En estos tiempos de crisis nacional, estatal y universitaria, caracterizados por:
Un sistema de reformas estructurales, que nos vendieron como la panacea de todos los problemas de México, y que a pesar de haberlas puesto en marcha contra viento y marea, y a sangre y fuego, al paso de los años han demostrado que no han traído ningún beneficio real a las grandes mayorías de los mexicanos, que por el contrario conforme pasa el tiempo, esa gran mayoría, resulta estar cada vez más empobrecida. Lo que no sucede con los políticos, empresarios y familiares cercanos al régimen, quienes sí han podido lograr enormes beneficios al hacer pingües negocios con la puesta en marcha de las mal llamadas reformas estructurales
Un endeudamiento externo creciente, acompañado de una vertiginosa devaluación del peso frente al dólar, y con ello las irrisorias justificaciones de algunos funcionarios y políticos del más alto nivel, haciéndonos creer que la devaluación en lugar de afectar a los mexicanos, nos beneficiará
Un gobierno federal que al presupuestar el gasto nacional, privilegia de nuevo los recursos para fortalecer el mantenimiento y funcionamiento de un régimen gubernamental centrado en el yo, y no en el nosotros, caracterizados por programas de ornato, imagen personal, control político, mantenimiento y fortalecimiento de un sistema caduco de partidos políticos e instituciones de control electoral, que tanto nos cuestan a la gran mayoría de los mexicanos.
Y por si lo anterior fuera poco, tenemos un gobierno federal que condona impresionantes cantidades de dinero por concepto de impuestos a consorcios empresariales mexicanos y extranjeros, que por las enormes cantidades de ingresos obtenidos, deberían ser quienes mediante el cumplimiento de sus obligaciones impositivas, fortalezcan las arcas de la nación, y por el contrario resultan ser los favorecidos del régimen. Lo que nos obliga a pensar que las políticas públicas del gobierno mexicano están orientadas sólo a fortalecer a los que más tienen, en detrimento de las grandes mayorías que a chaleco tenemos que pagar los impuestos que el régimen nos impone.
Pero no solo son las políticas federales, las que nos están afectando a la mayoría de los mexicanos, sino también las políticas estatales de los últimos años, que nos han llevado a niveles de deuda inimaginables, recuerdo como con bombo y platillo nos decían al final del anterior periodo gubernamental, que todos los gastos del estado estaban previstos, asegurados y caso casi en los bolsillos de todos los que requirieran su recurso, casi nos convencieron de que le habían hecho un favor al gobierno entrante al endeudarlo más, lo que nunca nos dijeron fue que habían dejado una serie de cadáveres en el closet, y que ahora tienen al estado al borde de la rebelión por falta de recursos para cumplir con los compromisos de pago, ya no del siguiente año, sino del presente.
Dentro de esta problemática producto de la implementación de políticas públicas nacionales y estatales, se encuentra inmersa la Universidad Autónoma de Zacatecas, donde también existen una serie de problemas de todos conocidos, como son: Un adeudo estructural que ya se volvió cíclico, producto de, para unos el crecimiento de las plantillas de funcionarios, docentes y administrativos que se ha generado en los últimos rectorados, y para otros de la falta de subsidio cuyo crecimiento no ha sido proporcional al crecimiento de la matrícula de alumnos, plantilla de docentes, plantilla de administrativos, así como al incremento de unidades y programas académicos.
Problemática universitaria que provoca que los sectores que le dan vida a la universidad, estén en permanente conflicto con la administración central, al exigir el cumplimiento de lo pactado en los contratos colectivos de trabajo que norman y rigen las relaciones laborales, académicas y administrativas entre la universidad y sus gremios.
Dentro de esta ya de por si conflictiva relación, los universitarios amanecemos con la noticia de que por primera vez en la historia, se le retiene el subsidio ordinario a la universidad, lo que trae en consecuencia la posibilidad de que también por primera vez, no se cumpla con el salario devengado a los sectores universitarios.
Esta retención de subsidio, sin mediar comunicación alguna, por supuesto que nos debe de invitar a la reflexión sobre nuestro quehacer como universitarios, y en ese marco llega el momento de preguntarnos:
¿Por qué el estado que es el responsable de otorgar educación a los mexicanos y en particular a los zacatecanos, no otorga los recursos suficientes para lograr este cometido?
¿Por qué el estado que es el garante de, de la paz y tranquilidad social, le apuesta más al conflicto que a resolver de fondo los problemas?
¿Por qué a otras instituciones, empresas y particulares les condonan estratosféricas cantidades de impuestos y a la Universidad Autónoma de Zacatecas no?
¿Por qué y aún que se tenía la promoción de un amparo, no se tomó en cuenta y simplemente se ordenó la retención de recursos a sabiendas de que en 3 días se tendría que cubrir nomina?
¿Qué no le preocupa al estado mexicano y particularmente al gobernó del zacatecas, que dejen de circular 100 millones de pesos mensuales en la economía del estado?
¿No le preocupa al estado tener a más de 5,000 familias en la calle en protesta por que no reciben los ingresos que les peritan vivir?
¿No les preocupa que más de 40,000 alumnos se queden sin clases por la retención del subsidio?
¿No les preocupa la afectación en cadena a empresas, comercios, y transporte, con la consecuencia de la afectación económica a las innumerables familias que viven de la economía que genera la UAZ?
Estas y otras muchas reflexiones habremos de hacer, no solo los universitarios, sino los gobernantes, los políticos sin importar el color y la camiseta que defienden y toda la sociedad zacatecana, porque la.
Llegó el tiempo de cerrar filas al interior y al exterior de la universidad, de dejar atrás las divisiones, los egoísmos y los yoyismos inútiles, porque la Universidad Autónoma de Zacatecas, tiene historia, y en esa historia vamos todos, la universidad es de todos y se debe a todos, y en estos momentos nadie pero nadie, ningún zacatecano que se precie de serlo, se puede desentender de los problemas de su alma mater.
Al Gobierno Federal y sus actuales Secretarios, les toca dejar de ser funcionarios de fotografía, y de declaraciones, (recuerden las declaraciones de los secretarios Videgaray de Hacienda, de gobernación Osorio Chong, del mismo presidente Peña Nieto y del delegado del ISSSTE en sus recurrentes visitas a Zacatecas, donde todos declararon que el problema estaba resuelto), les toca agarrar el toro por los cuernos y resolver las necesidades institucionales que permitan el sano desarrollo y funcionamiento de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
Al gobernador Alejandro Tello, le llegó la hora de que demuestre su pregonado amor por la Universidad Autónoma de Zacatecas, ya no solo con el ofrecido incremento de un punto porcentual anual al presupuesto ordinario, sino con una partida especial que le permita resolver los problemas de fondo.
Senadores y Diputados federales, ustedes que se precian de trabajar, sin descansar por Zacatecas, llegó la hora de que encuentren las economías en el presupuesto federal que puedan reorientar para incrementar el subsidio ordinario a la UAZ, y las partidas presupuestales extraordinarias que permitan de una vez y para siempre, salir de los adeudos económicos cíclicos que ya parecen permanentes.
A los universitarios, nos toca asumir la responsabilidad de cumplir con los términos y procedimientos para los que fuimos contratados y con ello asegurarle a la sociedad zacatecana que somos dignos de recibir en nuestras manos a sus hijos y con ellos formar a las futuras generaciones de profesionistas que habrán de forjar el Zacatecas del futuro.
Es la opinión de un zacatecano hecho universitario en la U.A.Z., y cuyo proyecto de vida es y será la U.A.Z. ■
*Investigador del Centro de Estudios Prospectivos y Docente de la Unidad Académica Preparatoria de la U.A.Z
