Si no fuera por las nubes
la noche clara sería
como medallón de plata
la luna iluminaría,
pero navega y se pierde
entre un mar embravecido
de nubarrones oscuros
que al cielo han oscurecido
y en la lluvia lo deshacían.
Si el cielo estuviera limpio
la noche clara sería,
como medallón de plata
la luna navegaría
bajo una bóveda de oro
retratándose en las aguas
de los arroyos y ríos
y entre jazmines y rosas
la luna se dormiría.
Autora: Ma. Belem Rodarte Guardado