La educación en Finlandia ocupa los primeros lugares en los resultados de la evaluación Pisa (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) según informes que la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Tales resultados han causado conmoción alrededor del mundo; profesores y especialistas se preguntan cuál será el secreto de sus métodos de enseñanza, desde el supuesto de que tal evaluación mide aunque sea de manera parcial algunas “competencias” como le suelen llamar ahora a los aprendizajes puestos en práctica.
El psicólogo escolar Javier Melgarejo, entre otros, llevaron a cabo diversas investigaciones para descubrir los por qué de tal eficacia en los resultados de las evaluaciones internacionales y encontró datos interesantes a analizar. En Finlandia la niñez es considerada como un tesoro nacional, por ello, la educación básica es realmente gratuita, desde libros, comida y colegiatura, hasta los materiales a utilizar en las actividades escolares diarias. Por otro lado, 80% de las familias acude a las bibliotecas públicas los fines de semana, los padres de familia saben que la formación de sus hijos no sólo depende de la escolarización. Los maestros tienen una mayor libertad de cátedra y a falta de un programa impuesto o dogmático, los profesores hacen uso de su capacidad creativa; la carga curricular se organiza en función de las características de cada alumno, y no existen calificaciones ni comparaciones que propicien la rivalidad entre estudiantes, rara vez los grupos tienen más de 20 niños por clase, y los profesores son bien seleccionados y preparados desde la licenciatura, en pocas palabras, ser maestro es considerado un privilegio.
En cambio en México, se carece hasta de lo más básico y los alumnos con necesidades educativas especiales y discapacidad, acuden a escuelas regulares, cuando en otros países como en Estados Unidos, estos niños reciben atención en escuelas especiales, con el personal, las instalaciones y el material adecuado a sus necesidades; dando verdadera respuesta educativa. Esta situación ya pone en desventaja a México sobre los otros países que no atienden a estos alumnos en las escuelas regulares, pues esto impacta tanto en el proceso de aprendizaje de los estudiantes, como en el resultado de las evaluaciones internacionales.
La evaluación ayuda a comprender las tareas que el alumno demanda por parte del sistema, y a su vez, ayuda a analizar hasta qué grado el sistema es capaz de dar respuesta a dichas demandas. En este sentido, dado que los alumnos con necesidades educativas especiales y discapacidad van en aumento, las tareas del gobierno deberán iniciar con programas preventivos e inversiones reales tal como sucede en Finlandia.
En pocas palabras, los resultados de la evaluación no evalúan precisamente métodos y estrategias de enseñanza, evalúan al sistema educativo en general y por ello, la capacidad del gobierno para administrar y proveer lo necesario. Pero en México la estrategia ante el resultado atroz de la evaluación, ha sido el delegar la responsabilidad total al magisterio. Mientras que los recursos invertidos a la educación no son administrados con legalidad pues no llega a los verdaderos actores sociales. México se encuentra por debajo de la media en su gasto por alumno; y no sólo impone programas y cargas curriculares inoperables a causa de la marginación en que viven la mayoría de los estudiantes, sino que denigra el rol del docente ocasionando un conflicto entre padres y maestros, cuando ambos son objeto de arbitrariedades por parte del gobierno, y las disputas entre ambos les impiden llegar a un punto de acuerdo y organización conjunta por el bien de la niñez.
En Finlandia, para el gobierno, los estudiantes para maestro como los maestros mismos, son el eje central en el desarrollo del país; y en México, son blanco de su mira y carne de cañón por el poder que representan al fungir como formadores en una sociedad que se caracteriza por su baja escolarización a nivel mundial. La preparación del pueblo es una amenaza para un gobierno que busca enriquecerse a merced de los que menos tienen, gobernantes sin preparación o con ella pero codiciosos, no quieren invertir en proyectos productivos ni se interesan en nada que implique renunciar al enriquecimiento ilícito, no les es suficiente sabotear las riquezas naturales de México y explotar a la clase obrera (en consorcio con empresarios locales y extranjeros), pues la extorción y narcotráfico, son cada vez más comunes entre legisladores y gobernantes.
Por lo ya descrito es lógico que la estrategia del gobierno para “mejorar” la educación básica y justificar desvío de recursos, radique en comunicar por radio inversiones de las que nadie es testigo, mientras amenazan, matan, persiguen y encarcelan a quienes exigen justicia, llámese estudiantes o profesores.
Cualquiera que exija justicia y se revele contra el gobierno, es en automático un enemigo del Estado y… a esto, ¿a esto se le llama democracia? ■
