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miércoles, 24 abril, 2024
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Sobre la petrificación del poeta

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Por: CITLALY AGUILAR SÁNCHEZ • Admin •

(Parte 1 de 2)

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Inercia

El marte 23 de febrero de este año, fue develada la escultura de Ramón López Velarde en la Plaza de armas de nuestra ciudad; se trata de la primera de siete más sobre hombres que han enriquecido el patrimonio artístico y cultura de Zacatecas, y son obras de Carlos Espino. No obstante, a tan sólo días de la inauguración, la pluma fuente de la efigie fue hallada rota. Luego, durante las nevadas de marzo, fue víctima de fotografías en las que, se mostraba con bufanda y pelotas. Y hace muy poco, sorprendió encontrarla pintada con detalles de pintura rosa.

Desde luego que, muchos han criticado la conducta de la población zacatecana, por su falta de respeto a este tipo de monumentos. Sin embargo, también es posible cuestionar, mediante este incidente, qué tan intocable es la figura de un poeta, no ya sólo la del jerezano, sino en general, para nuestra sociedad.

 

Despetrifiquemos

De López Velarde sabemos mucho; su biografía es algo que a todo mundo llama la atención, y quizá en ello reside que, en nuestra ciudad encontremos su nombre por todas partes, su mítica figura hecha piedra o cobre por un lado y otro. Pero, su poesía, más allá de la “Suave Patria”, es desconocida para la mayoría. ¿No es hipócrita molestarse porque una estatua ha sido rayoneada y que no nos interese en lo  mínimo rayonear algunos de sus versos para entenderlos? En este sentido, me parece que la figura del poeta, hasta nuestros días, es la de alguien intocable… Tan intocable es, que ni siquiera es leído.

Zacatecas tiene una tradición poética importante, no sólo por “el hijo pródigo de provincia”; desde mediados de los 60, con los talleres iniciados gracias a Miguel Donoso Pareja y alentados por José de Jesús Sampedro, son una constante. De sus aras se han desprendido importantes poetas como Juan José Macías y Javier Acosta, y en generaciones más recientes Yamilet Fajardo y David Castañeda Álvarez. Aunque la producción poética es prolífica ¿quiénes leen poesía? Y peor aún ¿quién lee poesía críticamente?

Podemos pasar los ojos por las letras y saber de qué va el tema repasado; pero lograr un nivel de lectura en el que haya un diálogo con el escritor es realmente difícil. Y es que, aunado a todo esto, está la situación de que nuestra ciudad permite ubicarnos con facilidad. Nuestro vecino bien puede ser el ganador de algún premio internacional de poesía, o tener vastas publicaciones en dicho género pero no lo leemos, y si lo leemos nos sentimos incapaces de preguntarle qué diablos dicen sus poemas… No, no podemos quedar como los que no entienden un verso poético y no podemos decirle al poeta, nuestro amigo, nuestro compañero de clase, nuestro conocido de la calle que lo que escribe no es poesía.

 

Sobre un poeta

Gracias a apoyos federales como el Programa de Estímulos a la Creación y el Desarrollo Artístico de Zacatecas (PECDAZ), muchos jóvenes hemos tenido la oportunidad de publicar algún libro, sin embargo, muchos de éstos no tienen el seguimiento adecuado, y dado que todos resultamos ser conocidos, nadie se anima a señalarnos ciertos desaciertos, y con ello se continúa la tradición petrificadora. Revisemos un ejemplo en particular: Formas de decir adiós de Roberto Galaviz.

El libro es una recopilación de 59 poemas escritos a la hechura del verso libre que, el joven fresnillense, ha publicado en el suplemento cultural La Gualdra; aunque el leitmotiv son las despedidas, tal cual lo han dicho los presentadores (Carlos Navarrete, David Castañeda Álvarez y Marco Antonio Flores Zavala) de la obra en diversos eventos, encontramos entre los versos una dinámica de la cotidianeidad.

Ahora bien, de acuerdo a la leyenda, que por deber hay que incluir en las publicaciones del PECDAZ, “está prohibido el uso de este programa con fines de usos políticos, electorales, de lucro y otros distintos a lo establecido”, y sin embargo, en el libro de Galaviz, la descripción biográfica que se encuentra en la sola principal, apunta que él es “presidente del Frente Juvenil Revolucionario” el cual es un conexo del partido político PRI, además de “dirigente estatal de jóvenes en Zacatecas PVEM 2015”.

Y más allá de esta falta, en una revisión atenta de los poemas, encontramos inconsistencias. Leamos el poema que lleva el mismo nombre que el libro, donde priman los versos de entre 4 y 7 sílabas en contraste con los de hasta 15; los primeros siete versos dicen: “Hay dos o tres formas de / decir adiós // todas causan al menos un pequeño dolor // ya sea en los ojos, / en las manos, / o en la lluvia / del verano siguiente.” Las dos o tres formas referidas se complementan con la enumeración de la dupla “ojos / manos”, que pertenecen al mismo campo semántico, mientras que “lluvia” forma una tríada que hace una interesante ruptura, pues logra la imagen de lo pluvial como un fenómeno corpóreo. No obstante, en los siguientes 12 versos, las imágenes y recursos retóricos no tienen la misma calidad… ■

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