Reflexiono en varias cosas que me vienen a la mente ahora que estamos en la víspera de Noche Buena; principalmente, el nacimiento del Niño Jesús representa para los niños una fecha importante, tanto por los regalos, la cena, la reunión familiar, los abrazos, intercambios de presentes y otros dones, sin embargo, pienso también en que hay millones de niños para los cuales el 24 y 25 de Diciembre serán un día más ya sea por no tener una familia o por la pérdida de algún integrante de ella o, simplemente por pasar una situación lamentable como es vivir en condición de pobreza. Al respecto, quiero recordar que este planeta alberga de acuerdo con la UNICEF y el Banco Mundial, a más de 385 millones de niños que viven en pobreza extrema y, de acuerdo con estas instituciones internacionales, los niños no solo tienen más probabilidades de vivir en esta condición, sino que además son los más perjudicados por sus efectos, pues son los peor parados y, la situación de los más pequeños es aún peor, porque las privaciones de las que son víctimas afectan al desarrollo de sus cuerpos y sus mentes, según explica la UNICEF. Por su parte el Banco Mundial señala que el gran número de niños en situación de pobreza extrema pone de manifiesto la necesidad real de invertir específicamente en los primeros años tanto en servicios como atención prenatal para madres embarazadas, programas para el desarrollo en la primera infancia, escolarización de calidad, agua limpia, saneamiento adecuado y atención médica universal, lo anterior es señalado por el Departamento de Prácticas Mundiales de Reducción de la Pobreza y Promoción de la Equidad del Grupo Banco Mundial, mismo que sentencia que la única forma de romper el ciclo de pobreza intergeneracional que está tan extendido en la actualidad y que se agudiza con la pandemia de la COVID-19, es mejorar esos servicios y garantizar que los niños de hoy puedan tener acceso a oportunidades laborales de calidad cuando les llegue el momento. La estimación global de la pobreza infantil extrema está basada en datos de 89 países, lo que representa el 83% de la población del mundo en desarrollo, donde el África Subsahariana registra las mayores tasas de niños que viven en situación de pobreza extrema, algo inferiores al 50%, así como el porcentaje más alto de los niños más pobres de todo el mundo, superior al 50%. Por su parte, Asia Meridional cuenta con el segundo porcentaje más alto, cerca de un 36%, y solo en la India vive más del 30% de los niños en situación de pobreza extrema. Al menos, cuatro de cada cinco niños que vive en situación de pobreza extrema se encuentran en zonas rurales y, en el caso de México, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) establece que a pesar de algunos indicadores positivos en materias como salud y educación, la niñez enfrenta dificultades en temas como pobreza, alimentación, seguridad social y vivienda. El CONEVAL contempla que la atención a la pobreza en la niñez es prioritaria, pues las personas que sufren esta situación, por lo general la perpetúan y sufren repercusiones irreversibles en la adultez. Con base en el Estudio Diagnóstico de los Derechos Sociales y la medición multidimensional de la pobreza, se estableció que el 51.1% de los menores de 18 años de edad se encontraban en pobreza y nueve por ciento en pobreza extrema. La cifra anterior, es muestra clara de la falta de compromiso de los gobiernos priistas que no trabajaron adecuadamente en administraciones pasadas para brindar oportunidades de progreso y seguridad a las niñas y niños a quienes nos debemos como sociedad y a quienes estamos obligados a responder como instituciones. Así las cosas, la herencia maldita que dejaron en Zacatecas nos tiene con solo el 16.8% de la población que vive bien y, el 54.5% del resto, estamos en situación de pobreza. Ante este orden de ideas y pese a las cifras antes expuestas, tenemos que la Navidad y sus festejos, llegarán puntualmente a muchas niñas y niños gracias a los esfuerzos del actual gobierno del Lic. David Monreal Ávila, aunque el desastre económico ha sido mucho y la afectación de muchas niñas y niños ha sido intergeneracional, no me cabe la menor duda de que a Zacatecas le irá mejor, pues hay voluntad, empatía con los problemas de la gente y existe esa sensibilidad humana de ayudar a los que menos tienen, así lo ha demostrado en los hechos, la Presidenta Honorífica del DIF Estatal, la Lic. Sara Hernández de Monreal, incansable en su lucha por mejorar la situación actual de muchas familias zacatecanas. FELIZ NAVIDAD.
