En el caso de los profesores, la implementación de la reforma educativa a través de la aplicación de la Ley del Servicio Profesional Docente mostró que afectaba a todos los docentes, no sólo a los democráticos. Además de que los resultados en calidad educativa no se ven por ningún lugar. El mismo proceso de aplicación ha sido tortuoso. La separación de actores del oficialismo con las autoridades como Nuño, comenzó a generar grietas. Y la creciente certeza del triunfo de Andrés Manuel, también despertó la conveniencia de dirigentes sindicales que “están con el que gana”, y por ello dan el salto. Esto es un abierto acto de oportunismo de líderes que fueron mafiosos. Sin embargo, la pregunta esencial es, ¿qué puede ocurrir en el llamado proceso de ‘conciliación’? ¿Habrá esa ‘astucia de la razón’ que hablaba Hegel? ¿Algo parecido de generar virtudes políticas a partir justo de los vicios de los líderes? Es lo que han anunciado voceros del partido Morena: la conciliación será el producto de una profunda democratización del SNTE. Lo cual significaría la desaparición del caciquismo gordillista o de cualquier otro. Lo mismo en el caso minero: la conciliación significa la muerte del dominio mafioso de esos líderes tipo Pavón. Paradojas. Para sobrevivir deben pactar la muerte de sus identidades políticas. Eso esperamos los ciudadanos de buena voluntad: que el producto de esa conciliación sea la democratización de los sindicatos. Pero aún es una hipótesis. Lo veremos.
En el SNTE y Mineros: ¿escribir recto con renglones torcidos?

En el caso de los profesores, la implementación de la reforma educativa a través de la aplicación de la Ley del Servicio Profesional Docente mostró que afectaba a todos los docentes, no sólo a los democráticos. Además de que los resultados en calidad educativa no se ven por ningún lugar. El mismo proceso de aplicación ha sido tortuoso. La separación de actores del oficialismo con las autoridades como Nuño, comenzó a generar grietas. Y la creciente certeza del triunfo de Andrés Manuel, también despertó la conveniencia de dirigentes sindicales que “están con el que gana”, y por ello dan el salto. Esto es un abierto acto de oportunismo de líderes que fueron mafiosos. Sin embargo, la pregunta esencial es, ¿qué puede ocurrir en el llamado proceso de ‘conciliación’? ¿Habrá esa ‘astucia de la razón’ que hablaba Hegel? ¿Algo parecido de generar virtudes políticas a partir justo de los vicios de los líderes? Es lo que han anunciado voceros del partido Morena: la conciliación será el producto de una profunda democratización del SNTE. Lo cual significaría la desaparición del caciquismo gordillista o de cualquier otro. Lo mismo en el caso minero: la conciliación significa la muerte del dominio mafioso de esos líderes tipo Pavón. Paradojas. Para sobrevivir deben pactar la muerte de sus identidades políticas. Eso esperamos los ciudadanos de buena voluntad: que el producto de esa conciliación sea la democratización de los sindicatos. Pero aún es una hipótesis. Lo veremos.