Con el fin de abordar los fenómenos criminales complejos que afectan a varias regiones de México, recientemente se realizó el Foro Zacatecas: Análisis Local de Fenómenos Criminales Complejos, en colaboración con la Unidad Académica de Desarrollo y Gestión Pública, el Centro de Investigación de Crímenes Atroces, A.C. y USAID.
Este foro se llevó a cabo con el objetivo de examinar el impacto de las extorsiones desde diferentes enfoques y discutir cómo la cooperación entre el ámbito académico, las empresas y las organizaciones civiles puede contribuir al análisis de delitos de alto impacto.
Tal encuentro tendrá lugar los días 13 y 14 de enero. En su primer día, el primer encuentro se estructuró en dos sesiones, tuvo su primera parte centrada en la corresponsabilidad en la investigación y el análisis de fenómenos criminales, con una participación destacada de Ina Zoon, directora del CICA, Marco Antonio Torres Inguanzo, director de la Unidad Académica de Desarrollo y Gestión Pública y César Hernández Mier, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP). Durante esta primera sesión, se discutió la importancia de integrar a diferentes actores de la sociedad para combatir la criminalidad, con un énfasis particular en la cooperación entre la sociedad civil, la academia y las instituciones gubernamentales.
Uno de los principales temas abordados fue el modelo de corresponsabilidad en la investigación criminal, un concepto que promueve la colaboración entre estos tres sectores para mejorar los resultados de las investigaciones y aumentar la confianza ciudadana en el sistema de justicia. En este sentido, se destacó la necesidad de ir más allá de la investigación tradicional, incorporando a las organizaciones civiles que están en contacto directo con las víctimas, así como la valiosa información que la iniciativa privada puede aportar, particularmente en lo relacionado con las redes de extorsión y lavado de dinero.
Además, se propuso un enfoque progresista en la política criminal, en el que se prioricen los derechos de las víctimas y la justicia transicional, haciendo énfasis en un cambio hacia una política de drogas centrada en la salud y no en la represión. En un país como México, donde los problemas de violencia y narcotráfico son predominantes, este tipo de enfoques podrían marcar una diferencia significativa en la manera de enfrentar la criminalidad.
En esta línea, se subrayó la importancia de una planificación estratégica en la persecución penal, especialmente cuando se enfrenta a fenómenos de macrocriminalidad. A través de una mejor priorización en las investigaciones, se pretende garantizar que los casos con mayor impacto social reciban la atención necesaria, enfocándose no solo en los autores materiales de los crímenes, sino también en las estructuras criminales que los respaldan.
En cuanto a las propuestas concretas para mejorar la capacidad de respuesta ante la violencia, se presentó el diplomado en análisis de contexto, un proyecto académico dirigido a formar expertos en el análisis de fenómenos criminales complejos. Este programa formará parte del laboratorio de estudios multidisciplinarios para el análisis de contexto de fenómenos criminales complejos (LEMAC), que reunirá a académicos de diversas disciplinas para estudiar la criminalidad de manera integral.
La segunda sesión del foro, titulada «Experiencias en análisis de contexto desde la sociedad civil: oportunidades y retos», estuvo a cargo de María Luisa Quintero, consultora del CICA, Ina Zoon, directora del CICA, Carlos Moctezuma y Josué Emmanuel Romero, miembros del EMDAL
Esta sesión se centró en el análisis de contexto como una herramienta clave para entender fenómenos complejos, como las desapariciones forzadas, desde la perspectiva de las organizaciones civiles. Se explicó cómo este análisis puede ser usado no solo para mejorar la investigación criminal, sino también para la protección de los derechos humanos y la identificación de víctimas y perpetradores.
El análisis de contexto, según se explicó, debe ser un proceso flexible, adaptado a cada caso, que permita comprender las causas subyacentes de los fenómenos criminales. Este análisis también debe tener un enfoque probatorio, orientado hacia la justicia, la reparación y la memoria, elementos esenciales para la construcción de un proceso de justicia que no se limite a castigar, sino que también busque sanar las heridas de las víctimas.
Uno de los testimonios más conmovedores fue el de Carlos Moctezuma, miembro del Equipo Mexicano de Antropología Forense (EMAF), quien relató su experiencia personal en la búsqueda de su familiar desaparecido. Moctezuma enfatizó la importancia de la colaboración entre las víctimas, las organizaciones civiles y las autoridades para mejorar las capacidades de investigación y fortalecer las estrategias de búsqueda.
Por otro lado, Josué Emmanuel Romero, científico forense, compartió su experiencia en la aplicación del análisis de contexto en casos de desapariciones forzadas. Romero destacó que este enfoque no solo es crucial para la resolución de casos, sino también una herramienta humanitaria que brinda a las familias de las víctimas un sentido de certeza y esperanza en la búsqueda de justicia.
El foro también presentó un aspecto fundamental en la lucha contra la desaparición forzada: la colaboración interinstitucional y la creación de normativas que mejoren la calidad de los peritajes y la capacitación de los buscadores. Aunque las instituciones gubernamentales no siempre han mostrado la voluntad para colaborar, se destacó la importancia de hacer la investigación criminal más accesible a la sociedad civil, un aspecto esencial para garantizar que los derechos de las víctimas sean respetados y sus voces escuchadas.
