La Gualdra 589 / Dossier Libros de Texto Gratuito
Desde antes de leer amaba los libros, me parecían, todavía me sucede un poco, entes maravillosos portadores de secretos e historias milagrosas. Me detenía horas y horas viendo sus portadas, sus ilustraciones y enigmáticas grafías; imaginando las historias más audaces y bizarras. Así que cuando tuve mis primeros libros de texto los amé con profunda devoción, los consideraba parte de mi familia, eran soporte de mi existencia. Cualquier cosa se me podía ocurrir con sólo leer alguna frase, contemplar una imagen o discernir algún tema o problema; también me encantaba, hasta la fecha sigue siendo así, su olor particular, los olores nuevos me daban una sensación de frescura, los viejos aromas de antigüedad y señorío. En fin, amaba los libros de texto, no sin preguntarme muchas cosas por lo que expresaban, y sobre todo por lo que callaban o intentaban ocultar. Más tarde me di cuenta que todos los libros son portadores de la subjetividad de quien los escribe y de la ideología social a la que se adscribe, pero eso fue mucho tiempo después.
Algunos de los más grandes escritores y poetas –denominados clásicos porque nunca se terminan de leer– ya estaban en mis primeros libros de texto. Por lo que de forma continua yo leía y releía sus páginas, y por lo mismo, siempre iba atrasado en la lectura, aún no terminaba una obra cuando ya tenía que leer un libro nuevo, por lo que desgraciadamente casi nunca iba al parejo del grupo, generalmente iba más rezagado, y en algunos pocos, pero selectos temas, iba muy adelantado, por lo cual siempre resulté un dolor de cabeza para mis maestros. En fin, una de las cosas más divertidas eran mis libros de texto de primaria y secundaria, la otra era jugar en el rancho en vacaciones con toda la pandilla de primos; pero, siempre buscaba acompañarme de un libro. Todavía cuando estoy en la fila del banco o en la de consulta llevo un librito que me hace compañía mientras todo mundo está embobado con su dispositivo electrónico; quizá alguno también esté leyendo algún libro, tal vez así sea, esperemos.
Ahora que se libra una férrea y dura discusión en México en torno a los libros de texto no puedo dejar de preocuparme porque muchos niños se han quedado sin libro alguno, y es que si bien tienen errores que hay que corregir a la brevedad, lo cierto es que también tienen algunos contenidos novedosos e interesantes acordes con los tiempos que corren: nuevos problemas ambientales, sociales, naturales, temas coloniales y políticos, así como la emergencia de nuevas identidades subjetivas, entre otros asuntos. Quizá ningún libro sea perfecto, quizá todo libro sea perfectible, empero dejar a los niños sin libros y peor aún, quemarlos, me parece una verdadera atrocidad. Recordemos que a lo largo y ancho de la historia quienes han quemado y censurado los libros son tiranos, dictadores y déspotas. Además el libro escolar es una herramienta que el profesor puede utilizar sabiamente o no; eso depende de su corazón, inteligencia y entrega.
Ya la vieja solterona de Amherst había dicho que no hay mejor nave para viajar lejos que un buen libro. Y muchos años después dirá en Buenos Aires Victoria Ocampo, otra gran escritora, que gracias a los libros puedo estar donde nunca estuve ni estaré: la magia de la lectura es real, y en los libros de texto es un regalo al alcance de todos. Tristemente en este país, para muchas personas, el libro de texto representa el único acceso al mundo de la lectura. Así que privar a los niños de sus libros me parece un crimen y un atentado en contra del derecho más elemental a tener educación. Esperemos que se corrijan los libros de texto y se corrija esa actitud mezquina de prohibirlos. La prohibición de la lectura conlleva inhibición del libre pensamiento. Su promoción auspicia el pensamiento crítico y la imaginación onírica.
Nota:
En este número gualdreño (589) presentamos un dossier dedicado al tema de los Libros de Texto Gratuito, coordinado por Sigifredo Esquivel Marin. Leamos, analicemos, critiquemos, pero, sobre todo: dialoguemos en torno a este tema de interés nacional.