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viernes, 19 abril, 2024
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Actualmente hay un lenguaje de izquierda escondiendo un proyecto de derecha

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Por: MARTÍN CATALÁN LERMA •

■ La palabra tiene la función de camuflar y enmascarar verdaderos proyectos neoliberales

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■ Es tarea de los sectores progresistas no sucumbir ante estos “cantos de sirena”: Montayo

 

“Ninguna clase o sector dominante se perpetua en el poder apenas por la dominación física. Es necesaria la acción del convencimiento de las masas, conseguir que los intereses, los valores y la visión de mundo de la clase dominante, sea incorporada por las masas como intereses y valores socialmente aceptados”, afirmó Carlos Montayo, profesor de posgrado en la Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil,

En ese sentido, dijo que en la actualidad, en el contexto de crisis capitalista, de ofensiva neoliberal, de retracción de derechos laborales, civiles, sociales y políticos, y del resurgimiento en América Latina de gobiernos progresistas y también de la extrema derecha, es fundamental para la clase hegemónica la construcción de un nuevo lenguaje para subsidiar y legitimar su proyecto de contrarreforma neoliberal.
Es decir, expuso que el lenguaje ocupa una función estratégica en la legitimación de los proyectos claramente antipopulares del neoliberalismo, de manera que busca camuflar la esencia de los proyectos que develarla.

Para construir ese lenguaje, comentó que debe ir más allá de los grupos dominantes y debe conseguir penetrar las masas, por lo que hay una papel fundamental de buena parte de los intelectuales.

Es así que, en palabras de Montayo, es común observar en varios países que “tenemos un lenguaje de izquierda escondiendo un proyecto de derecha, un lenguaje sustentado en banderas históricas de los sectores progresistas y de la izquierda que camufla y esconde verdaderos proyectos neoliberales”.

“Hoy la izquierda y la derecha hablan con el mismo lenguaje, usan los mismos términos: la democracia, la participación, la igualdad, la justicia, la solidaridad. Es decir, dejaron de ser términos ligados a la izquierda y pasaron a ser adoptados por la derecha por los sectores conservadores como forma de legitimación de sus proyectos”, agregó.

En consecuencia explicó que la palabra ha incorporado una función más fuerte que en otra época, porque ahora tiene la función más de esconder el sentido real o los fundamentos de los diversos proyectos.

Entonces, “es tarea de nosotros, de la intelectualidad de izquierda, de los sectores progresistas, de las clases trabajadoras organizadas, conseguir decontar y conseguir no sucumbir a lo que podemos llamar estos verdaderos ‘cantos de sirena’ que, repito, seducen tanto a sectores de la izquierda como de la propia clase trabajadora”.

Según Montayo, el conocimiento de la realidad produce formas de conciencia que claramente están identificadas con orientaciones de las luchas sociales y de las propias organizaciones.

“¿Cómo nos organizamos? ¿Qué objetivos tenemos? Esto depende en mucho de la conciencia que tenemos de la realidad y por lo tanto depende del tipo de conocimientos que producimos o al que accedemos de esta realidad”, dijo.

Expuso que para la clase dominante es fundamental la cooptación de la intelectualidad, de manera que se incorpora y se desarrolla una “ideología del tercer sector” que se refleja en nuevos proyectos de empoderamiento, de responsabilidad social empresarial, economía solidaria, fortalecimiento de la sociedad civil organizada, la humanización del capital, entre otros proyectos que están presentes en el discurso de los grandes organismos internacionales pero también en buena parte de la intelectualidad progresista.

Durante su visita a Zacatecas para participar en actividades académicas de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), señaló que la ideología del tercer sector se entiende como la acción social que se individualiza en una abstracta sociedad civil.

De acuerdo a Montayo, la ideología del tercer sector se fundamenta en “la autoresponsabilización de los individuos por la repuesta a sus necesidades, la desresponsabilización social del Estado y la desgravación del capital”.

Concluyó que esa ideología sustenta proyectos de emprendurismo, de democratización de la sociedad civil, de responsabilidad social y empresarial, entre otras expresiones que están presentes en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que en realidad son canallos de Troya que penetran en las clases trabajadoras, la intelectualidad y las perspectivas sociales.

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