La Gualdra 444 / Cine / Desayuno en Tiffany’s, mon ku
Se escuchan aullidos es la nueva película de Julio Hernández Cordón y cuya premier internacional la tuvo en el Festival Internacional de Cine de Marsella (22-26 de julio). Una vez más, Hernández Cordón (Te prometo anarquía, 2015; Cómprame un revolver, 2018) experimenta nuevamente con su cinematografía.
Y vuelve con una película hecha “como lo aprendí hacer en Guatemala: una semana de preproducción, rodada en una semana y producida por amigos. Por ejemplo, uno aportó 120 mil pesos, y un crowdfunding de otros 30 mil pesos. En total 150 mil pesos más los apoyos de postproducción”, lo señaló Julio en una entrevista vía zoom.
Es una película con sus amigos, sobre su infancia y juventud (vivió ahí de los 4 a los 16 años), en su barrio en Texcoco y con su hija mayor Fabiana Hernández, y con él mismo en el papel de la voz de la conciencia y de sus recuerdos.
El director mexicano-guatemalteco-estadounidense o mesoamericano (según él mismo se ha definido) buscó una forma para abordar tres temas que le son muy especiales y cercanos: la denuncia ecológica, la memoria colectiva y la paternidad: “Tres temas ligados porque siempre me he sentido desarraigado. Porque tengo tres nacionalidades y decidí que soy del lugar de donde fui niño, en Texcoco; bueno, en las orillas de Texcoco, en los límites con la Universidad de Chapingo… Le quise presentar a mi hija mayor de dónde fui yo, al menos geográficamente”.
Invitó a su amigo Francisco Barreiro para que hiciera los papeles de personajes que le rodearon de joven y a su hija Fabiana para contarle su juventud a través de sus ojos, y él mismo -Hernández Cordón- es quien le va sollozando a los oídos su propia historia.
Así va recorriendo las calles de Texcoco en busca de lugares de memoria y se topa con un lago desaparecido y en su lugar solo un charco maloliente y contaminado. Quiere retomar la importancia de Texcoco y del rey Nezahualcóyotl, fundamentales para la historia de México, y de un lago del que “todo el mundo habla, pero nadie ha visto… Lo mismo con el rey poeta, nadie conoce sus poesías”. Su intervención y la participación de su hija lo explica él mismo:
La mayor es el personaje principal porque en Cómprame un revolver la protagonista es la pequeña y estaba como en deuda con mi hija Fabiana, y por eso tenía la urgencia de hacer película, antes que ella creciera.
Me volví personaje de accidente, tenía que decir la voz en off de una escena, pero no se le quedaba tanto lo que tenía que decir, decidí entrar a cuadro y decirle todo al oído y que ella repitiera. Lo vi, y me gustó esa sensación de susurros en el oído de mi hija… y volverme una especie de narrador omnipresente, porque ella y yo en ciertos momentos hacemos el mismo personaje. Un accidente que fue afortunado. Porque los susurros le dan algo auténtico a la película y poético.
Quedan los tres temas abordados desde un acercamiento que parece ser la filmación de una fiesta familiar, solo con la diferencia de que había un guion, pero con espacio a varias improvisaciones.
El tono lo marca el breve video de introducción de la película, en donde Julio le explica a su hija de qué va el proyecto y el por qué es ella la actriz principal. Aquí el espectador tiene que darse cuenta que no está frente a un documental cronológico e informativo tradicional ni mucho menos frente a una ficción, sino todo lo mezclado. Seguramente pronto estará en plataformas.