Ángel Praga Aguilar Vaquero hace que el fin de cursos intensivos del aprendizaje del jazz en el muy famoso Centro de las Artes de San Luis Potosí, sea un acontecimiento que la ciudad celebra, mientras sus maestros y directivos generales aciertan en que los pupilos todos tengan tablas, le entren al entusiasmo, concreticen afanes nuevos y muy profesionales.
Nada tan importante para este nuevo país que la juventud entera tenga ocupación y su cena servida, para ello, las fuerzas políticas emergentes dieron cátedra al mundo de cómo se deben hacer las cosas sin endeudar al pueblo, corregir lo que desde hace 90 años abonaron con su sangre y sacrificio para que la cosa pública se perfile en una ruta que nunca mas nos va a desmoralizar ni cansar, ni mucho menos atropellar los sueños legítimos de la juventud mexicana.
La derecha nunca descansa, hará a un lado a las figuras onerosas que los derrotó en las urnas y el debate público y las x y los Calderones y una parvada ruin de malvivientes, serán defenestrados por sus mismos creadores para que funcione de otra manera el acoso constante y el descrédito y la mentira para tumbar a las generaciones que ahora se aprontan a madurar la cuarta transformación de México y de muchas partes del mundo.
Nuestro planeta es un hervidero de problemas y promesas, las guerras continúan, las hambrunas y el cambio climático no mueven un ápice a quienes se sienten guardianes del mundo y traslapan las políticas financieras que pueden o salvar a millones de seres humanos o hundirlos como nunca antes se había visto después del horror de la segunda guerra mundial. El caso argentino sobrepasa la imaginación por el gran número de tropelías que la derecha mundial orquesta para desbaratar el aparato del estado como bien publico y dárselo a los grupos mundiales que puedan manejar como un negocio la salud, la educación, el derecho al trabajo, la seguridad.
Pero sigue el Jazz de Ángel y sus amigos y amigas que contribuyen a que el país y las ciudades mexicanas se protejan como deben de hacerlo quien ven en ese estilo y corriente musical un gran avance, riqueza auditiva, disciplina colectiva, sonidos curativos y el respaldo de maestros de gran altura que proyectan el fin de los letargos y la nueva anuencia muy fructífera y llena de conciertos, giras, grabaciones, la gran diversidad cultural de la provincia mexicana como prototipo de la comunidad mundial del nuevo milenio.
Jazz y mundo, México y las complicidades, país que renace y resuelve, ve el camino, decide apoyarlo y mientras la maravilla de la inteligencia artificial revive los episodios históricos como muestra de medicina universal para darle escarmientos a la derecha ladrona, la que no descansa, la que pervirtió la función pública y quiere a toda costa revirarla a su favor a pesar del fracaso electoral y su imagen ante el mundo como ejemplo de ladronería y pillaje disfrazado.
Ahora los pupilos nacionales de la democracia se suman a los pupilos musicales que quieren mismas cantidades y buenas oportunidades inmediatas.
Las ciudades musicales existen, también múltiples fronteras, quienes osamos asomarnos a las estadísticas numerológicas del país y el continente y la escena mundial, algunas cosas espantan pero otras llenan de beneplácito, como Zacatecas y su gran comunidad intelectual esparcida entre miles de jóvenes provenientes de los segmentos populares y campesinos, como los estados nacionales que ahora mismo son testigos de los cambios mas significativos en 100 años, curándonos de salud, no la crónica imaginaria que nunca transparenta el fuego vital que hace que las ciudades de 130 millones de mexicanos, se enraícen y vean cuan indispensable es un albañil, un chofer, un obrero y de buena forma y excelente motivo, a los músicos que le dan un buen panorama a este episodio único en la historia mexicana.
