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martes, 16 abril, 2024
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No es suficiente la realidad para la novedosa literatura de Vila-Matas: Gonzalo Lizardo

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Por: ALMA RÍOS •

■ El escritor neobarroco ayuda con su obra a soportar este mundo de violencia con nueva actitud, expuso

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Este 28 de noviembre Enrique Vila-Matas recibirá el Premio FIL de Guadalajara en Literatura en Lenguas Romances 2015. Para hablar de la obra del escritor catalán y a modo de invitación a leer su vasta obra, fue invitado a Acentos, el también escritor y docente en la Universidad Autónoma de Zacatecas, Gonzalo Lizardo, quien ubicó al autor de El mal de Montano (Seix Barral, 2002) como un escritor neobarroco que tiene una noción mágica del lenguaje, pues “piensa que diciendo las cosas se van a hacer verdad, aunque sea en la conciencia del autor o del lector”.

Este elemento, dijo, hace cercano a Vila-Matas al pensamiento propio de la era posmoderna pero también a Latinoamérica, “porque en estos países la palabra tiene un peso muy importante para bien o para mal”.

La conversación con el conductor de la serie y jefe de Información de La Jornada Zacatecas TV, Carlos Navarrete, se realizó en esta ocasión en el Museo de las máscaras, en alusión a otro de los elementos de la literatura del escritor nacido en Barcelona un 31 de marzo de 1948, su propuesta literaria de ir por la vida sin ser notados “y tener máscaras”, vidas dobles.

Según expresa el acta en que el jurado sustenta el premio que se otorgará al autor, se destacan de su obra, el que en ella se entrelazan los distintos géneros literarios y se diluyen las fronteras entre el ensayo y la ficción, pero también, que esta cuestiona “la frágil condición de la literatura y reflexiona sobre sus límites y desafíos en el mundo contemporáneo”, citó Navarrete del documento.

Además de los elementos que destacan a su literatura por su crítica, humor e ironía, como una que se inscribe en la gran tradición de Cervantes, Stern y Cortázar, y precisar que sus temas “son el escritor que prefiere no escribir, el texto que reflexiona sobre sí mismo y la escritura como un salto al vacío que pone en riesgo tanto al autor como el lector”, todo ponderado por el jurado del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2015, Gonzalo Lizardo, dijo, le habría gustado se subrayara que Vila-Matas “es un escritor aparte de los demás escritores”.

El académico abundó al señalar que en España se dan dos grandes tendencias en la narrativa actual, una representada por Javier Marías, un escritor más clásico y realista, preocupado “en el qué decir de la literatura como representación del mundo, de los conflictos emocionales” y la que encabeza Vila-Matas y a la que calificó de “antirrealista”, pues pareciera que la realidad no les es suficiente y más bien pretende “hacerla, crearla”.

Los textos de Enrique Vila-Matas “más que describir la realidad son mecanismos que el lector activa y que se empieza a desdoblar, desdoblar, a hacer cosas muy raras que fascinan al lector”.

El autor expresa a través de paradojas, “la voluntad de que la literatura nos salve de las propias enfermedades que la literatura crea”.

En esta tradición no realista propuso Carlos Navarrete, pudiera encontrarse la razón que ha hecho que la obra de Vila-Matas sea más cercana a Latinoamérica, donde fue reconocido primero que en España, y que lo ubica como un escritor neobarroco.

Mientras que Javier Marías es un autor mucho más europeo, la filiación del pensamiento de Vila-Matas con el pensamiento de la era posmoderna, lo acerca a los latinoamericanos Lezama Lima, Severo Sarduy, Alejo Carpentier y Jorge Luis Borges, quienes “nos han enseñado a hacer estos juegos de espejo que puede ser la literatura. Porque en estos países la palabra tiene un peso muy grande para bien o para mal”.

“Por ejemplo, desde que fuimos conquistados llegaba el conquistador y decía: Esto es propiedad del rey de España y de la Santa Iglesia Católica. Y por el hecho de decirlo ya lo eran. Entonces acá tenemos una relación mucho más mágica con el lenguaje” como la tiene Vila-Matas.

El autor propone juegos dobles, en que puede estar dando “una conferencia y al mismo tiempo está en un hotel escribiendo la conferencia que hubiera dado si hubiera ido”, añadió Navarrete.

Esta, observó Gonzalo Lizardo, es una idea neobarroca que tiene su origen en miedo al vacío como se expresaba en el barroco original.

 

“Era miedo al vacío miedo, a que este mundo no tenga sentido, miedo a que Dios no exista, miedo a que el mundo no sea el centro de las cosas, miedo a la muerte en general”.

La literatura de Vila-Matas permite así vivir muchas vidas, no de manera sucesiva sino simultánea. “La vida es eterna porque podemos estar en este momento en muchas partes, con el pensamiento, con la memoria, con la imaginación, con el deseo, etc.”, aportó el docente universitario.

Es también neobarroco el planteamiento de pensar la vida como un mundo lleno de paradojas, “por ejemplo, estoy enfermo de literatura pero la única manera de salvarme es con más literatura”, dijo.

Esto último, aludido como el mal quijotesco de vivir de la literatura y que representa Vila-Matas en El mal de Montano.

 

En la obra, el personaje “es un ágrafo trágico” que se queda pasmado frente a la hoja en blanco luego de escribir una obra que tuvo mucho éxito. Así pasmado, lo acechan sin embargo, los recuerdos verdaderos o falsos de otros escritores, de tal manera que se encuentra colmado de frases, citas e historias literarias. Lo paradójico de esto es que si deja de pensar en esto, si se cura, empieza a pensar en la muerte”, recuperó Navarrete.

Esta enfermedad de literatura, que tiene como única forma de salvación “más literatura” dijo Gonzalo Lizardo, es lo que llaman tedio occidental, el tedio del hombre moderno, y deriva del momento en Dios murió simbólicamente y la Biblia dejó de ser “el centro de nuestras vidas”, su sustitución fue un montón de literatura, que entre todas tratan de decirnos cómo vivir y cómo es el mundo”.

En algún momento “podemos sentirnos hastiados, abrumados por tantas cosas que debemos leer y hacer, “y queremos despojarnos de ella”, lo que lleva a otro principio en la literatura de Vila-Matas, su estética de la pérdida, expuso.

Al escritor catalán le interesa la literatura como una manera de perder cosas que todo mundo valora, entre ellas la identidad, y que él pone en duda. “Yo quisiera ser otros, como tú dices, pensar las memorias de Shakespeare”.

Salir del cuerpo conservando la mente es lo que hace en su obra, por ello tiene un efecto mágico, “que viene a ser también una especie de consolación”.

Gonzalo Lizardo trajo a colación el cuento Un invento muy práctico que aparece en el libro Suicidios ejemplares, “donde una mujer para salvarse de la depresión, del ruido que la agobiaba, descubre que debe de escribir cartas dirigidas a un tipo que se va a morir cuando ella no aguante vivir. Y el tipo se suicida cada vez que ella se siente deprimida”.

Este, dijo Lizardo, “es una alegoría muy bonita de la literatura, pues ésta crea personas para que vivan y mueran por nosotros, se sacrifiquen por nosotros. Eso nos da la oportunidad de tener muchas vidas ¿Y por qué no? De tener muchas muertes también”.

Respecto a la característica de la obra de Vila-Matas que propone vidas dobles “en un mundo de frac y bostezo”, el tener máscaras, y que es también una forma de ironía y humor, expuesta por el conductor, consideró el docente universitario, es la gran aportación de los neobarrocos, “la idea de que la literatura y la vida aunque son cosas aparte no debían existir una sin la otra”.

Si los medievales leían a Aristóteles y Platón sin cuestionarles una sola palabra y los renacentistas se propusieron hacerlo cual si platicaran con ellos, escribiendo diálogos ficticios; Vila-Matas, quien tiene incluso una serie de entrevistas falsas que expresan su sentido lúdico, entre ellas una con Marlon Brando, sería hoy respaldado por la ciencia, dijo.

“Ahorita la física moderna ha llegado a ver que todos los tiempos posibles son parte del tiempo real. Lo que hace Vila-Matas es ponerlos en escena. Si fuera posible entrevistar a Marlon Brando ¿Que me diría y yo que le respondería?”.

Es por esta característica de su obra, plantear estas posibilidades, hacerlas reales, que es muy importante que le hayan dado el premio, opinó, pues implica una actitud “muy optimista, muy vitalista, muy lúdica y muy juguetona con la literatura”.

Aseveró que la literatura no es para sacar bostezos sino sonrisas, “aunque sean sonrisas muy serias”.  El humor y la ironía en la obra de Vila-Matas, es metaliteratura en la que él aplica una actitud vitalista acerca de la vida y que lo hace un autor valioso.

El premio que le otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara este 2015, es uno que se entrega a la literatura latinoamericana, a este neobarroco, y que la expresa como una literatura que tiene derecho a existir pues aunque tiene una tradición oculta y no tan exitosa en los libros de texto, “ayuda a soportar este mundo de violencia, de mercantilismo con una actitud novedosa”, dijo Gonzalo Lizardo.

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