■ La modalidad de clases presenciales podría causar más ansiedad de la que ya hay: Correa
■ Afirma que no estar en casa puede ser más difícil para los maestros que para los alumnos
“Todo aquello que en determinado momento no forma parte de nuestro quehacer cotidiano implica una situación de crisis”, dijo Jesús Correa, director de la Unidad Académica de Psicología (UAP) de la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas (BUAZ), refiriéndose a lo que significará regresar a una “nueva normalidad”.
Hay que entender una crisis “como un período que seguramente va a venir seguido de un cambio”; tras la llegada del SARS-COV-2 a México, y en específico a Zacatecas, pues se dio una crisis cuando las personas tuvieron que adaptarse al confinamiento, ahora la situación sería a la inversa.
“No estamos preparados como sociedad para lo que se viene en este momento”, aseveró el académico, quien precisó que una de las grandes preocupaciones de la UAP es precisamente el posible regreso a la normalidad, pues “seguramente va a causar todavía más ansiedad de la que ya hay en este momento, en términos colectivos, en términos sociales”.
A esto, dijo, hay que agregarle la situación de “violencia exacerbada que se ha venido observando en estos días”; si bien la escuela de Psicología considera estar preparada para dar atención y contención emocional a través de sus 17 centros de servicios psicológicos, distribuidos en 10 municipios “no es suficiente”, de ahí que Correa exhortó a todas las organizaciones públicas, civiles y de los tres órdenes de gobierno, a tratar de coincidir, “a confluir en esfuerzos, porque esto no puede ser una batalla que se pueda realizar desde nuestras distintas trincheras”, sostuvo.
En cuanto a la respuesta emocional de la comunidad universitaria, el director aseguró que sería atrevido señalar hipotéticamente qué es lo que va a ocurrir, mas se atrevió a sugerir que “seguramente vamos a tener que hacer mucho esfuerzo para poder aprender y para lograr los objetivos en términos académicos que tenemos en las distintas escuelas, pero sí va a ser eso, lo reitero demasiado complicado”, dijo.
Del mismo modo, mencionó que la nueva normalidad, más que afectar a los estudiantes “que ya traen el chip”, puede ser más difícil para los maestros; “ya no estar en casa les va a costar mucho trabajo, nuevamente regresar a lo presencial; hay que tomar en cuenta que la edad de algunos maestros y su condición de comorbilidad los pone en una situación también de riesgo”, explicó.
Por último, Correa adelantó que desde la institución brindarán atención a los docentes que así lo necesiten: “cuentan con todo el apoyo a través de los centros de servicios psicológicos; sería paradójico que una escuela de psicología no estuviera preparada, por lo menos en su planta docente, para prevenir cuestiones que tienen que ver con angustia, ansiedad, depresión y todo lo que seguramente se va a presentar” entre docentes y estudiantes, concluyó.
