A propósito de la situación de violencia que impera en la entidad, la reconstrucción del tejido social no significa llevar actividades deportivas o culturales a las zonas de riesgo, sino promover acciones y estrategias de participación social que se generen al interior de las comunidades, afirmó Miguel Moctezuma Barraza, consultor en Políticas Públicas posgraduado de Oxford.
Según explicó, es común observar que, al hablar de la reconstitución del tejido social, se realizan actividades culturales (teatro, música o festivales) en zonas marginadas o actividades productivas, pero “eso no es generación de tejido social, si acaso es inclusión cultural”.
El problema reside en que estas actividades no se generaron ahí, sino que se llevaron desde un espacio ajeno a la identidad de estas comunidades, y aunque el esfuerzo es loable, no suele tener los efectos deseados.
“¿De verdad será que en espacios como estos no hay cultura y arte y entonces se las llevamos? Si las tienen, la cultura está y lo expresan a través del arte, pero ¿nosotros le damos espacio a esas expresiones?, ¿hicimos que esas formas de expresión fueran parte del tejido o las reemplazamos con un tejido que era ajeno? Las historias están en lo comunitario y debemos escucharlos”, indicó.
Moctezuma Barraza se refirió a la recuperación de espacios para reconstruir el tejido social y para ello se colocan lámparas y juegos en los parques, pero “la convivencia no se va a dar de forma automática sólo porque está el parque. Entonces hay actividades en las que, además de lámparas y juegos, lo que hace es plantar, y cuando se planta la gente convive, platica, y cuando platica desarrolla confianza, y así cambia la perspectiva”.
Para impulsar nuevos proyectos de participación social, propone involucrar a los clubes y federaciones de migrantes y que ellos generen un fondo para que se desarrollen observatorios ciudadanos y otras iniciativas, lo que provocaría una alianza social y sin costo para el gobierno.
“En México hay la hipótesis de que atacando el tráfico y el consumo de drogas, la violencia
se reducirá”
También mencionó que hay proyectos financiados en otros países mediante los cuales se pueden obtener recursos que se ejercen en planes específicos para configurar el tejido social.
Por otra parte, Moctezuma Barraza expuso que en México hay la hipótesis de que atacando el tráfico y el consumo de drogas, la violencia se reducirá, pero los ciudadanos son marginados de todo proceso participativo y por lo tanto la narrativa se vuelve eminentemente gubernamental.
“Desde la política pública, la narrativa de ‘abrazos, no balazos’ suena muy bien porque se trata de un involucramiento en las causas y no en las consecuencias. En este caso es una metáfora del abrazo como cohesión comunitaria y no balazos como narrativa contraria a la guerra contra las drogas, pero necesitamos claridad y credibilidad entre lo que decimos y lo que hacemos y aprovechar esta narrativa para potenciarla a través de ciertas actividades”, expuso.
También se refirió a Karina García, de la Universidad de Bristol, quien publicó el libro “Morir es un alivio”, en el que entrevistó a ex sicarios para conocer qué ocurrió en su infancia y qué sucedió en su entorno. El común denominador fue el contexto de pobreza y la violencia intrafamiliar.
Moctezuma Barraza indicó que esto evidencia que es necesario construir alternativas para que los niños desarrollen la resolución no conflictiva de desacuerdos, aprender a comunicarse, entre otros.
