La Gualdra 662 / Artes plásticas / Exposiciones FCZ2025
Un insulto en medio de la náusea
Entonces vino el incendio, la molestia de seguir andando, la desazón de Ser, de crear un instinto. Entre el silencio y la palabra, la imagen emite un espacio, late el tiempo como una diáspora al pensamiento, a anidar en la memoria. El arte figura en la pupila, el arte figura en la sensibilidad, el arte es parte y rompe la médula. En Jardines de la Náusea, Guillermo Méndez se atreve a lo indescifrable, añora lo que no ha pasado, lo que ha perdido, lo sepulta. En este sentimiento, los hilos que conducen su reinvención le otorgan otro título al quehacer artístico, quien hoy nos trae este malestar estético, sueña en lo profundo, no agoniza porque en su estado no existe la derrota; la zozobra que aparenta es un átomo incrustado en cada pincelada, en cada derroche de amarillo, porque él no osa, insulta en la arrogancia sin perderse, sin calificativo alguno para volver a la nada. Méndez se arroja al vacío para recomponerlo, ya en el suelo, cual felino, saborea con su extremidades el equilibrio, quebranta la estática. En Jardines de la Náusea, nace un Edén lleno de plegarias, no se ora de rodillas, no se ofrece la mejilla, no se injuria a la agonía, frente a lo que hoy percibo me tomo la libertad a lo siguiente:
Y la náusea construyó la ciudad en medio de espadas y alaridos, los colmillos destapaban licores como rayos que sosiegan la rabia. A la mitad de la arena la sal simula un castillo, una torre inquebrantable, un calabozo de perdido.
Y el mar arrojó la llaga y la penumbra. En el sueño un breve aleteo, en el ocaso una luz y una farsa, al mediodía un invasor un infante, al alba un faro un extraño.
Y la culpa se precipita a la caída, una ala de cera, un buitre un impulso. En la tierra las ruinas tienen sabor a fruta madura, la sangre un legado gota de miel, la cacería un barro para cosechar al lobo.
Y la sonrisa se sentía dibujada en tus labios, un disfraz hastiado, un péndulo en la pluma.
Y tus gritos sofocaron la celda, una lengua en la roca, una manía y un rey, una saliva despacio, un manojo de dioses angustiados.
Y tu jardín en la náusea ata toda sincronía, recompone el racimo que no se siembra.
Y en este palacio los hilos son trozos de hierro, la curiosidad una piedra al filo de un charco, los cuerpos un muelle sin nombre. En esta inocencia las flores son lenguas obscenas, cantos de pájaros y almendros. En este ataúd sin alhajas no cabe un ángel ni un demonio alado, un relicario de lamentos.
En esta agonía sólo cabe tu gloria, tu animal fantasma. En esta región se escupen andrajos.
A poca distancia vacila la máscara, un cuervo un ojo, un marfil una torre, un felino un manto.
Y el designio volverá con la adivinanza, otra vez la daga, el sueño, otra vez la náusea.
José Méndez

Inauguración:
La exposición Jardines de la Náusea se inaugura el 16 de abril de 2025, a las 19:30 horas, en la Sala 3 del Museo Pedro Coronel, en el marco del Festival Cultural Zacatecas 2025.

Sobre el artista:
Guillermo Méndez
Nace un 28 de julio de 1977 en Guadalajara, Jalisco, toma cursos de técnicas y materiales con el maestro Juan Nava Alemán y Gerardo Padilla; técnicas renacentistas y técnicas de encausto y a la cera con la maestra Luz García Ordoñez. Actualmente trabaja en su Estudio-Taller de Arte y Creación “Ciudad Jardín” en la ciudad de Zacatecas. Su obra ha sido adquirida por diversos coleccionistas zacatecanos, nacionales y extranjeros.
Entre sus exposiciones más destacadas se encuentran: “Rumores del Mar”, Galería de arte “Corazón Parlante”, Guanajuato, 2018. Exposición colectiva de la Bienal FEMSA “Siempre fuimos contemporáneos”, Museo Ex Templo de San Agustín, noviembre 2018. Exposición colectiva “El Arte de degustar el Arte”, Zacatecas, 2019. Exposición colectiva “Reflexiones sobre el paisaje” en Ex Templo de San Agustín, 2019. Exposición en Galería Pájaro Rojo “Blasfemias del paraíso y pieles ancladas”, 2022. Fue seleccionado en el concurso Nacional de Grabado José Guadalupe Posada de 2007; y en el Concurso de Grabado y Pintura Chávez Morado, en Salamanca, Guanajuato, 2016.