■ Se seleccionaron siete cintas nominadas al Óscar o proyectadas en festivales
ALMA RÍOS
Derivado de un primer ejercicio realizado al interior de la Unidad Académica de Ciencia Politicas de la Universidad Autónoma de Zacatecas en sus posgrados de maestría y doctorado, Luis Rubio, docente e investigador de este centro de estudios, propone ahora a la ciudadanía como un proyecto de extensión, un ciclo de cine político en torno de las temáticas poder y democracia.
Para este efecto seleccionó las cintas Un hombre para la eternidad (Reino Unido, 1966), de Fred Zinnemann; Siete días de Mayo (Estados Unidos, 1964), del director John Frankenheimer; El Candidato (Estados Unidos, 1972), dirigida por Michael Ritchie; Espartaco (Estados Unidos, 1960), de Stanley Kubrick, y Faraón de Jerzy Kawalerowicz, esta última producción polaca de 1966 y todas destaca, excelentes realizaciones cinematográficas que han sido nominadas a premios como el Óscar o han participado y obtenido distinciones en festivales de la talla de Cannes o Venecia.
En el primer caso se aborda la figura de Tomás Moro, uno de los padres de la modernidad y autor de Utopía, obra que señala Luis Rubio, sería en su opinión la primera gran crítica “al mundo de mercado”. Al mercantilismo inglés que significó el despojo del campesinado por parte de los comerciantes de lana.
La cinta exhibe el juicio al que se vio sometido Moro y su posterior ejecución debida a su negativa a aceptar la reforma protestante que proponía Enrique VIII, proceso que involucró una disyuntiva entre su conciencia personal y su deber como ciudadano, comenta.
Siete días de mayo y Espartaco, la primera que narra un hipotético plan para derrocar al presidente de los Estados Unidos ante la posibilidad de que pacte con la Unión Soviética un plan de desarme que implicaría poner en peligro al país y la segunda el problema de mantener a las instituciones de la república romana aun al precio de instaurar una dictadura, refieren la disyuntiva de la “salvación de la nación por encima de la democracia y sus instituciones representativas”.
Esta última película que retoma la figura del líder esclavo que se sublevó contra el Imperio romano, era la preferida, comenta el docente, de John F. Kennedy.
En el caso de El Candidato, se cuestiona el concepto de democracia en la figura del protagonista, “un ingenuo demócrata” que descubre las verdades de su sistema político al incorporarse a una campaña para acceder a la gubernatura de California en los Estados Unidos.
“La democracia ha perdido su conexión con la población hasta convertirse en un estereotipo”, sitúa Rubio.
Finalmente Faraón fue recomendada por el académico, además por la problemática que exhibe, y que se refiere al enfrentamiento de un líder progresista contra el clero, por la calidad de la recreación del antiguo Egipto que logra esta producción polaca.
Por lo que hace un llamado a verla también a los amantes de la historia. La cinta se inspira en la figura de Akenatón, quien intentara en su reinado una serie de reformas.
La idea central de este ciclo es atraer a la reflexión acerca del tema de la política entendido en su sentido amplio como el involucramiento necesario de un ciudadano en su “realidad para poder vivir mejor y sobrevivir en un mundo básicamente hostil”.
La política se vive en la vida cotidiana, “yo no comparto mucho eso que la gente dice: a mí no me interesa la política. Pues a mí sí me interesa si hay un semáforo en la calle o si me van a subir el agua o voy a tener un mal sistema de justicia. Pues eso es la política realmente”.
Las cintas se exhiben a las 20 horas en la Cineteca Zacatecas del 26 de febrero al primero de marzo, y posteriormente culminará con una última función el jueves 6 de marzo.
