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viernes, 29 marzo, 2024
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Historia y Poder La inquisición en Zacatecas, el guion del horror de todos los días

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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR •

Con la aparente finalidad de proteger a la religión católica del satanismo y las prácticas paganas, la Inquisición hizo barbaridades en contra de la población zacatecana.
En la Sala del Crimen del Santo Oficio de la Inquisición la barbarie se enseñoreó contra sospechosos de actos impuros que desobedecían las normas de la religión, y la horca, la hoguera, el potro, los latigazos, la vil tortura, era practicada en público y en la ciudad capital de Zacatecas y en Fresnillo y en Mazapil y Ojo Caliente, para escarmiento de quien osare escatimar, ofender o lacerar la sagrada homilía.
La homosexualidad, el lesbianismo, la blasfemia contra la Iglesia, el incesto, ejercer sexo con animales, la hechicería africana o española o indígena, el culto a satán, eran para ellos desórdenes que debían ser condenados de inmediato.
Vestidos de negro y encapuchados, la tropa de sacerdotes que pertenecían al llamado Santo Oficio, iban con órdenes de aprensión en contra de las personas acusadas y sin que se supiera su verdadera identidad, producían pavor entre la población, pesadillas en la juventud zacatecana y el afán era someterlas a torturas con equipos especiales, cortar manos, dilapidar, truncar cabezas.
El sacerdote Fresnillense José Núñez Y Miranda era uno de los más asiduos torturadores.
Hubo muchos excesos. ¿Cuándo cesaron?, mas de 300 años de terror verdadero, de castigo a la usanza española en la que hipócritamente callaban los excesos de casa y a la vez eran implacables contra tumultos mineros, rebeliones campesinas y agandalle de propiedades so pretexto de no haberse persignado e hincado ante alguna imagen religiosa en procesión, ya era motivo de destierro a la habana o a la lejana Filipinas.
¿De verdad había adoradores de Satanás el príncipe de los infiernos? De Luzbel el duque de los abismos? ¿De el señor de las moscas?, invocar al demonio por compromiso, por curiosidad, por hacer enlaces y cadenas negras de fatalidad por fortuna. Todo eso Sucedió. Sucede.
Es de fama en la capital zacatecana en la Biblioteca especial Elías Amador, en un anexo, el cuarto de torturas de la Inquisición, donde aún están algunos de los instrumentos del horror. Triste fama de una época inundada de fanatismos y traiciones.

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