Creíamos haber visto bastante con el tráiler de graduación del Instituto Cumbres 2014 (disponible en https://youtu.be/dDrpDVpAPx0) El video empieza con una invitación sobre una charola en las manos enguantadas de un mayordomo que se acerca a la cama matrimonial donde duerme un joven. Éste se levanta, toma la invitación sin mediar palabra con el empleado, se sonríe, pone un disco, y observa desde la ventana el lujoso barrio donde vive. Mientras, otros jóvenes se atavían en un spa entre masajes, faciales, depilaciones, y bronceados.
El patético, cómico y quizá ofensivo derroche de ostentación y vanidad de aquel video causó polémica el año pasado. Pero aún no habíamos visto nada.
En la versión de 2015 (disponible en https://youtu.be/2_hZXUpnzS0) una fila de mujeres espera su turno para bailar en vestidos cortos frente a cinco jóvenes sentados a manera de jueces, quienes, resguardados por sus empleados y jugueteando con un jaguar que tienen por mascota, las ignoran con desdén. En otra escena los jóvenes son acosados por mujeres que los siguen, intentan besarlos, se meten a sus camas, y los reciben con pancartas donde se declaran ser su “fan número 1”.
El repudio al segundo video obligó al Instituto Cumbres de los Legionarios de Cristo, a disculparse y a manifestar que éste no “representa los valores y principios del colegio”, que según su propia página web pretende que el “conocimiento y cercanía con Dios les ayude a darse cuenta de aquello que es realmente importante en la vida, se hagan conscientes de la realidad del mundo actual y desarrollen un sentido de trascendencia en la ayuda a los demás.1”
En dicha institución se busca formar a los alumnos “en el respeto, la caridad, la igualdad, la generosidad, la nobleza, la humildad y la justicia (…)”2. Usted dirá si lo han logrado…
Este video con el que se anuncia el evento del Instituto Cumbres ha sido calificado de misógino porque en él las mujeres compiten para llamar la atención de los graduados de una escuela, que, paradójicamente, explica la separación en las aulas entre hombres y mujeres por considerar que “por lo general, las competencias bajo presión, con campeones y perdedores en un límite de tiempo estimulan positivamente a los niños, mientras que las niñas prefieren los trabajos en equipo donde todas ganen y nadie pierda”3.
Por otro lado, los protagonistas de este video han sido calificados de mirreyes, esa subcultura que descrita como la evolución de los “juniors” o “hijos de papi”, que desprecia la cultura del esfuerzo y se enorgullece de una riqueza producto de méritos ajenos. Los mirreyes, de acuerdo a lo publicado por la Revista Antropología Experimental4, tienen poco interés por la cultura o la información, aunque eso no los aleja de la política y el espectáculo; su apariencia física es fundamental, por tanto es importante exhibir un cuerpo ejercitado y bronceado casi permanentemente, para que no quede duda de sus posibilidad de viajar continuamente a la playa. También es frecuente entre ellos el consumo de champaña y algunas drogas, y la idea de que “las mujeres sólo tienen una finalidad: tener relaciones sexuales”.
En resumen, un mirrey es un “individuo narcisista, volcado en sí mismo, en su pequeña y limitada esfera mirrey, que se hunde en la moda y en el mainstream, no le interesan las cosas cruciales de la vida colectiva y sólo le entusiasma el presente, jamás el pasado y mucho menos el futuro”5.
Estos mirreyes, que pueden ser intrascendentes como individuos, son un síntoma según el académico Ricardo Raphael, quien recientemente, invitado por esta casa editorial presentó en Zacatecas su libro El Mirreynato: la otra desigualdad.
Para Raphael nos encontramos en el Mirreynato, es decir en el gobierno de los mirreyes que pueden ser descritos con las siguientes características: a) impunes, o creen serlo, b) ostentosos, c) corruptos, d) gozan discriminar, e) tienen desdén por la educación y la cultura, f) se matriculan en escuelas caras y elitistas buscando, no ya conocimientos, sino conocidos que en algún momento puedan servir como redes de corrupción.
Más allá de lo anecdótico, con su vídeo de graduación los juniors del Cumbres, retrataron a los mirreyes de la generación que les antecede, la de los que ya andan entre los 30 y los 45 años de edad, y que llegaron ya a los puestos de poder de este país. Pueden ser vistos, por ejemplo, en la gubernatura de Chiapas, donde se dan el lujo hasta de cachetear empleados en público.
Esos mirreyes, que no vimos venir hasta que estuvieron encumbrados, es justamente la que gobierna sin entender que no entiende, mientras los demás no entendemos cómo es que el resto lo hemos permitido. ■
@luciamedinas
(Endnotes)
1 Instituto Cumbres (s.f) “Formación espiritual y en valores” Disponible en http://www.cumbresmexico.com/index.php/es/modelo-educativo/formacion-espiritual-y-en-valores
2 Ibid
3 Instituto Cumbres (s.f) “Educación Diferenciada” Disponible en http://www.cumbresmexico.com/index.php/es/modelo-educativo/educacion-diferenciada
4 Nájera, O., y Ortiz, G., (2012) “Identidades juveniles en el principio del siglo XXI: Los Mirreyes” en Revista de Antropología Experimental, nº 12.
5 Ibid
