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viernes, 29 marzo, 2024
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Demócratas intentan entender su derrota y buscan culpables

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Por: La Jornada • admin-zenda • Admin •

Nueva York. Los demócratas están tratando de entender su tectónica derrota y qué sigue, y el posmortem de la elección del martes incluye desde culpar a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), a fallas en detectar las dimensiones del hartazgo del electorado blanco sobre todo de clase trabajadora, y un reconocimiento de que se requiere de un liderazgo progresista para enfrentar las consecuencias de la debacle.

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Hillary Clinton acusó hoy al director de la FBI, James Comey, por su derrota.

En sus primeros comentarios sobre qué sucedió, en una teleconferencia con donantes comentó que la decisión de Comey de enviar una carta al Congreso sólo 11 días antes de la elección había descarrilado la narrativa que deseaba promover en la recta final de la contienda.

“Hay muchas razones de por qué una elección como ésta no es exitosa… pero nuestro análisis es que la carta de Comey generando dudas sin fundamento (…) frenó nuestro ímpetu”, dijo según un donante, reportaron medios locales.

Pero la segunda carta de Comey enviada el viernes antes de la elección dando a conocer que la nueva información no cambiaba las conclusiones de la investigación previa sobre el uso de su correo electrónico personal cuando se desempeñaba como secretaria de Estado fue hasta peor en sus efectos, ya que eso sólo nutrió la percepción de que el sistema estaba “amañado” como insistía Trump.

Igual que casi todo su equipo de campaña desde el fin de su viaje electoral la madrugada del miércoles, Clinton rehusó una autocrítica.

A lo largo de la semana, sus asesores más cercanos “culparon a todos menos a sí mismos” por la derrota. No pocos activistas tanto en la cúpula como en las bases expresaron que justo es esta arrogancia y renuencia a aceptar responsabilidad por errores fueron el talón de Aquiles de esta candidata, junto con la falta de entender el sentir de bases claves del electorado.

“Millones de estadunidenses registraron un voto de protesta el martes, expresando su feroz oposición a un sistema económico y político que pone a los intereses de ricos y empresariales sobre los suyos”, escribió Bernie Sanders, el ex precandidato presidencial que encabezó una insurgencia progresista dentro del Partido Demócrata, en un artículo de opinión publicado en el New York Times.

“Estoy entristecido pero no sorprendido por el resultado. No es un shock para mí el que millones de personas que votaron por el señor Trump lo hicieron porque estaban enfermos y cansados del status quo económico, político y mediático”.

Agregó que “las familias de trabajadores observan mientras políticos aceptan apoyo financiero para sus campañas de multimillonarios e intereses empresariales” mientras que ellos “trabajan durante más horas por sueldos más bajos mientras ven que empleos que pagan de manera decente se van a China, México o algún otro país de salarios bajos.

Están cansados de tener ejecutivos en jefe que ganan 300 veces lo que ellos, mientras que el 52 por ciento de todo nuevo ingreso se concentra en el 1 por ciento más rico”.

Sanders indicó que ahora “estoy muy conmocionado al escuchar historias de estadunidenses que son intimidados y hostigados después de la victoria de Trump, y escucho los gritos de familias que están viviendo en temor de ser separadas.

“Hemos venido demasiado lejos como país en combatir la discriminacion. No iremos para atrás”.

Señaló que su receta para el futuro, después de esta derrota, es que “el partido tiene que liberarse de sus vínculos con el establishment empresarial y, una vez más, convertirse en un partido de bases de gente trabajadora, los de la tercera edad y los pobres (…) y abrir las puertas del partido para dar la bienvenida al idealismo y energía de los jóvenes y todos los estadunidenses que luchan por la justicia económica, social, racial y ambiental”.

Por otro lado, uno de los jefes de la campaña de Barack Obama en 2008, David Plouffe, ofreció su diagnóstico de la elección. Señalando que él, como tantos más alrededor del mundo, esperaba un triunfo “cómodo” de Clinton, pero al final sorprendió Trump, sobre todo por su fuerza en el medioeste que siempre había votado de manera sólida por demócratas (incluyendo Obama).

Plouffe ofreció un resumen de la combinación de factores que llevaron a la debacle, incluyendo el impacto de la intromisión del FBI en la elección y las filtraciones de Wikileaks, como el hecho de que la participación de las bases demócratas “fue muy débil”.

Esto en parte se debe, afirma, a la falta de un amplio entusiasmo por Clinton. Subraya que “fue una elección de cambio… y sólo había un candidato del cambio”. De hecho, agregó, millones de votantes potenciales para Clinton simplemente se quedaron en casa.

El estratega también indicó que la falta de un mensaje convincente y coherente de Clinton combinado con una campaña que empezó a definirse más por ataques personales y muy poco debate sobre el contenido de propuestas políticas, le daba la ventaja a Trump.

Informó que las tres cadenas nacionales de televisión, combinadas, dedicaron un total de 32 minutos en sus noticieros nacionales a cubrir propuestas políticas de los candidatos.

Harry Reid, el líder de la minoría demócrata en el Senado, quien se jubilará después de este periodo, decidió no hablar de la elección, sino denunciar lo que ha desatado Trump en este país, acusando que ha “envalentonada las fuerzas del odio y la intolerancia en Estados Unidos”.

En una declaración difundida anoche, Reid señala que estas fuerzas del odio festejan la elección mientras “el miedo sumerge a ciudadanos estadunidenses”, sobre todo las minorías, y agregó que “al ver nacionalistas blancos festejando mientras estadunidenses inocentes derraman lágrimas de miedo, uno no se siente en Estados Unidos”.

Reid agrega: “en las últimas 48 horas escuché más relatos de estadunidenses que le tienen miedo a su gobierno y a sus compatriotas que en cinco décadas de vida política.

“Hispanoestadunidenses que temen que sus familias sean desechas, afroamericanos hostigados en la calle, musulmanas temerosas de llevar un pañuelo en la cabeza, parejas gays y lesbianas insultadas a gritos y con miedo a caminar de la mano por las calles.

“Niños estadunidenses que se despiertan llorando a mitad de la noche, con el terror de que Trump les va a quitar a sus padres. Muchachas que no pueden entender por qué ha sido electo presidente un hombre que se jacta de agredir sexualmente a las mujeres”. Llamó a que Trump asuma la responsabilidad de esto, y que tome pasos de inmediato para remediarlo.

Pero los demócratas fueron derrotados, y Trump no tiene que escucharlos, por ahora. Reid, como tantos otros, tienen un problema más grave dentro de su partido después del desastre que él, como parte de la cúpula de su partido, facilitó.

De hecho, hay informes de una rebelión contra la dirigencia del comité nacional del Partido Demócrata después de la derrota inesperada, y con varios afirmando, y unos reconociendo, que Sanders debería haber sido el candidato.

Ahora figuras progresistas, desde el propio Sanders a la senadora Elizabeth Warren, están promoviendo al representante Keith Ellison -el primer musulmán electo al Congreso y co-presidente del caucus Progresista – para asumir la dirección del comité nacional.

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