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jueves, 28 marzo, 2024
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Pueblos originarios de México han sido sometidos a la violencia y han resistido

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Por: ALMA RÍOS •

■ Indígenas enfrentan muertes y desplazamientos forzados con inteligencia y capacidad: Delgado

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■ Opina que nos están enseñando nuevas formas de democracia y de revolucionar el poder

Los pueblos originarios de México han sido sometidos “a la violencia sistémica, primero de la Colonia y luego del Capitalismo, y sin embargo han podido resistir. Eso casi no lo hemos valorado. “Han resistido más de 500 años y han podido salir adelante”, dijo Raúl Delgado Wise, entrevistado al respecto de la situación de estas poblaciones en el contexto de la conmemoración por el Día de la Raza.

El académico dijo que actualmente estos pueblos enfrentan una situación de “violencia terrible” que implica muertes y desplazamientos forzados, y que no es exclusiva de ellos, pues observó, también son víctimas de este tipo de agresiones otros grupos y poblaciones, en la última variante, como la mazapilense de Salaverna del estado de Zacatecas.

No obstante, los indígenas están enfrenado estas situaciones “con mucha inteligencia y capacidad” desarrolladas durante muchos años de resistencia, dijo.

“Y creo que ahorita es un buen momento para salir a la luz, para cambiar la imagen que se tiene, muy difundida y muy distorsionada”, como lo han exhibido recientemente, por ejemplo,  las expresiones del diputado federal priísta Benjamín Medrano Quezada, quien los expuso sin capacidad para integrarse al Congreso de la Unión, y luego propuso una iniciativa contra las radios comunitarias que ayudan a su cohesión y organización sociales.

Delgado Wise recordó al respecto, “ha habido efectivamente un desprecio” que estudiosos como Pablo González Casanova han propuesto como manifestaciones “de colonialismo interno”, que han generado situaciones que se reproducen en el país deteriorando la imagen de los pueblos originarios, a los que en realidad se desconoce en su realidad y sus logros.

“Y no nada más en México sino también tenemos el caso de Bolivia y otros países donde también se nota cómo ellos nos están dando la pauta para muchas posibilidades de transformación”.

Habló de una propuesta desde la organización actual en el Congreso Nacional Indígena al que hasta la semana pasada se habían integrado alrededor de ciento ochenta y tantos representantes de etnias de todo el país, y del que ha derivado el Consejo Indígena de Gobierno que tiene como vocera a María de Jesús Patricio Martínez, “Marichuy”, candidata a la Presidencia de la República que busca conseguir su registro por la vía independiente ante el INE.

El director de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la UAZ ha sido uno de los intelectuales invitados a integrarse a la asociación civil “Llegó la hora del florecimiento de los pueblos”, en la que también confluyen entre otros, el ex rector de la UNAM, Pablo González Casanova; el antropólogo Eduardo Matos Moctezuma, y el escritor Juan Villoro, misma que se constituyó como un requisito para el registro de la candidata.

Dijo que efectivamente el nombre compagina con un florecimiento de los pueblos originarios “que nos están enseñando muchas cosas”, nuevas formas de democracia y de revolucionar el poder pensando no hacia atrás, sino cómo proponer “una modernidad alternativa”.

Han generado un diálogo con las artes y las ciencias considerándolos “un producto para el disfrute de toda la población que nos permitiría solucionar todos los males”, distinto al contenido que el capitalismo les ha conferido, esa suma de progreso pero con destrucción del medio ambiente y empobrecimiento de la población.

Esta iniciativa organizativa tiene detrás la experiencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que dijo, ha trascendido de forma importante a nivel mundial como un modelo de influencia “de los nuevos movimientos sociales, mostrando nuevas rutas hacia las que podemos transitar”.

Comentó que se intenta abrir las puertas de la clase política para la candidata indígena “no sólo para participar en el proceso electoral sino para hacer visible la problemática del México de abajo”, articulando los distintos movimientos sociales alrededor “de un grupo que ya está muy organizado y abierto a ver de manera distinta al país para transformarlo”.

“La idea es ver cómo nos podemos integrar nosotros a estas iniciativas y cómo contribuir a enriquecerlas y a llevarlas más lejos, casi como el único camino que tenemos por delante porque si no va a ser más de lo mismo”.

Esta propuesta está generando grandes simpatías, entre otras, las de sindicatos como el de Electricistas que están empezando a unirse a este proceso que se expresa como un nuevo movimiento, “un nuevo despertar que creo nos puede llevar muy lejos, pues las miras no están puestas sólo en el 2018 sino más allá”.

Dijo sobre la coyuntura electoral que es un medio para exhibir la problemática real del país y poner en evidencia a una clase política que no plantea cambios profundos y necesarios ante ella, pero también, se busca demostrar “que podemos tener un futuro distinto”.

El zapatismo se propuso constituir una “autonomía radical” creando sus propios sistemas alternativos educativos y de salud, pero sobre todo, de instituciones democráticas que han funcionado.

Destacó también la constitución del Congreso Nacional Indígena del que no todos sus integrantes proceden del zapatismo, como la propia Marichuy, quien pertenece a una etnia de Jalisco.

Mencionó que se ha estado recuperando el legado Bolívar Echeverría, quien hablaba de las potencialidades para el cambio y la transformación profunda de los países que pueden aportar las poblaciones indígenas y “que hay que tomar muy en serio”.

“Y creo que hay mucho que celebrar en este Día de la Raza en cuanto a lo nuevo, a lo que está por surgir, y mucho también que criticar en cuanto a lo que ha sido el despojo, el desprecio, la discriminación hacia nuestros pueblos originarios”.

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