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jueves, 25 abril, 2024
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Postergar la política

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Por: GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ •

  • Agenda Política

El quinto Informe de Gobierno de Miguel Alonso ya adolece de un vacío político del que no podrá recuperarse pronto, y que rubrica la poca plusvalía con que cerrará su sexenio.

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La ausencia del nuevo jerarca del Comité Ejecutivo Nacional del Revolucionario Institucional, Manlio Fabio Beltrones, en el soliloquio oficial de este martes 8 de septiembre, es un importante indicador de una característica en la forma de gobernar del joven mandatario: la postergación de la política.

Desde el descabezamiento político de su gabinete al ser integrado éste por personas de la entera confianza del gobernador (característica que no define su aptitud ante los retos que deparan las distintas carteras de gobierno), hasta la elección de cuadros legislativos y políticos que sólo le garantizaban un eventual triunfo (en cuanto acopio de votos) pero que no alcanzaban a tejer la madeja que demandan las redes de poder estatales.

Uno de los capítulos emblemáticos que gestarían el revés que sufrió Miguel este fin de semana cuando le anunciaron la negativa del CEN del PRI de respaldar el último tramo de su proyecto, se daría justo en la elección presidencial de 2012.

La visita de Manlio Fabio Beltrones a Zacatecas en aquél año para estructurar los cuadros priistas (entre ellos Alejandro Tello) para los comicios que enfrentaban, y una vez que el político sonorense se colocaba como uno de los principales operadores del triunfo de Peña Nieto en esa campaña, es recordada entre la clase política, empresarios y medios de comunicación por el vacío que le haría Miguel Alonso.

El joven mandatario (en cuanto carácter político) prefirió placearse con el candidato oficial, hoy presidente de la República, para empujar mediáticamente esa “incomparable” fraternidad del pueblo zacatecano (muy al estilo populista, pero institucional) hacia quien se perfilaba a ocupar Palacio Nacional.

Insistiendo en todo momento en esa gran amistad de Peña con el estado más priísta, a Miguel Alonso no se le olvidó trabajar con los sectores políticos más importantes del PRI. Y no se le olvidó porque no les dio la importancia y relevancia con la que le hacen sombra hoy en día. No estaba en su proyecto hacer política, lo que importa(ba) para él era la foto oficial (hoy en forma de “selfie”, fuera del reconocimiento oficial) y vender lugares comunes en la opinión pública.

La rispidez en ese momento se asentaba. Pero un año antes, 2011, y para su primer informe de labores, la poca visión y operación política lo llevarían crecer ese desafecto político. Los mismos sectores que recuerdan el desaire en 2012, tienen más fresco en mente la innecesaria ruptura que provocaba Miguel en su primer informe de gobierno.

Sucedió que para dicho informe, cuando su capital político era nutrido porque estaba lleno de expectativas (hueco, al fin), la presencia de Manlio Fabio le resultó intrascendente. Para qué apoyar al “enemigo” de mi amigo (dentro del mismo partido) si Peña Nieto era el indiscutible ganador de la candidatura presidencial que abanderaba un año después.

Para qué ser amigo de Manlio Fabio (así piensa políticamente el joven mandatario) cuando la amistad más importante debe de ser con quien gane la presidencia.

Y fue entonces que al final de ese informe, Manlio Fabio Beltrones acompañado de su fiel acompañante en distintas empresas políticas, Emilio Gamboa, y del gobernador del estado vecino de Aguascalientes, Juan Carlos Lozano (pieza de Beltrones), entendieron que el muchacho pertenecía más a la camada de jóvenes políticos con dientes de leche, que a la experimentada clase política en su partido.

La relación nunca se recompuso. Por el contrario, Miguel siempre se ha sentido más seguro con su “amigo” Peña Nieto, pese a ser hoy el presidente con niveles de aprobación fatídicos, un ritmo económico nacional que forzará a los estados a recibir menos participaciones federales, y la corrupción boyante que hace simetría con la fuerte percepción de impunidad entre los habitantes de Zacatecas.

Así ha gobernado Miguel, alejado de la clase política, en un gobierno de amigos y comparsas (de negocios), postergando la política para mejores momentos. O como a él le gusta decir: “lo vemos después”.

En su informe tendrá el “respaldo” de la Directora del Banco de Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), ex delegada política nacional, ex diputada por el Estado de México, “amiga” de Peña Nieto, Alejandra del Moral.

Se argumentará (predeciblemente) que ello muestra la indudable cercanía de Miguel con el presidente Peña, en un intento de matizar lo alejado que se encuentra el joven mandatario del concierto político nacional de “su” partido (adoptivo). Sin embargo, ni Alejandra tiene la relevancia que en este momento tiene Beltrones en la estructura priísta (ni podrá tenerla igual), ni Peña Nieto es el reluciente (en imagen) político de aquél 2011.

Hoy Miguel está allende de la política que tanto ha postergado. ■

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