¿Para dónde va Zacatecas? Pues responder a esa pregunta debería ser un acto muy simple: consultar el plan estatal de desarrollo, y ya. Pero no es así. Si nos acercamos al citado documento que, en algunos círculos, le llaman pomposamente ‘carta de navegación’, no queda claro qué quiere el nuevo gobierno y tampoco vemos que lo comunique adecuadamente. La llamada “Nueva gobernanza” aún no define el modelo de desarrollo que se propone para los zacatecanos. Algunas declaraciones sueltas sugieren un modelo sobre ejes rectores, pero otras declaraciones sugieren lo contrario. Una de las claves para saber qué quiere un gobierno es la forma en cómo define los problemas, pero en el PED ¡no se definen los problemas: ninguno! Entonces, en el desarrollo económico no sabemos si es un problema de empleo precario o inversión extranjera directa o de reactivación de la demanda agregada o de qué. Las descripciones de lo que aparece como diagnóstico no da para saber eso. Los objetivos son demasiado genéricos y los indicadores nos dejan perplejos.
No todo está mal en el PED: hay algunos apartados un poco mejor elaborados y con cierta perspectiva. Lo cual hace notar la enorme heterogeneidad en su construcción. Algunos aportes son cuidadosos y otros son mera verborrea que no dice nada. Sugieren algo interesante como la idea de trascender la administración pública tradicional y arribar al cogobierno con la sociedad, lo cual implicaría toda una reforma profunda en la Ley orgánica de la administración pública y la ley de participación social.
Pero esto no es nuevo para Zacatecas, algunos gobiernos mejor y otros de forma improvisada han elaborado planes de desarrollo que no han sido adoptados por la amplia mayoría de los zacatecanos respecto a el agua, al campo. a la minería, el desarrollo tecnológico, la vocación económica del estado y/o el cuidado de nuestro patrimonio cultural, etc.
Esta ausencia de proyectos y visión a largo plazo ha hecho, como bien señala el presidente López Obrador, que Zacatecas junto a Nayarit y Durango; fuesen constantemente ignorados por la Federación si bien por la falta de voluntad de la presidencia, también por la ausencia de una visión estrategia de nuestra clase política, empresarial y social de nuestro estado.
¿Cuál es la vocación de Zacatecas?, ¿En qué cosas necesitamos que nos ayude la Federación?
Esas preguntas son la que sociedad, gobierno y centros educativos deberíamos de resolver si se deseamos que un voluntarioso presidente dese ayudarnos finalmente a desarrollarnos.
Si la aspiración del titular del Ejecutivo es cogobernar con la sociedad, lo nueva gobernanza parte de construir entre todos una visión que unifique a la mayoría de zacatecanos. Desde este espacio creemos que aún estamos a tiempo.
