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viernes, 19 abril, 2024
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La larga marcha de Modesto López y ediciones Pentagrama

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Por: QUITO DEL REAL • Admin •

El son del corazón

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Para Sergio Espinosa Proa.

Filósofo, ensayista, lector agudo, conversador.

Quizá la mayor parte de mis tres lectores nunca ha escuchado referencias acerca de Modesto López.

Deseo comentarles que Modesto es un personaje de origen argentino, que trabaja demasiado por su país de adopción desde la trinchera del rescate musical y la producción discográfica.

Ha paseado muchas veces por los callejones de la ciudad de Zacatecas, sobre todo durante las semanas de nuestro reputado Festival; se precia de conocerla muy bien, al menos por sus edificaciones, empresas culturales y su buen mezcal.

Modesto será premiado el próximo 3 de junio en Barcelona, España, al habérsele concedido el Reconocimiento Foca Mediterrània de la XXII Edición de los Premis Ones Mediterrània, después de tres décadas de trabajo en el mantenimiento y la difusión del patrimonio cultural de América Latina, por conservar su carácter reivindicativo e independiente, y por creer en la cultura como un activo fundamental a la hora de construir una mejor sociedad.

Los Premios Ones reconocen y potencian iniciativas y proyectos destinados a impulsar acciones para la mejora y defensa del medio ambiente, la solidaridad, los derechos humanos y el desarrollo social.

Cayó como vaso de aguardiente en una fiesta aplatanada

Modesto es parte de la diáspora de artistas e intelectuales que emigraron de la Argentina en la mitad de la década de los setenta, cuando las fuerzas militares destruyeron un proceso de lucha de masas muy profundo y radical. Llegó a nuestro país con el gran activo de tener un corazón encendido y una mente emprendedora, capaz de extraer belleza y vergeles de superficies secas e inhóspitas.

Su fuerza y liderazgo se hizo sentir de inmediato al inyectar visión, con su ejemplo y energía juvenil, a los grupitos artísticos que todavía merodeaban, sin éxito y sin política cultural, en los años posteriores a los sucesos estudiantiles del año 68 y del 71 del siglo pasado. Los promotores culturales pertenecientes a la izquierda, reproducían el inútil y pomposo estilo oficial de los funcionarios de cultura del INBA. Eran cerrados y sectarios.

Modesto comenzó a desarrollar su propio proyecto. Él quería ser actor o director teatral, pero las circunstancias le asignaron nuevas encomiendas. Afuera  del gueto cultural existía un México creativo y colorido, lleno de música y composiciones nuevas y tradicionales, pero también un país adolorido y sangrante.

Mode registró de inmediato las grandes posibilidades que se abrían en los festivales musicales de los pueblos tradicionales del interior de la república; transportaba su equipo de grabación y ahí se empapaba de la cosa misma: los cantos, la poesía y la música.

A finales de los 70 y principios de los 80, echó a andar su proyecto principal: las ediciones Pentagrama. Ahorita, si no me equivoco, el Mode y Pentagrama ya andan por los 35 años y ya lucen un catálogo de más de 750 álbumes. Esto sin tomar en cuenta la diversidad de su producción editorial. Pentagrama también saca, desde hace muchos años, una revista mensual, y produce libros y videos.

 

Pentagrama bien vale un bambuco

Tengo claro cuáles son los álbumes más significativos del catálogo de Pentagrama que estimulan mi compulsión melómana y que, aún a estas alturas, me siguen generando ruidos en el corazón.

Recuerdo con nostalgia los discos del grupo Mono Blanco de Tlacotalpan, Ver., los del trovador yucateco Pastor Cervera y la infinidad de álbumes cantados y coproducidos por Oscar Chávez. Con su trabajo de distribución, Modesto López sacó del ambiente covachuelo al trío de Jaime López, Emilia Almazán y Roberto González, a partir del célebre álbum incunable Canciones con Emilia; difundió el aliento sinfónico de la Banda Municipal de Tlayacapan, Morelos, y el colosal fuelle bolerista de la emeritense Ligia Cámara.

Me hacen vibrar los discos grabados in situ, en diferentes ediciones del Festival de Decimeros del río Papaloapan, donde la habilidad de improvisación y el hablar jocoso de los pregoneros, instalan a los compositores de Sotavento y sus letras, en sitios relevantes del rescate de la lengua española.

Pentagrama enseña que hay diversas maneras de interpretar la Guelaguetza, con sus registros musicales de las 8 regiones oaxaqueñas, a través de sus bandas municipales mixtecas, del valle central y del istmo. Rememoro que en este catálogo también se encuentra la obra completa del famoso  Rockdrigo González, con las Urbanohistorias más celebradas por la raza, por su caliche, calambures y atrevida dicción.Como distribuidores, Mode y Pentagrama rifaron para dar a conocer la obra clave de gente talentosa. Pongo por ejemplo el trabajo de Roberto González, cuyo álbum Alvaraderías (2004) y el más reciente Por Ahora (2008), muestran un método innovador para hacer más rico el fandango sotaventino, a partir de incursionar en sus orígenes árabes, españoles y africanos. Pentagrama ilumina el panorama del 2×4 con la importación de una inédita línea de bandoneones, integrada con obras de “Pichuco” Troilo, Astor Piazzola, Rubén Mederos, Eduardo Rovira, entre otros, y el gran cantante uruguayo Julio Sosa.

No puedo olvidar el trabajo de los Hermanos Rincón, quienes desde 1971 trabajan para la música infantil. En el mismo tenor, podría comentar a Los Morales y a Los Leones de la Sierra del Xichú, pero no tengo espacio.

El catálogo musical reunido por Modesto López y ediciones Pentagrama, compuesto por más de 700 obras, es un patrimonio cultural sobresaliente para la vida de México, que debe ser continuado para siempre, con nuevas criaturas comprometidas.

 

Colofón. Modesto y Litto Nebbia en Zacatecas

En 2002 Modesto López, como representante artístico, propuso que se incorporara en el programa del Festival Cultural de Zacatecas, el canta autor argentino Litto Nebbia.

La función se efectuó en el crepúsculo de una tarde desanimada, pero Litto, ante la ausencia del culto público zacatecano, no cedió al desaliento. Se sentó al piano y sacó una tras otra las canciones más fuertes que lo definen como compositor esencial de América Latina, según lo afirma la revista Rolling Stone y lo confirma Andrés Calamaro en sus frecuentes actuaciones.

Ahí Nebbia nos brindó varios ases de su baraja. Desde aquella canción que cantaba en los sesenta, con su banda Los Gatos, titulada “La Balsa” (Tengo que conseguir mucha madera,/ tengo que conseguir de donde pueda,/ y cuando mi balsa esté lista/ partiré hacia la locura,/ con mi balsa yo me iré a naufragar), y otras compuestas durante su exilio de los ochenta en México, entre ellas “Sólo se trata de vivir” (Dicen que viajando,/ se fortalece el corazón/ pues andar nuevos caminos,/ te hace olvidar el anterior). Es decir, se tiró a matar amorosamente con un ramillete de piezas de un registro lírico elevado, porque a Litto Nebbia le cuadra muy chingón la poesía.

El talento de Litto es reconocido por la movida roquera española y porteña. Se le considera guía inspirador, abuelo obsequioso y músico desprendido. Charly García opinó de él: “Sin Nebbia no habrían existido Javier Martínez, ni Spinetta ni yo. Y de Fito Páez, ni hablar”.

Qué pena. En la Plaza Principal de Zacatecas cantó para los fantasmas un autor de gran talento. Qué pena, Litto Nebbia, poseedor de mucha inspiración y de enorme talento compositivo, ya no va a regresar a esta ciudad. ■

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