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viernes, 17 mayo, 2024
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No te involucres Toñito

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Por: Ernesto González Romo • admin-zenda • Admin •

Esta columna está dedicada a los ciudadanos que hemos perdido a nuestra familia, nuestros hogares y nuestra tranquilidad a causa de la violencia

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La pelota rebotaba con fuerza, nuestras manos se hinchaban y el corazón se detenía con cada “dejadita” que botaba lentamente, burlándose del pobre adolecente que no pudo alcanzarla. Corrían los primeros meses del 2007 y mientras jugábamos rebote en la preparatoria, uno de nuestros amigos nos platicaba que en el trabajo de su padre, hicieron un reporte de todas las personas adineradas de Fresnillo y otro de todas las personas que tenían giros negros, su padre era policía ministerial y según contaba, ese reporte se lo entregarían a un grupo de la delincuencia organizada y “la cosa se pondría fea”, nosotros no teníamos ni idea de lo que significaba delincuencia organizada, en esos tiempos lo más peligroso que conocíamos era “un marihuano”.  En las semanas siguientes algunas personas afirmaban que habían visto a grupos de personas armadas circulando por la ciudad, mientras los programas de radio y las autoridades los tachaban de “argϋendenderos y mentirosos”.

Los rumores se terminaron en el 2008,  cuando cerca la “casa de justicia” se desataba una feroz balacera que terminó con la vida de 3 personas, entre ellos un niño de nombre “Toñito” que fue alcanzado por una granada. Cuando vimos a su padre llorar frente al cuerpo de su hijo, entendimos los rumores eran verdad, estábamos en guerra.

Unos años más tarde, mi profesor universitario me repetía una y mil veces que las víctimas tienen derecho a que se les administre justicia y el Estado está obligado a garantizar esa justicia, eso dice la ley, pero en la realidad pocas veces las víctimas encuentran autoridades competentes.

Las cosas no han cambiado mucho en 8 años, hace unas semanas, en Fresnillo, también muy cerca de la casa de justicia, un niño de 4 años fue asesinado, también se llamaba Toñito y también fue llorado con rabia por su padre, pero el procurador culpó a la víctima de su propia muerte.

8 años y nada ha cambiado, seguimos en guerra y la muerte de los dos toñitos permanece impune al igual que miles de muertes, secuestros, asaltos, robos y desapariciones, pero las autoridades ya se cansaron de ver como la violencia acaba con nuestras vidas y por fin han decidido hacer algo, acaban de inventar una campaña publicitaria que resolverá todos nuestros problemas, con un gasto millonario en lonas, espectaculares y spots, el gobierno de Zacatecas ha lanzado su última genialidad: la campaña “No te involucres”.

Usted puede pensar que antes de hacer un gasto millonario en publicidad, el gobierno de Zacatecas consultó a los mejores criminólogos, psicólogos y sociólogos, para organizar una estrategia completa de prevención del delito, pero no se equivoquen, los asesores del gobernador copiaron esa campaña del municipio de Guadalupe, así como copiaban las columnas de Alejandro Tello cuando era senador.

¿Usted se imagina a un joven llegando a su casa y confesándole a su padre que estaba decidido a trabajar de sicario, pero que se arrepintió porque vio un espectacular en el boulevard que le decía: “no te involucres” y que mejor decidió estudiar, trabajar y cambiar su vida para siempre? Pues yo tampoco me lo imagino, no cabe duda que en el gobierno de Zacatecas tienen mucho dinero para publicidad, pero no saben lo que significa la violencia, la desintegración familiar, la miseria, la segregación y el abandono.

Para hacer una verdadera campaña de prevención del delito, necesitamos atacar las raíces de la violencia, no basta con decirle a los jóvenes que no se involucren, necesitamos romper con el círculo de violencia desde el hogar, necesitamos ofrecerle oportunidades a los jóvenes para que la violencia deje de ser su única opción de superación y lo más importante, necesitamos romper la enorme corrupción que inunda los aparatos policiacos y de procuración de justicia, pero todo eso, es demasiado trabajo, por eso,  para las autoridades, lo más fácil es culpar de todo a las víctimas y gastar algunos millones poniendo lonas en el boulevard.

Las autoridades nos dicen que no nos involucremos, pero ellos son los que están completamente involucrados, este nivel de inseguridad no se puede entender sin la corrupción y complicidad de las autoridades y mientras eso no cambie, nada cambiará.

Toñito el de 2008 iba por una monografía a la tienda cuando una granada le arrebató la vida, Toñito el de 2016 paseaba con su familia cuando lo mataron, ellos no se involucraron pero murieron, lo único que se llevaron fue la promesa de justicia, los días siguen corriendo y esa justicia no llega, son 8 años de distancia y la violencia sigue insoportable, las autoridades corrompidas y los gobernantes siguen tomando la puerta falsa de culpar a los ciudadanos de su incompetencia. ■

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