Son varios los municipios en los que el cargo de alcalde parece ser regalo de intercambio familiar; hemos visto personas que dejan a sus parejas como suplentes, políticos que acumulan más partidos que cargos públicos en su trayectoria, rivales acérrimos que luego resultan reconciliados, y los que, al revés, dejan de ser equipo cercano a enemigos jurados.
Hemos visto políticos que tienen residencia en un municipio un mes, para competir por la alcaldía, y al siguiente la tienen en otro, para tener otro cargo; matrimonios que reportan domicilios con cientos de kilómetros de distancia entre sí, para justificar cada uno su cargo político; mujeres que ganan elecciones para renunciar en su primer día y dejar a sus suplentes, y hasta machos muy machos dispuestos a declararse mujeres con tal de acaparar las candidaturas que por cuotas corresponden a ellas.
A estas historias del anecdotario político de este país que siempre parece haberlo visto todo, pero del que también siempre puede esperarse más, se suma otra.
Hace unos días, María Nelly Muñoz, lideresa magisterial de Jalisco, fue anunciada como candidata a diputada federal por dos partidos distintos que no van en coalición ni alianza; es decir, por dos fuerzas contrarias entre sí.
Muñoz fue anunciada como candidata de Movimiento Ciudadano por la diputación del distrito 15 de Jalisco el 5 de febrero pasado, y diez días después, mágicamente apareció en las listas de Morena con la misma candidatura.
¿Cómo ocurrió semejante disparate? Nadie lo sabe.
¿Podría haber sucedido que Muñoz hiciera “la lucha” en ambas fuerzas políticas, o que ella se apuntara en una y su padrino (o madrina) la apuntara en otra?
Sea cual sea la razón de tan garrafal y elocuente error, no deja de ser interesante preguntarse ¿Qué hizo a dos partidos políticos tan distintos como MC y Morena pensar que Muñoz era digna de representarlos?, ¿Cuál es la identidad política de María Nelly? ¿Cómo la identifica el electorado, la imagina defendiendo las ideas de Claudia Sheinbaum o los postulados de Jorge Álvarez Máynez?, ¿En qué sentido esperan sus votos con respecto a las últimas propuestas del presidente López Obrador, sobre el sistema de pensiones, los plurinominales, o, el poder judicial?
No es importante cuál partido la postuló primero, sino cuál postula ideas políticas más cercanas a las de ella.
Es ahí, en sus decisiones y sus ideas, donde puede conocerse de verdad a los políticos. Y en tiempos como los actuales es difícil hacerlo porque es temporada de lugares comunes, de frases huecas pero pegajosas que lo mismo podrían ser parte de una canción popular, de un viejo refrán, o de un libro de autoayuda.
Es ahora, a toro pasado y éxito probado, que en uno y otro bando se habla de la importancia de aumentar el salario mínimo, aunque hace unos años alegaban que sería irresponsable hacerlo porque se desataría la inflación.
Es ahora cuando se propone lo ya establecido, por ejemplo, pensiones universales para adultos mayores, becas a estudiantes, o cualquiera de los más aceptados programas sociales, a pesar de que hasta algún tiempo se era parte del coro que ponía en duda la viabilidad financiera de esto, o se insultaba a los beneficiarios a quienes hoy, por el contrario, buscan seducir.
Mal hacen los candidatos que en ese camaleonismo cortoplacista pretenden acomodarse sin evaluar el riesgo de diluir la identidad, o la marca que hasta ahora han construido.
Pero peor hacen los partidos políticos en permitirlo, sobre todo cuando han logrado ya posicionar un proyecto político, una idea, una plataforma que les dice a sus militantes y simpatizantes qué se puede esperar de ellos.
Poco puede cambiarse porque no son los partidos en su conjunto, ni sus bases ni militantes los que preseleccionan a quien presentan en las urnas. Son casi siempre sus cúpulas y sus élites, muchas de las cuales no tienen otro interés que el de también acomodarse a sí mismos y a los suyos, y cuando es así pocos pudores y temores quedan en qué su partido termine como agencia de colocación.
Cuando eso ocurre, ¿Que más da la identidad del candidato si lo que se busca es al mejor postor?