El término narcoestado configura cuando las instituciones del Estado están relacionadas y además operan su estructura en favor del narcotráfico, es decir, cuando son puestas a disposición para realizar tareas y actividades para beneficiar otras propias del crimen organizado, desde el traslado de droga hasta brindar impunidad utilizando el poder político.
Según el concepto de narcoestado, y lo vertido en el juicio contra García Luna en Estados Unidos, los mexicanos vivimos al menos dieciocho años bajo un régimen político y económico entregado al narcotráfico, la determinación de declarar culpable al ex super policía de Felipe Calderón por los 5 delitos por los que se le acusaba, todos relacionados con el crimen organizado y tráfico de drogas, durante sus encargos en México, ponen en evidencia que los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, pusieron diversas instituciones del Gobierno Federal al servicio del crimen organizado, en especial aquellas cuyas funciones primordiales son la seguridad pública.
Con dicha resolución también se expone que los ex presidentes, medios de comunicación, comunicadores, periodistas y analistas, intentaron construir una narrativa en la que se nos vendía a los mexicanos (incluso de forma novelesca) la idea de que el Gobierno Federal ponía todo su esfuerzo y recurso para combatir al crimen organizado; la realidad terminó siendo otra, ponían todo el esfuerzo y recurso (económico y humano) al servicio de los cárteles y de los capos de la droga en México a cambio de millones de dólares en pagos, es decir, se llenaron los bolsillos con la sangre de los cientos de miles de mexicanos víctimas de una falsa guerra contra el narco.
Vicente Fox fue el pionero en las relaciones de complicidad con el crimen organizado; fue durante su sexenio en el que, mágicamente, uno de los líderes del cártel de Sinaloa escapó de la cárcel en la que cumplía condena para convertirse, en un par de años, en uno de los capos más poderosos del mundo, a la par de que su organización criminal se expandía en todo el mundo hasta convertirse en la más poderosa en el mundo, ¿casualidad?
Fue durante los gobiernos panistas, esos en los que se prometía un cambio frente al régimen priísta, que la carrera política y criminal de Genaro García Luna creció y se fortaleció al amparo del poder presidencial, al menos así fue demostrado en el juicio en su contra en Estados Unidos. Los ex presidentes Fox y Calderón lo llevaron a la cúspide del poder entregándole los más altos cargos en materia de seguridad desde los cuales operó redes criminales y nexos con el narcotráfico para beneficiarlos y enriquecerse en el camino.
Con toda la evidencia presentada durante dicho juicio, queda claro que los gobiernos panistas fueron narcoestados en los que la corrupción e inseguridad incrementaron exponencialmente, por lo que resulta imposible que los presidentes en turno desconocieran los vínculos del super policía con los diversos cárteles de la droga; en ese sentido, queda fuera toda duda de su complicidad y participación en dichas redes de corrupción, al igual que resulta imposible que el panismo se deslinde del super policía, pues en hoy en día resulta fácil encontrar debates en el Congreso Federal y posturas de políticos panistas defendiendo la estrategia de seguridad implementada por el hoy acusado en Estados Unidos.
Fue el mismo panismo el que impulsó a Vicente Fox y a Felipe Calderón para ocupar los encargos en la Presidencia y no fue sólo dicha acción, sino que fue el mismo panismo un ferviente defensor de la guerra contra el narco impulsada por los gobiernos emanados de sus filas y encabezada por García Luna, incluso hasta hoy día continúan siendo defensores de la ya evidenciada farsa de la guerra contra el narco impulsada por Calderón, por más que intenten deslindarse del ahora reo García Luna, no podrán borrar de la consciencia colectiva su participación y complicidad en el baño de sangre en el que sumieron al país; el panismo es cómplice y culpable de las miles de muertes de mexicanos inocentes, de las torturas para fabricar culpables, y de miles de inocentes declarados culpables para vender la idea de que se combatía al crimen mientras se utilizaba el poder público en beneficio de determinados grupos criminales.
