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sábado, 20 abril, 2024
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‘Silence’, la película de Martin Scorsese

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Por: ADOLFO NÚÑEZ J. •

La Gualdra 279 / Cine

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Un tema siempre recurrente y atractivo en el cine ha sido la religión y las diferentes perspectivas que plantea a través de las sociedades y las creencias en cada una de ellas. Así pues, las películas referentes más llamativas con esa idea en común siempre han sido recordadas, en mayor medida, por la polémica que generaron al momento de ser lanzadas. La más reciente cinta del director Martin Scorsese fácilmente entra en esa lista, al reflejar con pasión y energía dicha temática, tan longeva como la historia del ser humano, al igual que los conflictos nacidos a raíz de ésta.

La historia se desarrolla en el siglo XVI. Dos misioneros portugueses (interpretados por Andrew Garfield y Adam Driver) viajan a Japón con el afán de esparcir la palabra de Dios, aunque su verdadero objetivo es encontrar a su mentor y maestro, el padre Ferreira (Liam Neeson), quien desapareció en uno de sus viajes hacia ese país. Corren rumores de que Ferreira se volvió “apóstata”, por lo cual su búsqueda se vuelve de suma importancia, pues sólo encontrándolo los misioneros podrán ayudarlo a retomar el camino de Dios y salvarlo de la condena eterna.

Al llegar a Japón, ambos personajes son testigos de la represión que el gobierno mantiene sobre la religión cristiana y sobre quienes la profesan. A pesar de eso, hay mucho fieles creyentes al cristianismo escondidos en cabañas y cuevas, en un país donde rezar y mantener la fe es un secreto a voces. Una constante en la filmografía de Scorsese son los dilemas morales que cargan los personajes que protagonizan sus películas y que van de la mano de la evolución que éstos tienen conforme avanza la historia.

En este caso se plantean hasta qué punto se puede sufrir (física y espiritualmente) por la fe y el amor a Dios antes de sucumbir y tratar de entender por qué si Dios nos ama, permite que sus más fieles devotos sufran; si al final de todo el dolor verdaderamente seremos recompensados con la gloria eterna o no.

Tales cuestiones aterrizan gracias al bien estructurado guión de Jay Cocks, una adaptación de la novela de Shūsaku Endō, así como a la atinada dirección de Scorsese. Es bien sabido que el neoyorkino deseó hacer esta cinta desde hace más de veinte años, y su esfuerzo para llevar el proyecto a cabo es notable; obsesionado con no repetirse, en dos horas con cuarenta y cinco minutos Scorsese es muy meticuloso en que cada escena exprese una idea; de ninguna manera se puede catalogar como una película fácil. El resultado, un tanto comercial, pero muy estimulante, es un reto de reflexión para el espectador.

Se trata de una cinta redonda donde vivimos cada parte del calvario que sus protagonistas sufren por su fe, que los motiva a mantenerse fuertes en su defensa, pero también los orilla a dudar y cuestionarse el sentido de la misma, ambas partes como reflejo de la humanidad que poseen y con la que todos nos podemos identificar. Silence el tipo de película que no se puede definir en una frase. Lo que sí es un hecho es que todos los que la vean recibirán algo a cambio si están dispuestos a esforzarse en ella, si son capaces de depositar su fe en Martin Scorsese.

https://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_guakdra_279

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