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martes, 22 abril, 2025
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El Zacatecas que heredará Tello en materia de seguridad

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Por: Rodrigo Reyes Muguerza • admin-zenda • Admin •

En 2010, Miguel Alonso y su equipo trazaron los cinco ejes que habrían de guiar el desarrollo del estado durante su sexenio. El primero fue un Zacatecas en Paz. Hoy, a menos de una semana de estrenar gobernador y gabinete, merece la pena echar un vistazo al Zacatecas que Tello heredará en materia de seguridad.

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Existen dos fuentes que pueden proporcionar una radiografía del delito. La primera son los registros administrativos. Es decir, los delitos que son denunciados y registrados por la policía. Desgraciadamente, en México se denuncia menos del 10% de los delitos. Este porcentaje es estimado a partir de encuestas sobre crimen realizadas en hogares, herramientas que constituyen la segunda fuente de información. Una de estas herramientas es la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) realizada por el Inegi.

Con base en la Envipe, sabemos que durante 2014 -el último año sobre el cual tenemos información generada por la encuesta- el 22.9% de la población del estado fue víctima de al menos un delito.  Esta cifra ubica a Zacatecas en el lugar 20 de 32. En Zacatecas los delitos más recurrentes durante 2014 fueron las extorsiones, las amenazas verbales y los robos totales o parciales de vehículos. El porcentaje de víctimas y el comparativo de Zacatecas con otros estados nos permite decir que durante los últimos años los niveles de criminalidad en Zacatecas no fueron bajos, pero tampoco comparables a los presentados en entidades como el Estado de México (45%).

Otra pieza clave para analizar los niveles de seguridad en un estado es la percepción ciudadana. Este factor es importante no solamente porque refleja el sentir de la población sino porque nos obliga a cambiar hábitos de vida. En Zacatecas, por ejemplo, el 59.8% de la población consideró que la inseguridad era el problema más importante en la entidad durante 2014. Durante el mismo año, el 80.9% de los zacatecanos declaró sentirse inseguro en el estado. En lo que respecta al cambio de hábitos, en 2014 el 69.6% de los hogares zacatecanos no dejó que sus hijos jugaran en la calle por miedo a ser víctima de un delito.

La pregunta obligada es por qué si los niveles de crimen en Zacatecas no son tan altos, la percepción de inseguridad y el miedo al delito son tan elevados. Propongo explorar dos posibles explicaciones. Primero, el impacto que delitos más violentos como los homicidios generan en la percepción ciudadana. Segundo, la falta de una respuesta adecuada por parte de las autoridades.

En 2010 la tasa de homicidios en Zacatecas era de 9 por cada cien mil habitantes. Durante 2015 este número ascendió a 21, una tasa mayor a cualquiera de la registrada en los estados vecinos. Es innegable que mientras un robo puede ser traumático, el efecto de un homicidio en los miembros del hogar y de la comunidad puede tener efectos mucho mayores. Al mismo tiempo, la asociación de este delito con el crimen organizado agudiza el miedo en cualquier sociedad.

La segunda explicación, la falta de respuesta por parte de las autoridades, es un problema a nivel nacional pero especialmente preocupante en algunas entidades. Enfoquémonos en la no denuncia en donde Zacatecas se encuentra en medio de la tabla. En 2014, el 94.8% de los delitos ocurridos en la entidad no fueron denunciados – San Luis Potosí registró el porcentaje más alto (96.5%) e Hidalgo el más bajo (87.2%)-. Generalmente, las personas deciden no denunciar por la falta de resultados y los elevados costos (económicos y de oportunidad) que el realizar la denuncia representa. Esto puede disminuir la credibilidad en las instituciones, culminando en la idea de que como ciudadanos somos indefensos ante el crimen.

Hace algunas semanas, el gobernador entrante anunció cambios en materia de seguridad. Resulta complicado pensar que en cinco años los problemas que enfrenta Zacatecas en esta materia se resolverán, pero con base en la información disponible se pueden realizar esfuerzos muy puntuales que pueden mejorar el panorama. Por ejemplo, se puede fortalecer la atención dedicada a la prevención de los delitos más recurrentes en el estado. En el caso de la extorsión telefónica, la coexistencia de estrategias de prevención y programas de identificación pueden rendir grandes frutos. Al mismo tiempo, se deben de focalizar esfuerzos en reducir la tasa de homicidios. La autonomía que el mando único proporciona a los estados permite desarrollar estrategias ad hoc para prevenir este delito. Finalmente, haciendo uso de las tecnologías de la información, se pueden mejorar los procesos de procuración e impartición de justicia para atender con mayor prontitud a las víctimas e incentivar la denuncia.

Sabemos cuál es el Zacatecas que Tello heredará en materia de seguridad. Queda por ver cuál será el que entregue dentro de cinco años…■

 

@rmuguerza

[email protected]

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