El Secretario de Hacienda estuvo el viernes 27 de agosto en la mañana con los senadores de Morena y por la tarde con los diputados del mismo partido, hablando sobre el paquete fiscal que se presentará en el Congreso el 8 de septiembre.
Señaló que “el paquete económico del próximo año tendrá tres ejes, el apoyo a los programas sociales, la estabilidad y solidez de las finanzas públicas, así como el respaldo a proyectos emblemáticos de infraestructura, que han mostrado tener un impacto directo e indirecto en la generación de empleo y en el bienestar”.
Es la misma política económica de los tres primeros años que no han tenido el impacto sobre la generación de empleo y el bienestar de la población, como señalan.
En relación a los programas sociales dijo que al “asignar recursos adicionales a los apoyos sociales para el bienestar tendrá un efecto contra cíclico en la economía general y en la economía de las personas y familias más vulnerables”. Sin embargo, ello no aconteció en 2019, ni en 2020, ni está sucediendo en el 2021. Las políticas sociales no contrarrestan la caída de la inversión y del consumo del sector privado que frenan la actividad económica. Ello aumenta el desempleo y la desigualdad del ingreso, derivado de las políticas de austeridad fiscal y las altas tasas de interés. A pesar, que el Secretario afirmó que gracias al “mantenimiento de los apoyos sociales del Gobierno, no hubo gran impacto en el aumento de la pobreza debido a los programas sociales”, los datos del Coneval, lo desmienten.
Hacienda insiste en el equilibrio entre ingreso y gasto, lo cual consideran “responsable y realista”, y según ellos “en 2022 se afianzará la recuperación económica que se inició este año, una recuperación que está en marcha y avanzando”. Las autoridades hacendarias siguen sin comprender que la “prudencia fiscal” no puede recuperar la actividad económica en un contexto donde no crece el consumo y la inversión privada, ni las exportaciones netas en forma sostenida. La posición gubernamental de austeridad fiscal y no incremento de la deuda, fue la causante de que hayamos caído en 2020 más que las economías que incrementaron el gasto deficitario y sus niveles de endeudamiento.
El secretario de Hacienda señaló que “el Presupuesto de Egresos buscará enfocar los recursos en proyectos de inversión física para interconectar regiones, tras reconocer que las actuales obras del Gobierno no han tenido un impacto en todo el País”. El problema es que la austeridad fiscal impide canalizar los recursos presupuestales suficientes para la inversión física para interconectar regiones e impulsar la actividad económica, el empleo y el bienestar de las poblaciones.
Para el secretario de Hacienda “se han mejorado los pronósticos de crecimiento y estamos en un momento de impulso. Hay estabilidad macroeconómica y comparado con otros países emergentes, contamos con finanzas públicas sanas y robustas, así como un déficit controlado, lo que ha facilitado la recuperación económica del país”. Con tales planteamientos es seguirse engañando respecto a la situación actual que guarda la economía nacional. Ésta no presenta impulso de crecimiento, debido a que no hay crecimiento de inversión pública y privada, ni de las exportaciones netas, ni del consumo. Las finanzas sanas no presentan condición alguna de crecimiento, debido a que se sustenta en contracción del gasto e inversión pública, tal como aconteció en 2019, 2020 y en el 2021.
Respecto a los fondos transferidos por el FMI a México, dijo que se usarán para complementar el Presupuesto de Egresos del 2022, como para el pago del servicio de la deuda que tiene mayores tasas de interés. Privilegian la postura de quedar bien con los acreedores, en lugar de canalizar todos los recursos a favor de la producción y del empleo.
Y en relación a la Iniciativa de Ley de Ingresos, señaló que “no incluye incrementos en las tasas de impuestos”, y que “la recaudación se fortalecerá con el combate a la evasión, defraudación y elusión fiscal”. Hay que señalar que si muchas empresas están en la economía informal, es para evadir y eludir el pago de impuestos, debido a los problemas de acumulación que enfrentan por el predominio de las políticas de austeridad fiscal, las altas tasas de interés y el resto de las políticas neoliberales que vienen predominando desde los años ochenta. La política económica tiene que asegurar condiciones de acumulación en el sector productivo, para así reducir la evasión y elusión tributaria.
A pesar de haber estudiado el secretario de Hacienda en Cambridge, no comprendió los postulados Keynesianos, de que un gobierno recauda lo que gasta. Si gasta poco, recauda poco y si quiere recaudar más, tiene que gastar más, para así mejorar las condiciones de acumulación y reducir la elusión y evasión tributaria, cosa que los economistas de Hacienda no han comprendido. Los impuestos son una herramienta para reducir la desigualdad del ingreso que ha generado la política neoliberal que predomina. El gobierno debe aumentar impuestos al capital financiero y a la cúpula empresarial, quienes se han beneficiado de dicha política, para reducir su capacidad de gasto y presencia en la economía.
