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viernes, 19 abril, 2024
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La pandemia acentúa la crisis educativa

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Por: RAMIRO ESPINO DE LARA •

Lo que más importa es cambiar radicalmente
el paradigma cultural y educativo, revestirlo con
tesituras revolucionarias. ¡Vengan a nosotros las
nuevas mentes, que no se detienen, incansables,
que luchan, que escriben y leen, que dicen su palabra,
que jamás claudican, que buscan libros para todos los
seres humanos, luz para todas las mentes y pan en todas
las mesas!
Pedro Hernández Morales, en: Escribir y leer para ser libres.
La Jornada, México. 10/abril/2021, p. 13

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No podemos negar que en toda América Latina se vive una crisis educativa, en ella, intervienen dos grandes factores: 1) el abandono en el que históricamente se ha tenido a la educación, y 2) la prolongada crisis sanitaria provocada por el Covid-19. Esta situación trajo como consecuencia el que se generaran alternativas pedagógicas para seguir atendiendo a los estudiantes, esto, no ha prosperado. El Banco Mundial lamenta la crisis educativa ocasionada por la pandemia, ello no obedece precisamente al interés que tienen los sistemas capitalistas por que se eduque a la población, sino a la voracidad por recuperar los beneficios que antaño tenían.

A raíz de que se vieron suspendidas las actividades educativas presenciales –marzo 2020-, se agudizó todavía más el problema de aprendizaje en los alumnos, se alteró la dinámica cognitiva de los mismos. El referente ante tal aseveración es que 120 millones de niños latinoamericanos en edad escolar, desertaron durante el ciclo 2019-2020; este fenómeno se presentó dado que las actividades escolares virtuales no les fueron del todo significativas, motivo por el cual dejan de acceder a dichas actividades. Como siempre, en discurso y en los proyectos se hace manifiesto el interés por que emerja el sistema educativo, particularmente el de América Latina, tal es el caso de la declaración del Vicepresidente del Banco de México para América Latina y el Caribe, misma que a la letra dice: “es urgente preparar una reapertura segura y efectiva de las escuelas, con financiamiento y herramientas para que no existan inconvenientes” (La Jornada México. 18/marzo/2021. p19).

En nuestro País, casi todas las alternativas planteadas para recuperar la actividad educativa no han sido del todo exitosas; la última, la educación hibrida –presencial y a distancia-, es poco funcional dado que un gran número de centros educativos no cuentan con servicio de internet, algunos, ni siquiera con luz eléctrica. De esta manera, se hace evidente la dificultad que muestran los alumnos para aprender de manera significativa con las clases vía remota, el resultado de esto se refleja con la baja en la matrícula de dos millones de alumnos, mismos que no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021; si a ello le agregamos los casi seis millones de desertores durante el ciclo escolar 2019-2020, ello es muestra clara de la enorme crisis educativa por la que atraviesa México. Los problemas presentes en el sistema educativo, obedecen por lo general a que las autoridades se aferran a la perspectiva de siempre, dan un mismo tratamiento a problemáticas diferentes; no desean entender que este momento es histórico y crucial para tomar nuevas decisiones de forma tal que en ellas se vislumbre una transformación a fondo.

A estas alturas y como una manera de atacar la crisis educativa por la cual se atraviesa, creo, la única alternativa es la reapertura de los centros educativos, para ello, es necesario generar un debate en torno a lo que esto implica, la manera de cómo sería el nuevo tratamiento para iniciar las actividades presenciales. Cierto es que a nivel mundial ha ido en aumento la preocupación por garantizar una educación que realmente coadyuve al fortalecimiento de la sociedad; sobre este tenor, plantean organismos internacionales que el apoyo debe ser total, lamentablemente, lo refieren a perspectivas meramente utilitaristas, donde lo que más les importa es reactivar la economía, garantizando así la formación de capital humano para la productividad.

Si se piensa dar reapertura a los centros escolares, habrá que analizar cuáles serían las condiciones bajo las cuales se haría, al respecto, la autoridad educativa realizó un diagnóstico para valorar la pertinencia de la reapertura, sin embargo, en este diagnóstico, no se consideran los más de dos millones de alumnos que viven en completa miseria y que asisten a 72 mil centros escolares entre los niveles de preescolar, primaria y secundaria. Es por ello que debe darse un debate meramente educativo acerca de cómo debe darse el regreso a actividades presenciales. La reapertura de los centros escolares movilizaría a poco más de 50 millones de ciudadanos, situación que podrá poner en riesgo su salud y la de sus familiares.

Concluyo, la única alternativa para que el sistema educativo no siga deteriorándose, es el regreso a las actividades áulicas y presenciales, sin descartar por completo la actividad virtual, es una exigencia tanto de padres de familia como de maestros, el que se establezcan las condiciones mínimas básicas para regresar a las aulas, estas son: a) que solo se regrese hasta que el semáforo sanitario se encuentre en verde, b) que todos los maestros, personal administrativo y de apoyo, se encuentren vacunados, c) que se dote de artículos de limpieza a todos los centros educativo, d) que se garantice agua potable, e) que los sanitarios se encuentren en condiciones de higiene aceptables, f) que los grupos no sean tan numerosos, g) que se cuente con conectividad a energía eléctrica e internet y, h) de ser posible, que la actividad educativa sea híbrida.

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