Equivocada está la narrativa que ha creado la misma derecha política mexicana para crear entre los trabajadores del Poder Judicial Federal, la idea de que el Presidente López Obrador y la 4T, están en contra de toda la estructura, trabajadores y los resultados que estos obtienen en la impartición de justicia, así como de su capacidad y conocimientos respecto de la misma.
Me atrevería a asegurar que los trabajadores del Poder Judicial de la Federación, en una gran mayoría, son los más capacitados y preparados en cuanto al Derecho y la impartición de justicia, incorruptibles y comprometidos con sus funciones y facultades, sin embargo, la derecha y los medios a su servicio, han creado la narrativa de que la 4T y el Presidente están en su contra y que minimiza sus labores y funciones, logando impactar en una gran mayoría de los trabajadores de dicho poder, al grado de que algunos incluso dedican esfuerzo y tiempo a difundir noticias falsas con tal de “desquitarse” del Presidente y quizás, así lo sientan, defender su empleo.
Por otro lado la verdadera crítica del presidente y de la 4T ha sido centrada únicamente en la corrupción que aqueja a dicho poder a través de ministros, magistrados y jueces, que son minoría pero una minoría peligrosa para la impartición de justicia y para México, pues algunos de ellos han fomentado la corrupción permitiendo la liberación de criminales y con ello fomentando la impunidad, usando el derecho para evitar que empresarios rapaces paguen impuestos y que todo tipo de delincuentes triunfen bajo la narrativa de que el derecho los ampara.
Es así, que la reforma del poder judicial busca cambiar los mecanismos de selección de jueces, magistrados y ministros de dicho poder para que la voluntad final sea la del pueblo mexicano para elegir entre 10 propuestas del pleno de la suprema corte, 10 del Congreso y 10 del Ejecutivo en turno para que sean votados por los mexicanos, así es que nos han buscado engañar diciéndonos que los mexicanos no estamos preparados para una democracia participativa donde incluso elijamos a quienes encabezan dicho poder.
La derecha busca mantener dichos privilegios mediante los cuales ha logrado impunidad para una gran cantidad de líderes de grupos criminales y políticos corruptos, el acto en el que se exhibe una reunión secreta organizada por la Ministra Norma Piña en la que reunió a Alito Moreno, líder del PRI con magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial, pone en evidencia los vínculos políticos y serviles de quienes se encargan de impartir justicia con una finalidad: mantener las redes de corrupción y poder entre unos cuantos para beneficio de sí mismos.
El triunfo de Claudia Sheinbaum será aplastante, por lo que judicializar los resultados electorales presidenciales les daría una derrota más, sin embargo, al reunirse magistrados con el líder del partido que durante décadas ha saqueado al país, expone la búsqueda de impugnar los triunfos de la 4T en el Senado y en la Cámara de diputados para frenar el Plan C que se ha venido proponiendo para lograr impulsar reformas constitucionales que beneficien a los mexicanos, así es que buscan evitar que los grandes cambios continúen en beneficio de nuestro país.
Con dicho actuar, la derecha conformada por el PRI-PAN-PRD, pone en evidencia que no les interesa consolidar un proyecto de gobierno y político en favor de quienes no concuerdan con el proyecto de nación que representa la 4T, sino que buscan a como de lugar, frenar dichos cambios para que los mexicanos tarde o temprano caigan en la narrativa de que el gobierno de López Obrador, Claudia Sheinbaum y los que puedan continuar, son una farsa.
La desesperación de la derecha es peligrosa, coptar a jueces federales, magistrados y ministros al nombrarlos a discreción y según los intereses de empresarios y grupos políticos, ha creado en nuestro país una impunidad que parece no terminar y ha fortalecido el principal cáncer de nuestro país: la corrupción.
El Poder Judicial, como señalamos antes, los de arriba y unos cuantos, al servicio del poder, es un cáncer para lograr un Estado de Derecho, o lo reformamos o la corrupción continuará siendo característica de nuestra clase política.