Es evidente que el sistema de medios electrónicos del país ha decidido que su línea editorial durante el proceso electoral se tiña de amarillismo; están intentando incrementar la percepción de inseguridad buscando el efecto del llamado voto del miedo, como el que produjeron en 1994 con el asesinato de Donaldo Colosio; por lo pronto el INEGI sigue reportando una disminución gradual sostenida de dicha percepción.
El 25 de enero de 1983 se creó, por decreto presidencial, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI); a partir de entonces modernizó la valiosa tradición que tenía nuestro país en materia de captación, procesamiento y difusión de información. Es un organismo público autónomo responsable de normar y coordinar el Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica para captar y difundir información de México en cuanto al territorio, los recursos, la población y economía, que permite dar a conocer las características de nuestro país y ayudar a la toma de decisiones. Para realizar sus funciones cuenta con una plantilla de personal de carrera, que se ha ganado la confianza generalizada.
Ese organismo ha hecho pública información actualizada en materia de seguridad pública, de la que se desprenden hechos relevantes como los siguientes: en el último año del presidente Carlos Salinas, el país sufrió 16 mil asesinatos dolosos, en el último de Ernesto Zedillo bajó hasta 11 mil, y en el de Fox se mantuvo la tendencia a la baja y el último año quedó en 10 mil. En 2006, mediante el fraude contra AMLO Felipe Calderón ejerció la presidencia y designó a Genaro García Luna como secretario de seguridad, de manera intempestiva al poco tiempo declaró la guerra al narcotráfico y con ello generó el escenario para el crecimiento territorial, económico y de personal de la máquina de la muerte de los carteles de delincuentes. El último año de ese sexenio el número de asesinatos llegó a 26 mil, un crecimiento de casi 200 %. Luego siguió Peña Nieto, quién decidió dejar al frente de la seguridad al equipo de García Luna y al final de su sexenio la cifra llegó a 37 mil en el año, 10 mil más. Quedó claro que la máquina de la muerte seguía en ascenso.
Al llegar AMLO a la presidencia, tomó medidas para lograr la separación tajante del gobierno con el crimen organizado, desmantelando las estructuras en las que actuaba García Luna, entre ellas la Policía Federal Preventiva y la Agencia Federal de Inteligencia, y de inmediato iniciar el reclutamiento para integrar la guardia Nacional, además propuso modificar la Constitución para permitir la participación del ejército y la marina en tareas de seguridad, con lo que hizo posible que hoy estén desplegados 280 mil efectivos en todo el territorio. Tal como lo prometió en la campaña, inició con una fuerte política recaudatoria para lograr que varias grandes empresas pagaran sus impuestos, acompañada de una intensa austeridad gubernamental, y con esos recursos inició el financiamiento de la política social más profunda y amplia de la historia sustentada en los programas de bienestar, con el propósito de fortalecer la cohesión social y debilitar la base social de los cárteles; a esa política la describió como “Abrazos, no balazos”. Los primeros dos años del gobierno, la maquinaria de la muerte mantuvo el nivel de 37 mil anuales que dejó Peña, esto es, no creció, y en los dos años recientes la tendencia ya fue a la baja. Los asesinatos dolosos llegaron a 30 mil en 2023.
Otro dato alentador del informe oficial es que el promedio diario de víctimas de homicidio doloso bajó 10% en 2023 respecto a 2022, 17% en comparación con 2021, 19% respecto a 2020, el mismo porcentaje en 2019 y 20% en relación con 2018. Es obvio que sigue siendo muy alto el número de víctimas, pero la tendencia es sólida, de 100 asesinatos en promedio diario en 2019 y 2020, la tendencia viró y en 2023 ya fueron 80. Se puede esperar que disminuya más en 2024. Aquí conviene recordar que en marzo próximo está programado que el juez encargado del juicio a Genaro García Luna imponga la sentencia que le corresponde por haber sido declarado culpable de complicidad con los carteles de la droga, por un jurado en Nueva York.
Otros datos que reflejan el esfuerzo de las autoridades son los siguientes: 81,721 detenidos, 92,800 vehículos retenidos y 47,400 armas de fuego decomisadas a los carteles. Además de los golpes directos a las finanzas de esas organizaciones, que han sido reconocidos públicamente por los funcionarios del gobierno estadounidense que integran la comisión coordinadora de ambos gobiernos en la lucha contra el crimen.
Por lo pronto, la mayoría de los comentaristas evaden hablar de las tendencias de la criminalidad, para insistir en el número absoluto de asesinatos ocurridos durante este gobierno, intentando exonerar a los presidentes neoliberales de la responsabilidad de haber propiciado el fortalecimiento de la máquina de la muerte.
