Ante el caos está la tranquilidad que nos da un libro.

En nuestra colaboración previa recordábamos algunos de los eventos más sobresalientes e importantes de lo que llamamos el CAOS MUNDIAL, y frente a este desastre propusimos la lectura como una especie de escape de la realidad porque si me permiten es triste escuchar todos los días de los conflictos internacionales sobre todo la invasión de UCRANIA por parte de RUSIA y la agresión inmisericorde – que no puede ser llamada guerra – en la franja de Gaza por un ISRAEL que sigue al pie de la letra los designios expansionistas de origen SIONISTA. Y en la víspera de que estas líneas se escriben se anunció un plan de TREGUA impulsado por EGIPTO, QATAR y los ESTADOS UNIDOS donde según entiendo hicieron equipo – extraño – elementos del gobierno saliente de JOE BIDEN y los de TRUMP que tomará posesión en unos cuantos días.

Si se me permite opinar, yo no me lo creo porque no pienso que EL SIONISMO ofrezca detenerse en sus planes expansionistas, a menos que hayan entendido que ya destruyeron todo lo que había que destruir en la FRANJA y que el masacrar diariamente entre 50 y 100 palestinos no representa mucho si piensan en la propuesta final que es la de exterminar al pueblo palestino de la faz de la tierra, como me recuerda esto – no me lo podrán negar – al proyecto de SOLUCIÓN FINAL, plan central del gobierno de HITLER para erradicar al pueblo judío, y así nuevamente viene a la mente la frase que seguiremos analizando en las próximas colaboraciones de :

VÍCTIMAS CONVERTIDAS EN VERDUGOS

Y créanme, no me gusta ser pesimista, pero este plan de los 43 días de cese del fuego con la entrega de 33 de los cerca de un centenar de rehenes aún en manos de HAMAS con el intercambio por palestinos presos en razón de 50 por cada niño, mujer o persona mayor de 50 años que son los primeros que regresarán  y una segunda etapa de otros tantos 43 días donde se intercambiarán el resto de los rehenes por el equivalente de presos palestinos y la salida del ejército de Israel de la franja – eso, de mi se acuerdan, no sucederá nunca –  y en una tercera etapa la reconstrucción de la franja que se llevara décadas vigilada por EGIPTO, QATAR y la ONU.

En lo personal, soy un escéptico de que esto se pueda convertir en una realidad, espero estar equivocado, y me permito recordar que hoy que salen estas líneas es viernes y estamos sólo a escasas 72 horas de la toma de posesión de TRUMP el próximo lunes con todo lo que ello traerá como consecuencias, porque si sus promesas se vuelven una realidad ese mismo día se iniciará la aplicación de aranceles con sus respectivas consecuencias para nuestra economía ya de por si debilitada y el inicio de la deportación masiva de indocumentados. Ya veremos si esto se hace una realidad que ensombrezca aún más los tristes momentos que vivimos en los albores del 2025.

Y ante este panorama hemos insistido en que la mejor válvula de escape es la de leer un libro, pero la dependencia y encadenamiento al celular, no sólo de las personas jóvenes sino de prácticamente todos, nos hace ser poco optimistas al respecto, y vemos aquellas personas que ya están en casa después de un día de clases o de trabajo, se despegan de su celular, pero solo para ver las ya famosas series de la televisión de paga conocidas como STRIMING y los libros, si es que los tienen, se quedan sin ser tocados en los libreros.

Ah, pero alguien replicara, ahí podemos ver las grandes obras literarias como “100 años de soledad” de GARCÍA MÁRQUEZ o PEDRO PÁRAMO de JUAN RULFO, y permítanme opinar que están totalmente equivocados, porque una serie como las que he mencionado – y tantas otras – son pensadas y realizadas como OBJETOS DE VENTA, es decir de MERCADO, con una mentalidad total y absolutamente neoliberal. En cambio, enfrentarte a la lectura de estas dos obras por poner solo un par de ejemplos representa un acto de INTROSPECCIÓN donde están solamente tú y el autor frente a frente sin que exista como en una serie todo un universo de interpretaciones subjetivas de aquellos que realizan esas producciones solamente con el objetivo de obtener algo a cambio, ES DECIR, SOLAMENTE CON LA IDEA DEL LUCRO

La lectura es otra cosa totalmente diferente. Tú, el libro, su autor y una soledad que te impones como circunstancia indispensable para DISFRUTAR, si he dicho bien, disfrutar del placer de la lectura y si bien la lectura es un acto donde participas en forma activa, el sentarte frente a la televisión moderna es simplemente un acto pasivo de tu persona como espectador de aquello que productores, cadenas, intereses monetarios etc. Armaron para tenerte cautivo.

Es por ello que inicio estas reflexiones con una carta enviada a PABLO NERUDA mucho antes que se pensara ni siquiera en la televisión de paga o en los STRIMINGS que hoy por hoy mantienen cautivos tanto a jóvenes como adultos y que nos alejan del LIBRO, permítanme insistir en el párrafo siguiente para que nos demos cuenta como alguien pudo predecir el gran riesgo de los tiempos que vivimos y que atentan en contra del PLACER DE LA LECTURA

“Usted dijo que debemos a la literatura prácticamente todo lo que somos y lo que fuimos. Si los libros desaparecen, desaparecerá la historia y también los seres humanos. Estoy segura de que tiene razón. Los libros son la suma arbitraria de nuestros sueños y de nuestra memoria… Lamento tener que decirle que la suerte del libro nunca estuvo en igual decadencia.

Son más los que se zambullen en el gran proyecto contemporáneo de destruir las condiciones que hacen la lectura posible, de repudiar el libro y sus efectos “Pronto –continúa la carta– llamaremos en ‘pantallas-libros’ cualquier ‘texto’ a pedido, y se podrá cambiar su apariencia, formular preguntas, ‘interactuar’ con ese texto”. Y cuando “los libros se conviertan en textos con los que ‘interactuemos’, según los criterios de utilidad, la palabra escrita se habrá convertido simplemente en otro aspecto de nuestra realidad televisiva regida por la publicidad. 

Este es el glorioso futuro que se está creando… eso no significa nada menos que la muerte de la introspección… y del libro. Por esos tiempos no habrá necesidad de una gran conflagración. Los bárbaros no tienen que quemar los libros”. Ya vivimos esos tiempos. Habrá que organizar “la resistencia”.

Quisiera pensar que esta reflexión es parte de “la resistencia” a la que aludía la carta previa.

Poner el plazo de los cien días para conocer el alcance que tendrán las administraciones ha sido desde hace un tiempo una especie de costumbre o tradición de los gobiernos, también de los mexicanos. Corto periodo considerado como un cáliz o ensayo. No faltan los que ven en este plazo una prueba de fuego para vislumbrar como será una gestión de gobierno que inicia.

 La gestión de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum no es la excepción. Como tampoco es excepción que en su informe presentado el domingo 12 de este muy frío enero, además de referir las obras y promesas realizadas o que ya están en marcha, también se suman un conjunto de anuncios, propósitos, proyectos y muchas buenas y sanas intenciones.

Cuando el primero de octubre tomo posesión del máximo cargo público, lo que muchos esperaban, _según la tradición de los relevos presidenciales_ era un cambio radical en la forma y estilo de gobernar. Cambio y estilo que la deiferenciara de su antecesor. A López Obrador, los comentócratas, sobre todo, lo ubicaron como un político de izquierda que encabezó un gobierno de ese mismo signo. En buena medida se le dio ese calificativo para diferenciarlo del resto de los partidos que derrotó en las elecciones del 2018. Su perfil de izquierda, de una izquierda clásica que además de la justicia pugna por la igualdad y un reparto más equitativo de la riqueza gravando más al capital, no va más allá de la izquierda tal y como la conocimos en el PRI. De no haber abandonado este instituto político, AMLO sería un claro e insuperable ejemplo de la izquierda priista. Como de izquierda lo habían sido Carlos Madrazo (padre), Reyes Heroles; que además de izquierda se sentía heredero de los liberales decimonónicos al igual que Obrador, o como González Pedrero, su maestro y amigo; Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo que moriría enfrentándolo, por mencionar a los más notorios.  Su perfil de izquierda se inscribe dentro de la izquierda del PRI. Una izquierda adscrita a la ideología del nacionalismo revolucionario. A diferencia de sus pares lo que lo vino a diferenciar fue su praxis y su cercanía de viajero incansable al lado de lo que él llama pueblo y algunas de sus reivindicaciones. Es de izquierda no tanto por su formación académica y teórica sino por su trayectoria colmada de práctica política. La razón para dudar de que sea de izquierda obedece a que son muy conservadoras sus posturas frente al feminismo y el cambio climático con el empleo de las energías limpias solo por mencionar dos temas. 

De un matiz y perfil diferente es la presidenta Claudia Sheinbaum. Ella viene de una izquierda más moderna de matriz antipriista y antineoliberal. Lo que se explica por ser de otra generación, haber tenido una trayectoria y formación política en su juventud distinta y hasta antagónica a la de su antecesor. Universitaria, académica y científica es hija de una activista y simpatizante del movimiento del 68. Su incursión en la política fue en la izquierda universitaria del CEU en la UNAM de los años 80´s y 90´s. El discurso y práctica de este movimiento era contrario a las políticas neoliberales de los tecnócratas priistas y en favor de la educación pública a cargo del Estado. En su juventud, Claudia fue una antipriista. 

Cuando López Obrador llega al frente del gobierno de la ciudad de México la invita a colaborar en su administración. Comienza así la cercanía e identidad con el político y proyecto del tabasqueño que la apoyaría para ser jefa de gobierno dejando de lado a un pragmático ambicioso, cargo que le serviría como plataforma de lanzamiento a la presidencia de México. Por eso es que su proyecto de gobierno más que una ruptura será una continuidad del proyecto obradorista. No será su títere ni habrá el deslinde que la oposición espera. ¿Qué puede esperarse de la primera presidenta de nuestra historia después de cumplidos los cien días en el cargo? 

     En el informe por los 100 días de su gobierno que rindió al pueblo bueno y sabio, la presidenta Claudia Sheinbaum el pasado domingo en el Zócalo capitalino, estuvo acompañada por los miembros de su gabinete legal y ampliado; gobernadores de MORENA, el priísta Esteban Villegas de Durango así como el  de Nuevo León Samuel García de MC; senadores y diputados morenistas; sector empresarial y representantes de los pueblos originarios.

     Según cifras oficiales la asistencia fue de 350 mil personas. No obstante, el escenario y el discurso de la presidenta lejos de reflejar una consolidación de la democracia, implica un gran retroceso y evoca épocas históricas superadas, pues ya vivimos en pleno siglo XXI. 

     Al respecto expreso los siguientes comentarios:

1.- Para iniciar el pueblo bueno y sabio, desconoce que durante estos 100 días de gobierno se hicieron recortes presupuestales para el ejercicio del año actual 2025, que afectan de manera grave materias tan importantes como seguridad, salud y educación entre muchas otras.

2.- Fue muy recurrente la mención de su antecesor AMLO, lo que significa su falta de voluntad política, independencia y responsabilidad como la primera presidenta que ha tenido nuestro país. Esta actitud lleva a confirmar lo que mucho se comenta: “que ella no gobierna porque sigue bajo el mandato de su jefe”, y que, por eso en México realmente “gobierna” un régimen en el que se incluye a Adán Augusto López; a Luisa María Alcalde y al propio hijo del ex presidente por citar algunos.

3.- Los asistentes al Zócalo mostraron un panorama muy similar al de hace ¡50 años!, cuando el PRI, se encontraba en su apogeo gobernando México: personas “acarreadas” de diferentes Estados; militantes de los partidos MORENA, PVEM y PT. Hubo también una fuerte presencia de organizaciones gremiales, como los sindicatos de trabajadores de la Educación, de Petroleros y de Electricistas así como la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM). La mayoría de los asistentes acudieron con banderas, banderines, gorras, playeras, pancartas alusivas a MORENA, la 4T o algún Sindicato. Fue notable también la presencia de vendedores ofreciendo todo tipo de objetos alusivos a la figura del tabasqueño, como amlitos, llaveros, etc. 

4.- Con su discurso la presidenta representa la continuidad con el gobierno de López Obrador porque consolida un orden  autoritario. La centralización económica y política, junto con la falta de contrapesos, indican un avance hacia una autocracia,  toda vez que la narrativa real de la 4T, avala no solo la  restauración sino también una reestructuración del viejo orden político, con un partido hegemónico y un poder absoluto. Además, la presidenta defendió la continuidad de los programas sociales y rechazó las críticas por falta de cambio, dejando fuera de su discurso la realidad de nuestro país en el ámbito nacional e internacional.

5.- En lo general, la mandataria informó sobre proyectos futuros, pero no contempló en qué forma ha atendido durante los 100 días de su gobierno los problemas más fuertes que hoy se viven en México. Por ejemplo, no abordó de manera convincente la forma en que se  está enfrentando, o, qué se ha realizado por parte de su gobierno, para atender la violencia desbordada en el Estado de Sinaloa, que lleva ya 4 meses y día con día los habitantes se encuentran a merced de la delincuencia.

      Chiapas, siendo otro Estado que también se caracteriza por altos índices de violencia, tampoco mereció ningún informe por parte de la presidenta, como igual sucedió con Guerrero, etc.

     Como no se cuenta con el sistema de salud mejor que en Dinamarca prometido por el ex presidente López Obrador al pueblo bueno sabio, no se conoce si durante los 100 días de gobierno, la presidenta ha prestado atención a ese grave problema.      

6.- También como AMLO, el lenguaje utilizado por Sheinbaum durante su informe fue con absoluta soberbia y resentimiento. Como siempre y para “no perder la costumbre”, aludiendo a adversarios y neoliberales contrarios a su gobierno y mostrando, a su manera, “temple” ante Trump quien en unas horas ocupará por segunda ocasión la presidencia de los Estados Unidos.

     ¿Por qué soberbia? Es difícil entender el o los motivos de tal comportamiento. Tienen todo el  poder. Lo obtuvieron por decisión abrumadora de la ciudadanía que les dio no sólo la presidencia, también el Congreso, las gubernaturas… Están haciendo lo que quieren: desaparecieron la autonomía e independencia del poder judicial; terminaron con organismos autónomos. Todo… ¿y aun así no están conformes? El profundo odio les impide gobernar para los mexicanos.     

7.- Tampoco informó en qué condiciones será la aberrante elección de juzgadores el 1 del próximo junio, ni el derroche de recursos públicos invertidos en este capricho de su antecesor.

        Ojalá que este gobierno que se dice de izquierda, pudiera abandonar la actitud belicosa, se aleje “del maximato” que caracterizó la época de Plutarco Elías Calles y que Sheinbaum realmente se dedique a gobernar que mucha falta hace en estos momentos a México, para evitar llegar al extremo que obligó al general Lázaro Cárdenas, el ilustre presidente, quien tuvo que expulsar a Calles para poder gobernar. 

En El oficio político. La élite gobernante en México (1946-2020) Rogelio Hernández Rodríguez, del Colegio de México, nos presenta un muy valioso e interesante análisis sobre la formación política, la educación propiamente académica, contexto ideológico y condiciones del sistema en que la clase gobernante en nuestro país se desarrolló durante todo el período priista, de las alternancias y el inicio de los gobiernos de la autodenominada cuarta transformación. Podríamos enmarcar las ocho décadas que abarca su estudio en tres etapas distintas: la primera de 1946 a 1982 es la de la institucionalización y profesionalización de la clase política, cuyas características principales es la estabilidad del sistema, cuando menos en su vertiente burocrática y por tanto el desarrollo informal de una carrera profesional, aderezada por un proyecto político dominante, del del nacionalismo revolucionario, cuyo objetivo trascendente es el de la formación de instituciones con el objetivo de gestionar del desarrollo económico y social del país, con una clara inclinación social sin que ésta incluyera a la democracia electoral ni la competencia política y el pluralismo siempre que éste se contuviera en los márgenes dispuestos por el partido hegemónico. A esta etapa el autor, a su vez, la titula como “La política y las instituciones”.

Una segunda etapa, que va de 1982 hasta 2018, tiene como factor predominante la perspectiva tecnócrata. En ella, a diferencia de la anterior, la formación de instituciones deja de ser prioritario para fijar como objetivo central la estabilidad económica. Es de llamar la atención que una de las variables que más claro se imponen es la diferencia en la profesión tronco deja de ser el derecho, preponderante antes, y se impone la economía, además claro, de los posgrados en el extranjero. Las instituciones atraviesan por reformas enfocadas en gestionar el pluralismo con una clara aspiración, que es la de la democracia electoral. Esta etapa tiene como preludio del fracaso de las políticas de los sexenios encabezados por Luis Echeverría y López Portillo y el agotamiento de la estabilidad política. Así mismo, la pluralidad democrática emerge, teniendo este contexto como causa y consecuencia. Como causa para el rompimiento de la clase política gobernante en fenómenos como la corriente democrática encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, la formación del Partido de la Revolución Democrática y a su vez, como consecuencia, al dar inicio la liberalización del régimen jurídico-electoral que permitiría el crecimiento político de Acción Nacional. La etapa tecnocrática (que el autor titula como “Economía y modernización” de 1982 a 2000 y como “La alternancia y la política desde los estados” de 2000 a 2018), tendría como elemento de legitimación la eficiencia económica y los resultados del Estado como aparato de gobierno.  

Finalmente tenemos la tercera etapa que podríamos denominar la de transformación popular. En ella se retorna a los objetivos del nacionalismo revolucionario, actualizado en el concepto de bienestar, y el enfoque se pone en el respaldo social como elemento de legitimidad; la economía como técnica pasa a ser secundaria, convirtiéndose en instrumento de la política, cuya predominancia retorna aún al margen de las instituciones y procedimientos formalmente establecidos. La ideología y la emoción política es la línea de acción, la técnica es herramienta.

Podríamos concluir que lo que demuestra el amplio estudio de Hernández Rodríguez es que la administración pública es y será siempre campo de acción política, independientemente de la perspectiva; lo es y seguirá siendo dada su naturaleza pública, en la que existirá siempre el conflicto, las relaciones de poder y el resto de fenómenos sociales cuya gestión solo es posible desde el aparato de Estado.

Ahora bien, por lo mismo, la perspectiva idónea, me atrevo a apuntar, es el punto medio entre la técnica y la legitimación popular, cuyo gradualismo se vea regulado por la complejidad de la función: al político, concebir la estrategia para la gestión del conflicto y al técnico la formulación e instrumentación de los procesos que permitirán la estabilidad, reforma y eficacia de las instituciones. 

De cualquier forma, el propósito de estas notas es invitar a la lectura y análisis en el contexto en el que la deliberación nos permitirá comprender nuestro pasado y presente, para que podamos definir el punto de partida rumbo a lo que vendrá en una democracia tan compleja en pleno proceso de mutación.

@CarlosETorres_