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jueves, 2 mayo, 2024
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La dirigencia universitaria: los mismos vicios de la clase política

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Por: La Jornada Zacatecas •

¿Por qué si llega una crisis de tal tamaño que se ve la necesidad de relevar al Secretario Administrativo no se llama al Consejo Universitario? La máxima autoridad puede resolver qué hacer no sólo sobre el caso particular del profesor Edmundo Guerrero, sino lo más importante: puede acordar algún camino que solucione el problema estructural que hace posible la corrupción en la UAZ. ¿Por qué surgen esos casos de corrupción? Pues por debilidad institucional. Y para atender los problemas estructurales precisamente están constituidos los órganos colegiados. Las autoridades unipersonales tienen la misión de atender la cotidianeidad de la vida universitaria, no las decisiones que marquen un cambio de rumbo. Sin embargo, en este caso, en el que evidentemente se requiere tomar decisiones que impacten al funcionamiento de la totalidad de la institución, la pregunta que salta es, ¿negarse a abrir el caso en el Consejo Universitario es una manera de encubrimiento? ¿Por qué se obstaculiza la posibilidad de que el tema se examine en esa instancia para encontrar una solución de fondo al problema de la corrupción? Si ya apareció de manera ruidosa en esta ocasión, la posibilidad queda abierta para más casos en el futuro. Este problema que se ha catalogado como el cáncer que impide el desarrollo nacional, ¿para las autoridades universitarias es un inconveniente más que se debe gestionar políticamente para amortiguar sólo sus efectos inmediatos? A través de estos asuntos se transparenta la visión que tienen los dirigentes de la UAZ sobre este tipo de problemas. ¿A qué le dan prioridad?

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También es notorio lo que no ocurre: no se reúnen los directores de las unidades académicas para enfrentar este problema, no presentan iniciativas al máximo órgano de gobierno de la UAZ del que (de oficio) forman parte. ¿Cuál es el motivo de su omisión? El mismo motivo que los lleva a otros actos de omisión: no hacen propuestas sobre los grandes temas generales de la institución, como la reforma académica, la reglamentación del ciclo presupuestal o las rutas de la gestión de los recursos federales que hacen falta para terminar este año. Se preocupan únicamente de los asuntos particulares de sus centros de trabajo, abandonando todo interés por los temas generales. Esa actitud es la mejor manera de empeorar la situación. Pero, ¿y si la autoridad central no promueve la discusión de la máxima autoridad de los temas de interés general? Pues significa que aplica recetas desde su visión particular a los problemas generales. ¿No es mejor aplicar una visión común a los problemas generales? Esto último es propio de concepciones democráticas en la gestión de los problemas. Y sería la mejor forma de afrontar la crisis actual, sin embargo, no ocurre así debido a que la dirigencia universitaria en su conjunto ha venido reproduciendo los mismos vicios que tanto hemos señalado de la clase política mexicana, y está en camino de transformarse en un grupo que sólo actúa para fortalecer su red de complicidades y reproducir su control clientelar, alejado de todo interés institucional.

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