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sábado, 19 abril, 2025
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■ Historia y poder

Poderío chichimeca, grandeza azteca, cuna del Chicomoztoc zacatecano

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Por: MIGUEL ÁNGEL AGUILAR •

Que no hay historia que mas hipnotice en el mundo que la del pueblo Azteca, no sin antes fascinarse con el pueblo maya y sus 4 mil años de alucinantes arquitecturas, la de los toltecas y totonacas con la cartografía de los grandes triunfos o los famosos mixtecos con su mote milagroso de ser los pueblos de la lluvia, los hijos del viento, los paridores de todas las culturas del mundo.

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Fuera de mitologías o leyendas, en la cultura popular zacatecanas se cree con firmeza que en su suelo patrio estuvieron las cuevas de Chicomoztoc y como la gran cuna que departió en Mesoamérica a las tribus nahuatlatas y que, en el valle del Anáhuac, fundaron las ciudades del prodigio, la arquitectura alucinante de la edad media, la forma secuencial de que sus peregrinaciones fijaran para siempre a las ciudades mas fantásticas que se tengan memoria.

Obvio que al pueblo Inca o a los indios Hopi de la zona norte, o a las tupinamba del Brasil se les debe el techo del mundo, pero hora ocuparemos de nuevo al pueblo azteca, por la originalidad de sus alcances y lo trágico de sus desenlaces que horrorizaron al mundo y enternecieron la leyenda.

Una y otra vez hemos sostenido que los chichimecas no eran del todo esos bárbaros indomables sino el eje trasmisor de la búsqueda en un mundo donde los terrenos áridos daban del coyote o de la tuna, el rastro por donde hubiera lanza y flecha, huilanche u obra en que la destreza pudiera construir la chinampa, el ejido antiguo en que se juntaron las lenguas indígenas y que perviven al paso de los milenios.

Imaginar que los jefes aztecas comían los manjares a su alcance: chocolate con vainilla, molcajete con camarones y pulpo y ostiones, repletos de aguacates y jitomates y chiles huastecos, pescados a las brasas congeniados con carne de conejo y de faisanes, pumas y leones americanos con mole negro de Oaxaca y tamales con hojas de plátano en un mar de salsas y sabores que enloquecían a los comensales, tortillas de 10 colores y sabores, gorditas y chilaquiles, pinole, atole y veredas llenas de restaurantes y fondas y peluquerías y tiendas donde comprar o mercar pieles y joyas, artesanías y vestimentas, listones de colores y antorchas para alumbrar los caminos y su glorioso destino que apenas duró 200 años de alucines.

Cuando los investigadores norteamericanos y de Europa nos hicieron creer que los pueblos chichimecas son sinónimos de barbaries, nunca aceptamos que sus definiciones fueran exactas sino totalmente injustas, pues los vestigios de sus obras en la zona de la mesa central mesoamericana interpuso una cultura lingüística y poesía en las rebeliones, un ejemplo lo será siempre los guachichiles del gran tunal potosino que encabezados por Manahua y Xólotl, encumbraron la guerra de guerrillas contra las caravanas españolas por sus productos misteriosos y de gran sabor que finalmente los hicieron adherirse a la paz franciscana y misionera de las demás órdenes que vinieron a parar en algo la barbarie.

Punto final indiscutible lo será siempre la gloriosa defensa de la gran Tenochtitlán y las consecuencias que de ello derivó, sin satanizar a los españoles, les diremos siempre que se pasaron de lanzas y finalmente vencieron por su argucia, su política de alianzas y su ansia de ser alguien en el mundo de la aventura y las nuevas tierras conquistadas.

Los resultados están ahí: un antiguo maestro siempre nos recalcaba: “crímenes son del tiempo que no de España” y siendo el de origen indígena, rememoraba con lucidez las etapas por las que los mexicanos nos hemos continuado día tras día y sin olvidar nunca las maravillas del pueblo azteca, émulos de los mayas y toltecas y olmecas, que lograron las obras artísticas mas deslumbrantes en el planeta tierra, el plan de sobrevivir a toda costa y de ser, de los mas humildes y repudiados, los mas célebres y prestigiosos en la controversia, la magia y la pelea.

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1 COMENTARIO

  1. Muy estimado Miguel Angel, gusto como siempre leer sus ensayos.
    Espero poder conversar a viva voz un dia de estos contigo.
    No sé si conoces este ensayo que le puede ser de interes:
    Salomón Vergara
    “Chichimecas y toltecas más allá
    de una visión evolucionista”
    p. 49-69
    Los pueblos amerindios más allá del Estado
    Berenice Alcántara Rojas y Federico Navarrete Linares
    (coordinadores)
    México
    Universidad Nacional Autónoma de México,
    Instituto de Investigaciones Históricas
    2011
    Reciba un atento saludo de su servidor,
    PJB

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