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jueves, 28 marzo, 2024
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La escandalosa inutilidad del costoso C5

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Por: La Jornada Zacatecas •

El instrumento más efectivo para combatir el crimen y las conductas delictivas es la inteligencia institucional. Un centro de inteligencia no es un salón de monitores de video o un panóptico urbano, sino un programa para tener información vital en la pesquisa y seguimiento de grupos y actividad delictiva en las ciudades, caminos y carreteras. El panóptico que han armado sirve para observar con intención y buscar indicios. Los estudios de las colonias y comunidades circunvecinos, la comunicación en tiempo real con posibilidad de reacción inmediata y los antecedentes en cada lugar de la zona metropolitana, puede convertir al C5 en el instrumento vital para evitar la impunidad.

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Sin embargo, los eventos en los últimos meses han mostrado una completa inutilidad del C5. Es extraño que sea tan inútil, cuando han recibido equipo, personal y capacitaciones que hace difícil explicar la nulidad de su acción. Si no hay explicación en la poca preparación de su personal o en la falta de equipo, entonces la hipótesis más plausible es la situación de brazos caídos por alguna causa infame: infiltración, corrupción, amenazas, o alguna variante de la presión nefanda o soborno. Y si esto ocurre en los centros neurálgicos de la inteligencia contra la actividad criminal significa que todo está perdido. Es como si el cerebro se llenara de cisticercos.

Un indicador de la inutilidad del C5 es el servicio de emergencia 911: alguien puede marcar por horas y nadie contesta. Y cuando ocurre la atención es bastante deficiente. Un servicio que debería tener un 100 de eficiencia, dado que es emergencia o reacción inmediata, pero no ocurre así y por ello la población incrementa su nivel de vulnerabilidad. Y el costo es enorme, hace poco más de un año se invirtieron 200 millones de pesos en el paso del C4 a C5. Además de los ampulosos anuncios de ‘extraordinaria capacitación a 125 elementos’.

Los indicadores de los resultados hablan por sí mismos: crímenes en pleno centro de la ciudad y en horas diurnas y no hay detenidos. El paso de la información a la reacción está como el servicio 911. No hay la mínima coordinación ni protocolos de actuación ni nada. Los criminales fueron a asesinar a policías afuera del propio C5 y no ocurrió nada relevante. Fue el colmo. Lo cual abre una interrogante preocupante: ¿por qué los delincuentes sienten la confianza de ir a perpetrar dichos actos fuera del C5? La hipótesis es evidente: lo hacen porque saben que no les ocurrirá nada. Y esto indica la putrefacción interna de la institución. Se han gastado cantidades enormes en instalaciones, compra de equipo, contratación de personal y capacitación. Además de evaluaciones que califican bien lo antes mencionado. Entonces, si tienen todos los medios para actuar, ¿por qué no actúan? La razonable sospecha de que los delincuentes ya tienen algún tipo de presencia dentro de los centros neurálgicos de acción contra el crimen es desalentadora. Significa que la impunidad seguirá en los mismos niveles de cifra negra de los últimos años.

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