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viernes, 26 abril, 2024
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Convoca Castro Flórez a construir una cartografía para el mundo contemporáneo

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Por: ALMA RÍOS •

■ Se trata de una convocatoria a “mapear” el presente para saber dónde estamos, señala

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■ El filósofo estuvo en Zacatecas para ofrecer un curso en el Museo Manuel Felguérez

“¿De qué somos contemporáneos?”, la respuesta a la pregunta tiene que ver, dice Fernando Castro Flórez, con la capacidad de construir un tejido discursivo y por tanto social, una forma actual de lo comunitario. Y para responderla, el profesor de Estética de la Universidad Autónoma de Madrid propone la necesidad de hacer mapas: “una cartografía que nos permita orientarnos”.

Para “jugar” con la difundida idea del sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman “de la sociedad líquida”, el crítico de arte precisó que hoy somos contemporáneos de la liquidación de todo lo que era sólido: “todas esas certezas que creamos”.

Por tanto y ante la disolución de las totalidades, las categorías perfectamente cimentadas y absolutamente asentadas de orden filosófico, los discursos de carácter político o las codificaciones de carácter estético-cultural, “nos vemos en la obligación de repensarlo todo aparentemente desde el principio, pero también lanzar la mirada hacia la historia, hacia lo acontecido antes”, propuso.

La invitación no es a deprimirse ni exaltarse, a adoptar una postura apocalíptica ni integrada o a pensar que estamos en el infierno absoluto ni en el mejor de los mundos posibles, dijo, para precisar luego, su reivindicación del viejo ideario ilustrado de: “atrévete a pensar”.

 

La suya es una convocatoria a “mapear” el presente para saber dónde estamos. E implica aquélla máxima de pensar global para actuar local, “pero también al revés”, a modo de no perderse en las tendencias de lo que ocurre en Nueva York o Londres sin dejar de atender lo que ocurre en el entorno inmediato.

Cuando Bauman habla de la sociedad líquida, observa Castro Flórez, “no hace otra cosa que retomar una frase de Carlos Marx que dice: todo lo que es sólido se disuelve en el aire”.

Pero lo líquido puede canalizarse o contenerse en represas, continuó en alusión a la metáfora del polaco, que lo condujo a afirmar que en realidad estamos en una época cuya sociedad no es siquiera líquida sino “puro vapor”, humo.

Ante realidades tan contundentes como la situación política de México y el mundo, la actuación del Estado Islámico, la crisis de los migrantes sirios en Europa o la corrupción política en su propio país, España, “uno se da cuenta que hay temas de gran calado que obligan a todo agente cultural, a todo periodista, a todo el que quiere intervenir en el espacio público, a posicionarse”.

Por tanto afirmó el también miembro del Comité Directivo del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, “hoy toda teoría de lo líquido se ha vuelto obsoleta”.

Castro Flórez cuestionó así a esta sociedad contemporánea “tremendamente amnésica” que aunque se jacta de estar hiperconectada y de acceder a todo material disponible, es incapaz de manejar todo este conocimiento archivado “y de construir con ello una masa crítica, tejido discursivo y formas de antagonismo”.

Otra vez aludiendo a la liquidez agregó que estamos en un momento fundamental, que por el contrario, debe consistir “en no dejar que las cosas fluyan, que sigan su cauce como si fuera que estamos contemplando un hermoso río que sigue su curso, “nos da igual y adoptamos una actitud como –Jorge- Manrique: nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir. Como una actitud casi melancólica”.

“¡Qué va! Esos ríos, ese cauce, esa agua que cae, hay que canalizarla, hay que conducirla, que potabilizarla. Hay que hacer que la gente que tenga sed pueda beber de ahí, tenemos que convertir esa energía líquida en una potencia que nos empodere y nos dote de posibilidades transformadoras y eso está todavía por realizarse en todas las partes del mundo”.

Existe hoy “un abismo”, dice, entre los modos tradicionales de hacer política, cultura, de actuar académica y pedagógicamente, de hacer periodismo, y el modo en que debiera actuarse.

Los modos de intervención que se utilizan en el siglo 21, en este 2015, “son ya anticuados y sabemos todos que están obsoletos”.

Lo único que nos ha parecido interesante, dice con mordacidad, es que tenemos muros expresivos donde podemos decir lo que queramos, “contar nuestra vida a través de la red”. Algo que expone como “un narcicismo gigantesco”.

“Hay buscar, no que tú puedas contar que estás enamorado de tu gato o que el amanecer es muy bello o que te gusta mucho tu propio ombligo o que las zapatillas que te acabas de comprar son las más chulas del mercado”, sino “reanimarse, reactivarse, reagitarse sin perder una actitud reflexiva”.

No ésta que hace “mirarse al ombligo y producir textos” dentro del activismo feisbuquero “en el que uno vive a golpe de like o dislike, “sino que tiene que haber gente que se desconecte de eso y se conecte con la realidad”.

Hoy el tema, precisa, es cómo politizarse sin caer en lo panfletario. “Hoy estar en el terreno de la cultura y de la estética, es estar en el terreno del debate ético, de generación de valores, de no aceptar las cosas solamente para no entrar a discutirlas. Hay que tener una actitud, algunos le llaman proactiva”, pero que prefiere nominar, “no condescendiente”.

En esta lógica de pensar local para actuar global y viceversa, Castro Flórez pone sobre la mesa: “a mí lo que me interesa es qué tipo de contemporaneidad va ser capaz de generar Zacatecas”.

La disyuntiva se encuentran entre una contemporaneidad cimentada “en una especie de pasado esplendoroso detenido en ciertos sitios monumentales”, que es cómoda y confortable, o aquélla que inserte referentes transformadores.

En esta, su segunda visita a la capital del estado, dijo haber coincidido con una serie de expresiones conmemorativas y de festejo: procesiones de vírgenes, montes iluminados, tambores.

Adelanta su esperanza de que estas expresiones anuncien no sólo la historia heroica del pasado de Zacatecas sino convoquen a reflexionar “si hay algo que celebrar hoy de lo que está aconteciendo. Porque o construyen realidad en el presente o convertirán toda celebración de lo pasado en una mascarada”.

Fernando Castro Flórez estuvo en Zacatecas convocado por Poética AC para ofrecer en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, un curso que citó en esta entrevista como “Aviso a los zacatecanos: dentro de poco todos viviremos en Detroit”. Donde, dijo, planteó una pequeña cartografía del mundo contemporáneo. La relación de la gente hoy, con las artes plásticas, la política, la ideología, el urbanismo, el cine y la televisión.

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