir del desarrollo del conocimiento, esmerándose en formar personas que reformen para bien a Zacatecas, necesitamos ser muchos, y en unidad. Esta lucha apenas empieza. ■

 

Así se observa el mundo desde El Mirador de Heródoto.

 

*Docente investigador de la UAZ

[email protected]

 

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