“Hoy es un día para reflexionar, no solamente lo bueno, lo malo, sino el futuro”, expresa el experto en petroquímica y tecnologías ambientales, Manuel de Jesús Macías Patiño, a 86 años de distancia de la noche en la que el entonces presidente Lázaro Cárdenas declaró la expropiación de todos los recursos petroleros de México, en emisión radiofónica.
Cárdenas puso fin a los asesinatos y desapariciones, al arrebatamiento de terrenos de los lugares donde “la naturaleza brotó el petróleo del subsuelo”, menciona el catedrático de la UAZ, rememorando que no hubo exploración petrolera, y, fueron las chapopoteras en lugares como Veracruz, Tamaulipas y San Luis Potosí los que evidenciaron, en tiempos de los españoles, “los grandes yacimientos que nos regaló la naturaleza”.
Un cambio radical se sucedió a partir de entonces en nuestro país ─relata Macías Patiño─. Mientras Shell y otras empresas con capacidades tecnológicas instaladas desarrollaban combustibles, México se enfrentaba al reto de formar ingenieros para la extracción y el procesamiento del crudo, y para la distribución del producto final; también faltaban las capacitaciones y proveedurías para sostener la operación y el mantenimiento de las refinerías, las refacciones que se tuvieron que importar, y las leyes “para saber cuánto cobrar de impuestos”, explica el universitario.
La nueva petroquímica y energías del futuro
Así cambió México hasta el día de hoy -en el que resulta imposible imaginar la vida moderna sin todos los elementos derivados del petróleo- y seguirá cambiando, resalta Macías Patiño, añadiendo: “Yo quisiera ver a México conservando sus refinerías, pero con el enfoque de la petroquímica”.
Degradar y no quemar los plásticos es el mandamiento en el horizonte para la petroquímica en los próximos años. La biosíntesis es la clave para que los desechos, en lugar de acumularse, puedan ser degradados como fertilizantes.
“Sin tener una economía sucia”, México debe aprovechar todos los elementos que tiene a la mano para seguir utilizando sus recursos petroleros con moderación; la quema de hidrocarburos con fines de movilidad y de energía “ya pasó a la historia”, advierte el académico.
La gran oportunidad está en la energía solar, la aereogeneración y la geotermia ─la cual tiene potencial en Zacatecas por haberse identificado yacimientos geotérmicos─, indica el ingeniero químico, invitando a toda la población a reflexionar, resaltando por otra parte que en nuestro estado “no tenemos ni un solo empresario que haga petroquímica”.
Tampoco estamos aprovechando el 8 por ciento en reservas de gas natural a nivel mundial que tiene México, puntualiza el docente-investigador con 50 años de trayectoria. Contrario a lo que la población podría pensar, quemar el gas natural es una acción de mitigación frente al cambio climático, convenida a nivel mundial, indica Macías Patiño, en contraste: “fugar el metano a la atmósfera es 28 veces más perjudicial, en términos del calentamiento global, que el dióxido de carbono”.
Un buen día para reflexionar sobre proyectos útiles para Zacatecas
Rescatar el proyecto para la producción de fertilizante tipo urea, ya terminado y con sede en Río Grande, sería ─para el científico y titular de la extinta Agencia Estatal de Energía─ una de las grandes oportunidades que tiene Zacatecas para incidir en favor de las necesidades de la población.
“Hace poquito nos dimos cuenta de que estuvieron parados, (en) CFE, por los costos tan altos por pagar del consumo de energía para extraer agua”, ejemplificó el investigador para llamar la atención sobre la importancia de abrir una nueva cartera que abarate proyectos y productos, tal como se hace ya con las plantas de cogeneración, en Calera y Guadalupe, que queman metano para producir energía eléctrica.
“Deberíamos armar una nueva red de distribución del metano para tener no solamente fertilizantes, sino energía barata… para estimular la agricultura a través de una extracción del agua que le deje más dinero a la ganadería (…)” y “reavivar los proyectos útiles para Zacatecas como el de la generación de fertilizante”, expresa Manuel Macías, invitando también a la reflexión sobre la aridez del suelo, la baja reciente en la producción de frijol y los múltiples efectos del cambio climático, en el marco del 18 de marzo, un día en el que se conmemoran ideales de justicia social y autodeterminación económica, asociados a la defensa y desarrollo de capacidades en materia de recursos energéticos.
