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miércoles, 24 abril, 2024
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Para recuperar la confianza de la gente, el periodismo debe contar “historias humanas”

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Por: ALMA RÍOS •

■ Este oficio es necesario, sólo cuando la gente lo considera, señala Valdez Cárdenas

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■ “Periodistas críticos nos sentimos solos. Es una situación de crisis social”, dijo

“Los medios estamos preocupados ahora por los políticos. Por olerle los pedos, besar las huellas de los políticos, de dentro y fuera del gobierno. Pero la gente no está allí. Los políticos te mienten, te cuentan historias, versiones, información que no es cierta, que no corresponde con la realidad”. Por tanto para que la gente ubique al periodismo como “algo necesario, importante, urgente”, y vuelva a confiar en él, deberá contar “historias humanas”, dijo Javier Valdez Cárdenas (Culiacán, Sinaloa, 1967).

“Yo creo que eso nos puede a nosotros, acercar a la gente. La gente puede volver a confiar en nosotros porque va a verse en nuestras páginas”, agregó el corresponsal de La Jornada en el estado de Sinaloa y autor de siete libros, seis de los cuales recuperan las experiencias de las víctimas de la guerra contra el narco.

Valdez Cárdenas habló con Carlos Navarrete en Acentos, el programa de La Jornada Zacatecas TV, sobre las funciones que tiene y debe tener el periodismo en México y el mundo, hoy en día.

Dio pie a la conversación, la expresión de Jon Lee Anderson, destacado periodista de guerra, quien en una nota recientemente publicada en La Jornada nacional, señalara que los periodistas deben demostrar que son necesarios.

Al respecto Javier Valdez Cárdenas comentó que aunque hay sectores de la población mexicana que se acuerdan de los periodistas “cuando necesitan algo, cuando tienen un problema porque saben que el gobierno no está del lado de ellos”, y aun advierten a los funcionarios “voy a avisarle a la prensa, voy a traer a los medios”, lo que dijo, le parece muy bueno; todavía no hay una interrelación o cercanía “con nosotros”.

En buena parte, observó, esto es culpa del propio periodismo, “porque hay corrupción, hay cercanía con el poder, porque nos ha seducido el poder, el gobierno, la autoridad, el narcotráfico, el Ejército”.

De esta manera los periodistas han actuado a veces como si constituyeran “una casta diferente, bendita, privilegiada dentro de la estructura social. Y eso es mentira”.

A veces mediocres, y con muchas limitaciones, los periodistas actúan “como si lo supiéramos todo. Eso tampoco es cierto”, y que categorizó como un fenómeno muy lamentable.

Será necesario entonces, agregó, que desde el periodismo se recupere la dignidad, la ética, la independencia, “ser honestos y responsables, algo que, no estamos siendo”, y que provoca por tanto que la gente vea al oficio con desconfianza. “No nos mira de su lado, sino del lado de los poderosos, porque hemos reproducido fácilmente, acríticamente su discurso”.

En ese sentido, quien obtuviera el Premio Internacional a la Libertad de Prensa que otorga en Nueva York el Comité para la Protección de Periodistas en el año 2011, aseveró, “efectivamente, el periodismo es necesario, pero sólo cuando la gente así lo considera”.

Pero añadió también, que quienes quieren hacer buen periodismo “nos sentimos solos. No tenemos atrás, adelante, a los ciudadanos que acompañen este periodismo valiente, de denuncia. Porque es una situación de crisis social”.

En respuesta a pregunta expresa de Carlos Navarrete, Valdez Cárdenas afirmó que el periodismo también está inmerso en esta crisis, arrastrado, dijo, por toda esta corriente de violencia ante la que apenas reacciona “a bote pronto” y con inmediatez, “contando muertos”.

La otra reacción, la digna, es el periodismo crítico, de investigación, que se expresa, coincidió con Navarrete, “como una flor en un solar baldío”.

Lamentablemente, dijo, esos esfuerzos aislados que realizan algunos medios y algunos periodistas del país valientes y dignos, no conforman una corriente “que esté jalando, salvando al periodismo” hasta contaminar al resto, que se expresa corrupto y mediocre. Este, sostuvo, es “mucho mayor, más pesado y más grave”.

Hoy, agregó Carlos Navarrete como otro pie de conversación, se imprimen muchas páginas en los periódicos, pero hay pocos lectores. Y es cuando aparecen las historias donde la gente se ve reflejada que ésta se vuelca a leerlas, como ocurrió con reciente nota publicada en La Jornada Zacatecas, en que el padre de la víctima que murió por un disparo en un asalto a un camión urbano, ofreció su testimonio.

Javier Valdez Cárdenas, corresponsal de La Jornada en el estado de Sinaloa, y Carlos Navarrete, conductor de Acentos

Después de que el medio había registrado ya las versiones oficiales, fue la conversación con la víctima superviviente del ataque, “la historia que la gente leyó mucho y se conmovió mucho”.

Por ello preguntó a Valdez Cárdenas: “¿Nos está quedando grande este México de grandes historias?, ¿se han escrito esas crónicas que reflejen la verdad de la tragedia o no?”.

Aquí reiteró el autor de Huérfanos del narco (Aguilar, 2015) -libro que presentó recientemente en Zacatecas invitado por Desarrollo Comunitario AC-, su coincidencia con la opinión de Luis Villoro respecto a la necesidad de “contar historias de vida en medio de la muerte”.

En el caso de los transportistas, dijo, él habría buscado antes el testimonio de las víctimas como parte de un trabajo profundo.

“Yo creo que ese es el gran reto y lo que nos puede salvar un poco de este ahogamiento que refleja la crisis en la que estamos envueltos. Hablo de contar las historias humanas. Yo creo que eso nos puede a nosotros acercar a la gente. La gente puede volver a confiar en nosotros porque va a verse en nuestras páginas”.

Para conseguirlo, agregó, el periodismo tiene que recuperar la calle, “también nosotros volver a mover el trasero y gastar las suelas. A mí me parece sumamente importante. El tuétano ahora del periodismo es contar los rostros, el llanto, el sudor, el temblor, la indignación”.

“¿Tú cómo mides la indignación o el coraje?, ¿Qué vas a decir? Esta semana hubo tres kilómetros de indignación en Zacatecas. No vas a decir eso, pero tienes el recurso de la crónica, del periodismo, de un buen ejercicio de descripción. Ese periodismo es el que hace falta y es el que no estamos haciendo”, dijo al conductor de la serie.

Sostuvo, “hay que contar de nuevo los latidos del torrente sanguíneo. Nombrar a las víctimas es traerlas de regreso, es recuperarlas de la invisibilidad. Es darles lugar público, humano, ciudadano. El que tenían, y que merecen a pesar de que están muertos”.

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