La vieja y la nueva guardia de la Semarnat nos reunimos el pasado jueves y viernes para realizar la Reunión sectorial de Educación Ambiental con el objetivo de evaluar los avances alcanzados en la estrategia implementada de Educación Ambiental para la sustentabilidad en México 2006-2014. ¿Qué impacto ha tenido? ¿Cuáles son los resultados obtenidos? ¿La estrategia sigue vigente o es necesario replantearla?
Ciertamente todas las épocas son de retos y en materia ambiental la situación cobra el clima de una película de suspenso y acción, hay que descubrir dónde está la bomba escondida y una vez que la encuentras cortar el cable rojo o el negro.
En la vida real, nos encontramos ante un contexto de cambio de gobierno que viene siempre con la característica de que los antiguos programas ponen en riesgo su estadía. No hay que olvidar el contexto mundial en el que nuestro país se encuentra inmerso, crisis económicas, desigualdad y pobreza multifactorial. Además, es necesario entender que la preocupación ambiental tuvo un boom hace algunos años que ha ido perdiendo ímpetu, pues la esperanza, pasados los años, puede volverse una cucharada de fría realidad. Entonces al puro estilo de la mercadotecnia surge la pregunta ¿Cómo? ¿Cómo lograremos estar a la altura de este gran reto del que depende el futuro?
El planeta es un lugar suficientemente hermoso como para luchar por su riqueza. La única riqueza que en realidad necesitamos, agua limpia, flora y fauna, tierra fértil, ciclos naturales en equilibrio… No habrá financiamiento que alcance para salvar lo que a nosotros nos corresponde salvar porque es nuestro. Somos nosotros el punto de partida. Dar un giro radical al timón de nuestro actuar es la oportunidad que tenemos para tener un mañana como el que muchos conocimos de niños.
Del equilibrio ecológico depende en gran parte la seguridad alimentaria y por ende la paz. La Educación Ambiental tiene dos caminos y uno de ellos está prácticamente virgen. El primero, despertar la conciencia e internalizar un cambio de actitud; el segundo, tener una formación adecuada para incidir con nuestros actos en pro del medio ambiente. (Parece un terreno en el que falta mucho por aprender, ecotecnias, tips, consumo responsable, etc.). Estos son los dos caminos que hay que recorrer.
El día de mañana será posible ver ese cambio que ha empezado camino a la restauración del daño ecológico. A nadie engañaremos, si actuamos bien mañana todos se darán cuenta de las medidas ambientales que cada uno decidió implementar. La formación es para todos, ingenieros, futbolistas, enfermeros, cocineros doctores… ¿Es posible un futuro pleno con sociedades autosuficientes, capaces de producir su propio alimento, de dejar a un lado el consumismo, y retomar un verdadero sentido de vida entre los seres humanos? ¿Es posible llevar a nuestros hijos a nadar a los antiguos arroyos donde nadamos de niños? ¿Será posible escuchar a un lobo aullar en libertad nuevamente? Esa y tantas cosas que tan sólo dependen del rumbo en el timón que tomemos hoy. Yo creo que sí lo es. ■
