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jueves, 28 marzo, 2024
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La devastación neoliberal laboral, un inventario

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Por: Óscar Alzaga •

“Los ministros de Juárez por cuyas manos pasaron los incalculables tesoros de la Iglesia, no se quedaron con un céntimo. (…) Hay un leve contraste entre el México de los liberales de entonces y el México de los neoliberales de hoy.”
José Emilio Pacheco, Homenaje a Carlos Monsiváis en la FIL de 2006.

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El neoliberalismo no es un fenómeno nacional, es expresión de la derechización del mundo y reacción ante la crisis del capitalismo internacional; es la ofensiva a su crisis y declive, pero también recrudece del desarrollo desigual del orbe, privilegia y exacerba el capital monopolista. La caída del socialismo en 1990 le dio fuerza. La derecha liderada al inicio neoliberal por Reagan-Thatcher la corona el Consenso de Washington de 1990 y la respaldan la OTAN, BM, FMI, OMC, CIA, etc.

México, vive esa crisis internacional y la propia, la recurrente económica y la política que debilitó al PRI y lo aleja del pueblo, que en 1988 acude al fraude electoral para “ganar” y degradar todo el sistema político. Entonces el hegemónico PRI en manos de su última generación opta por el neoliberalismo, que aquí consistió no solo en favorecer al gran capital, que ya lo hacía desde Miguel Alemán, tampoco en alejarse de la Revolución del 10 y la Constitución del 17, sino actuar en contra de ellas, contra el pueblo y lo mejor de la historia: cae en una abierta traición histórica.

En México el neoliberalismo encabezado por Salinas, Zedillo y Peña; por Fox y Calderón, significó el abandono del constitucionalismo Social y el adelgazamiento del Estado, para favorecer al extremo al gran empresariado nacional y extranjero, no fue una mancuerna sino en el sometimiento al capital y al patrón. Que el PAN ya tenía costumbre de hacerlo. Quienes si hacen mancuerna son PAN y PRI, pero sometidos principalmente a la oligarquía. Como está a la vista ahora.

No olvidemos que el país cuenta con una profunda historia de luchas populares, campesinas y obreras, el pueblo ha tenido siempre un papel histórico central, en: la independencia, la reforma, la revolución y el cardenismo, en 58, 68, 88, 94, 2006, 2012 y 2018. Los historiadores regatean la trascendencia de sus luchas, ponderan más las pugnas en el poder que las del pueblo y la lucha de clases en el siglo XX. Y el papel decisivo de las luchas obreras en la obra pública del cardenismo.

La Constitución del 17, como proyecto de nación, fue vanguardia en el mundo al enarbolar la soberanía nacional y popular, al ubicar a los trabajadores del campo y urbanos como sujetos del cambio social y sus derechos al más alto rango. Una Constitución Social que limitaba los excesos del capital y favorecía el trabajo; cuya soberanía nacionalista en consecuencia fue también antimperialista.

Como nunca se fortalecen los derechos obreros con luchas cardenistas, fueron conquistas logradas por las huelgas más intensas y trascendentes de 1935 a 1938 y luego en 1943-44: forjan los mejores contratos colectivos y crean la bilateralidad obrero patronal; crece como nunca la sindicalización al triple de 300 mil trabajadores a 900 mil de 1934 a 1940; crece igual el cooperativismo, surgen los sindicatos nacionales independientes, si independientes, en el cardenismo y los aplastan en el alemanismo. En la historia, los sindicatos nacionales son los que más avanzaron, no las centrales (salvo breves periodos) ellas han sido sumisas al PRI -y ahora las arrastran en su caída-, va a la cola del PAN y los empresarios. Y atrás de todos la CTM, CROC, petroleros, etc.

Indudablemente la peor etapa de la clase trabajadora en los últimos 100 años es la neoliberal de 1988 a 2018, y no se crea que antes todo estuviera bien, pero a los extremos que llegó el neoliberalismo antes fueron desconocidos, tan solo en materia salarial, 1976 es un año de los más altos, similar a los mejores de Latinoamérica, para 2018 llega a ser el salario más bajo que de Honduras y Guatemala. Existían excelentes contratos colectivos de trabajo (CCT) en los sindicatos nacionales y medianos, en las pequeñas y minis empresas apenas superaban las prestaciones y salarios de la Ley Federal del Trabajo (LFT), y destacaba en muchos casos la bilateralidad, la negociación colectiva y las comisiones mixtas que eran expresión de fuerza de los sindicatos. A partir de Salinas se abre la venta de los CCT y en la frontera norte se ofrecen CCT con o sin sindicato, simulaban que existían en el registro de las Juntas de Conciliación, los CCT eran al menú y gusto del patrón.

El empresariado -con el apoyo de los gobiernos- logran el control estricto de los sindicatos más importantes del país, los afiliados al PRI, de igual modo logran el control de las Juntas de Conciliación y Arbitraje -la federal y las estatales-, y logran reducir los presupuestos de la administración en educación y universidades públicas, del IMSS e ISSSTE, de la vivienda popular y todo el gasto social.

Las privatizaciones de las paraestatales despojan la materia de trabajo exclusiva de los sindicatos, afectando consecuentemente el empleo, la estabilidad en el empleo una norma básica y un principio del derecho del trabajo, hoy un derecho humano básico: el derecho al trabajo y a un trabajo de calidad o de planta, que permita al trabajador y su familia planificar su vida, como lo exige la Declaración Internacional de los derechos Humanos de la ONU. Ya que la venta a precios de regalo de las empresas estatales, incluía la materia de trabajo, el recorte de personal y el recorte de derechos laborales. Como ocurrió en la minería, siderurgia, metalurgia, teléfonos, petróleo, electricidad, ferrocarriles, puertos, banca, tiendas del estado, etc.

Los padres de la subcontratación (outsourcing) y la pérdida de derechos laborales, fueron las privatizaciones y la jurisprudencia de Góngora Pimentel que legalizó la reducción de prestaciones y salarios de los CCT, “siempre y cuando no fueran menores a los de la LFT”, perdiendo así su razón de ser de los CCT, que es mejorar los mínimos de ley, ya que éstos son para los trabajadores de tiendas, talleres, mini empresas, etc. No para empresas medianas y grandes. Ya que las empresas no se pueden medir con el mismo rasero.

La política de “topes salariales” fue y es el principal mecanismo oficial de reducción del salario nacional, ya que su aplicación se hizo extensiva a los salarios de los CCT, lo que de paso impidió la libre negociación colectiva, pues eran obligados los sindicatos a someterse al tope salarial. Eso lo pudieron lograr los gobiernos y los empresarios por la debilidad y complicidad de las centrales y los sindicatos del PRI, justo los más importantes del país.

Un mecanismo ladino patronal impregnó a instituciones tan serias como la UNAM y el IMSS, al reducir sus presupuestos y exigir altas calificaciones en el examen de admisión al estudiante -un vil pretexto y simulación-, para excluir a la mayoría de los examinados y, en el IMSS, con escaso personal y reducida atención a los enfermos, terminaron excluyendo a los pacientes del IMSS. Así, con ambas medidas se favoreció a la iniciativa privada de la salud y la educación media y superior.

Salinas, jefe de la devastación nacional, maestro de la mentira (¡Con el TLCAN pasaremos al primer mundo!) y enterrador de la soberanía nacional, el 1-I-94 México ingresa al TLCAN, pero de esa fantasía el país despierta con la insurrección de Chiapas del EZLN. El TLCAN incumplió los Acuerdos Paralelos: laboral y ambiental. Entrega la frontera norte a maquiladoras junto con contratos colectivos de protección, los sindicatos a modo, outsourcing y flexibiliza los derechos laborales y la salud laboral, que Chile puso de moda con la dictadura de Pinochet en 1980.

Zedillo, destruye el ferrocarril de pasajeros y privatiza el de carga, hace la reforma del IMSS e ISSSTE para entregar las cuotas obrero-patronales y de gobierno a la banca privada y extranjerizada. La Suprema Corte niega todos los amparos de los trabajadores. El Fobaproa ayuda con dinero del pueblo a pagar la deuda de la banca. El 2-II-99 un decreto presidencial privatiza la industria eléctrica, pero la lucha encabezada por el SME obliga al gobierno a recular.

Fox, en agosto de 2000 establece los “20 compromisos con el sindicalismo” que no cumple y propone varias reformas laborales regresivas que no se aceptan; su política laboral sigue al modelo del PRI. “Gobernaré como gerente el país”. Ni idea tenía que era un estadista, pero enseñó el “cobre” sobe su inclinación patronal.

Calderón, (producto del fraude) el día que toma el cargo de secretario de Trabajo Javier Lozano, declaró: “No tengo experiencia en materia laboral, pero aprenderé”. Cuando es un requisito porque la Constitución dice: “están obligados a hacer cumplir las leyes federales”. Art. 120. Pese al artículo primero de la Constitución de 2011, en noviembre de 2012 el gobierno promueve una reforma en contra del artículo 123 de la Constitución, que retrocede los derechos, apoyado por el PRI y PRD.

Peña, el 2 de diciembre de 2012 firma el “Pacto por México” y promueve reformas en contra del magisterio y de la soberanía nacional, al entregar al capital nacional y extranjero Pemex y CFE, abiertamente en contra del art. 1 de la Constitución. Su propia elección con la compra de votos selló el carácter ilegal y cínico del gobierno que encabezó. En 2017 promovió la reforma constitucional sobre la libertad sindical, solo para cubrir el compromiso con los tratados y el comercio internacional, tan es así que en febrero de 2018 el PRI-CTM y CROC presentaron el proyecto de reforma de la LFT, en contra de los derechos obreros, “la peor reforma de toda la historia”. Digno alumno de Salinas, cerró el ciclo de la degradación política socioeconómica neoliberal, comparable a la dictadura de Porfirio Diaz. ■

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